Juliette (Rebecca Ferguson) es una superviviente y está decidida a que el mundo que se levanta entre los escombros de la debacle sea algo más que un espacio claustrofóbico. Silo es el refugio de los últimos seres humanos y, a la vez, su prisión. A cientos de metros bajo la superficie de la tierra destruida, el enclave subterráneo también evita que cualquiera que viva en él se pueda escapar. 

Como en otras tantas distopías recientes, en Silo, de Apple TV+, la incertidumbre también se traduce en totalitarismo. La civilización ha desaparecido, los últimos seres humanos luchan por no morir de hambre o de males misteriosos y, en este contexto, cada día es un pequeño triunfo. También, la demostración de que, para sobrevivir, el poder debe ejercerse de manera dura, impersonal y violenta. 

No se trata de un argumento original. Aun así, se aleja de los acostumbrados clichés sobre rebeliones latentes o crisis debido a la convivencia forzosa. De hecho, uno de los elementos principales del guion de Silo es el aislamiento. No es solo un lugar de reclusión forzosa, sino una forma de comprender la sociedad que esa circunstancia crea. Poco a poco, desde su primer episodio, la trama explora una idea novedosa en historias semejantes. El pacto social que mantiene a una colectividad en orden es necesario. Incluso las normas más disparatadas y extrañas deben ser acatadas sin resistencia.

Silo

La serie Silo, de Apple TV+, es una distopía que se aleja de los clichés habituales del género. Relata la historia de un reducido grupo de sobrevivientes que viven asilados en un refugio subterráneo tras una hecatombe mundial. Mientras otros relatos semejantes optan por ambientes enrarecidos o disputas por el poder, la serie analiza con cuidado las consecuencias del miedo y cómo un orden social despótico y limitante se considera, en las peores circunstancias, como algo necesario. Poco a poco, Silo explora la naturaleza de la disciplina, las reglas cada vez más crueles y la posibilidad de que todo un sistema se sostenga sobre un secreto. Para sus últimos capítulos, la serie logra alejarse de lugares comunes para crear su propio relato.

Puntuación: 4.5 de 5.

Un lugar seguro que se vuelve terrorífico

Silo, dirigida por Morten Tyldum y basada en el libro homónimo de Hugh Howey, comienza por explorar el miedo. No a la hecatombe ocurrida, sino a perder el escaso control que se ha conseguido tras el horror. El guion de Graham Yost juega bien con las piezas de los terrores en la sombra. Si en sus primeras escenas, el Silo pareció la respuesta ordenada a un nuevo tipo de necesidad social y cultural, a medida que transcurre el argumento, es evidente que se sostiene en bases frágiles. La historia deja entrever que este perfecto mecanismo en que todo parece tener un motivo es mucho más peligroso de lo que podría suponerse.

Juliette (Rebecca Ferguson) es la protagonista de Silo, la nueva serie de Apple TV+

A la vez, más engañoso. Las reglas en el refugio son claras, precisas y numerosas y deben cumplirse con minuciosidad. Con su aspecto frío de torres de hormigón y calles simétricas, el apartado visual de Silo permite imaginar una sensación real de amenaza. ¿De la construcción que evita que las desgracias de la superficie puedan alcanzar a sus habitantes? ¿De la posible presión de una convivencia forzada cada vez más sofocante?

La narración no lo explica demasiado ni se prodiga en detalles. Si en algo hace hincapié la su argumento es en mantener bien ocultos sus secretos. De modo que, cada secuencia tiene un aire contemplativo individual, extrañamente desvinculado de las demás.

La decisión de guion, no obstante, no afecta el ritmo de Silo. Al contrario, le brinda un aire lúgubre y agobiante mientras la tensión va en aumento y cada vez se hace más evidente que la aparente placidez que se narró en un principio es del todo falsa. 

Todo lo que esconde Silo

En Silo, la atmósfera es la de un pueblo pequeño, todos se conocen de una manera u otra. Pero esa intimidad forzosa es, a la larga, contraproducente y podría acabar por volverse una amenaza. Algo que Juliette parece haber descubierto por cuenta propia y que al Sheriff Holston (David Oyelow) y su esposa Alison (Rashida Jones) les llevará tiempo aceptar. Gradualmente, la trama de Silo abre su narración en varias direcciones distintas. 

Rashida Jones y David Oyelowo en una escena de Silo, de Apple TV+.
Rashida Jones y David Oyelowo en una escena de Silo. Fotografía de Apple TV+.

Por un lado, está la visión brillante de un pueblo elegido para sobrevivir. Silo muestra la supervivencia como un suceso milagroso, por lo que a los Fundadores del refugio —convertidos en figuras divinizadas— les rodea un culto casi dogmático. Pero, más allá de las creencias, la sensación de que el ambiente entre normas, prohibiciones y fronteras es cada vez más duro de sobrellevar crece. También está el hecho de que el Silo se encuentra cerca de mostrar el peligro que alberga en su interior, lo que anuncia una tragedia a punto de ocurrir.

Juliette (Rebecca Ferguson), protagonista de Silo
Juliette (Rebecca Ferguson) protagoniza Silo, la nueva serie distópica de Apple TV+.

Un final lleno de secretos

Es entonces cuando la figura de Juliette toma relevancia y poder. La actriz Rebecca Ferguson brinda a su personaje una concentración maníaca, a mitad de camino entre la obsesión y la certeza. De todos los habitantes del Silo, ella es quien podría revelar el secreto que los une y los condena a todos. A la vez, es, con toda seguridad, la única capaz de enfrentarse a Bernard (Tim Robbins), líder de los Fundadores y tirano en ascenso.

Try Apple TV

Para sus últimos capítulos, la serie deja claro que la batalla por la supervivencia no está en la superficie destrozada, sino entre el dominio del Silo. Una trama potente que la producción desarrolla con habilidad para contar el sentido violento de una disciplina social brutal y sus consecuencias.

One reply on “‘Silo’, crítica: una nueva distopía que se aleja de los clichés”