Es como una nueva versión del «test de Turing». Su creador es Mustafa Suleyman, fundador de DeepMind —que ahora es una división de Google— y de Inflection.Ai. Pero no es tanto una prueba para evaluar si una computadora puede pensar como una persona. Es más bien un examen que pondera la habilidad de una inteligencia artificial para, por ejemplo, hacer dinero.

Desde la irrupción de ChatGPT y la ola de lanzamientos de herramientas similares que le siguió, la discusión de vez en cuando se centra en la posibilidad de que estemos muy cerca de conocer una «Inteligencia Artificial General» (o AGI). En otras palabras, una tecnología con habilidades cognitivas que igualan o superan a la de los humanos. Pero para Suleyman, de esto hay muy poco hoy.

Propone, en su lugar, un enfoque diferente: que nos concentremos en lo que ha llamado «Inteligencia Artificial Capaz» o IAC. A su manera de ver, serían programas que pueden establecer objetivos y lograr tareas complejas con una mínima intervención humana. En este caso, Suleyman considera que la inteligencia artificial podría superar este umbral dentro de los próximos dos años.

El investigador y empresario propone una «prueba de Turing moderna» en su próximo libro: La ola que se avecina: tecnología, poder y el mayor dilema del siglo XXI. Según un reporte de Bloomberg —el libro recién estará disponible en septiembre de este año—, el nuevo test plantea encargarle a la inteligencia artificial un ejercicio práctico: debe convertir una inversión inicial de 100 mil dólares en 1 millón de dólares. Si lo logra, entonces sabríamos que estamos ante una IAC.

Inteligencia artificial robot humanoide ilustración.

¿Cómo es el «nuevo test de Turing» para la inteligencia artificial?

Suleyman explica en su libro que, para superar el test, la inteligencia artificial debe investigar una oportunidad comercial de comercio electrónico. A continuación, deberá diseñar planos para un producto, encontrar un fabricante en un sitio web y luego vender el artículo en algún portal como Amazon. Y así, ganar 1 millón de dólares.

Suleyman pensó en un nuevo test porque considera que la prueba de Turing probablemente ya no sea un hito significativo. Este primer examen fue planteado por el matemático británico Alan Turing. En líneas generales, proponía que evaluadores humanos tuvieran conversaciones a ciegas de solo texto con dos «sujetos»: una máquina y un humano. Si los evaluadores no podían distinguir quién era quién, entonces se consideraba que la computadora había superado la prueba y, por lo tanto, había alcanzado una «inteligencia humana».

El asunto es que, técnicamente, esto ya pasó. Y varias veces. De hecho, en un juego en línea realizado por el desarrollador Ai21 Labs, llamada Human or Not: A Social Turing Game, a los participantes se les dio dos minutos para decidir si estaban hablando con una persona o con un robot en un chat en línea. Las personas que se comunican con un chatbot adivinaron correctamente solo 60% de las veces. En la prueba participaron 1,5 millones de personas, publicó Forbes a principio de junio.

El test de Turing «no nos dice nada sobre lo que el sistema puede hacer o entender», dice Suleyman en su libro. «Nada sobre si ha establecido monólogos internos complejos o si puede planificar sobre horizontes de tiempo abstractos, lo cual es clave para la inteligencia humana». Otros investigadores también han resaltado que Alan Turing diseñó un método muy bueno para probar las habilidades lingüísticas de una computadora, pero no necesariamente capaz de probar su «consciencia».

«No solo nos debemos preocupar por lo que una máquina puede decir; también nos debemos preocupar por lo que puede hacer», sostiene Suleyman para defender su propuesta. Y advierte que, cuando estemos ante una «Inteligencia Artificial Capaz», «las consecuencias para la economía mundial son sísmicas».