Paranoia Agent, de Satoshi Kon y disponible en Prime Video, es uno de los animes más conocidos del género. A la vez, uno de los que mayor énfasis ha puesto en la exploración de la psiquis humana a través de sus lugares más oscuros. La obra, estrenada en el 2004, cuenta con trece capítulos en los que hace un recorrido siniestro a través de los traumas, las necesidades insatisfechas, la ambición y la envidia. Aunque también presenta una perspectiva poco común acerca de la opresiva sociedad japonesa.
Todo ello explorando la idea de que un hecho puede detonar toda clase de emociones oscuras y peligrosas. En este caso, se trata del ataque de un curioso criminal. El Chico del Bate recorre las calles de Tokio golpeando con una porra dorada a desprevenidos transeúntes. Pero lo que podría parecer una agresión fortuita, termina por profundizar en los comportamientos más dolorosos y extravagantes de las víctimas.
Los capítulos narran historias individuales que solo coinciden en un elemento: un ataque callejero que sacude el mundo del agredido. Ya sea contra una artista aplastada por las responsabilidades o contra un joven arrogante que descubre lo vacía que su vida puede estar. Paranoia Agent construye una red de circunstancias, en apariencia aisladas, que conducen hacia la idea de que cada persona guarda un secreto.
Una oscuridad degradante, peligrosa y la mayoría de las veces latente que El Chico del Bate intenta descubrir. ¿Se puede considerar un delito un ataque que al final resulta liberador? El anime plantea la pregunta desde lo siniestro. Pero también evade una explicación sencilla o maniquea acerca del bien y del mal.
Paranoia Agent
El anime Paranoia Agent, de Satoshi Kon, llega a Prime Video con la promesa de llevar a una audiencia mayor una de las animaciones más perturbadoras de su autor. Los trece capítulos cuentan historias de frustración, miedo, deseos insatisfechos y necesidades vergonzosas. Pero cada escenario se une en una figura: el misterio Chico del Bate, un criminal que ataca a sus víctimas sin motivo. Los crímenes de la enigmática figura llegan en momentos especialmente duros y traumáticos de los agredidos. Transformando el crimen en una especie de alivio súbito, casi perverso. ¿Puede la violencia ser un vehículo de redención? El guion, escrito por el director, es una singular reflexión acerca del mal y del bien.
Paranoia Agent es complicada y extraña
Indudablemente, algo está ocurriendo en Tokio. Pero el guion, de Satoshi Kon, Tomomi Yoshino y Seishi Minakami, no ofrece pistas inmediatas. Uno de los grandes atributos de Paranoia Agent es plantear la idea de lo inevitable. Cada uno de los personajes está destinado a caer en la oscuridad. Un abismo emocional y psíquico que resultaría insalvable de no ser porque el golpe —físico y mental— cambia la dirección del inminente desastre.
En medio de una estética que recuerda a obras mayores, como la serie Twin Peaks: Fuego camina conmigo de David Lynch, Paranoia Agent cuestiona la realidad. Las imágenes muestran una ciudad secuestrada por la lluvia. Una colección de sombras superpuestas que generan la sensación de que nada es real, hasta que la agresión del delincuente ataca.
Por supuesto, el desastre latente es parte de la atmósfera, especialmente cuando la policía comprende que las diversas circunstancias violentas están interconectadas. No obstante, será el periodista Akio Kawazu quien logrará tirar del hilo hasta descubrir la inteligencia maligna que las une. Como si se tratara de una red de sucesos al azar que apuntan en una misma dirección, el personaje seguirá las pistas. Pero Satoshi Kon, experto en narrar historias laberínticas que conducen a una respuesta inquietante, no lo pondrá fácil. Después de todo, Paranoia Agent profundiza en la idea de que nadie es inocente.
No lo son las víctimas, tampoco Akio, sensacionalista, cruel y déspota. Mucho menos la policía, interesada en resolver un caso por fortuna y gloria. El argumento relata la forma en que el ser humano puede ser su propio peor enemigo. Un mensaje que la serie hará más inquietante de episodio en episodio.
Tramas paralelas que cuentan lo mismo
El primer capítulo de Paranoia Agent establece el ritmo en el que se relatarán los hechos. Su foco de atención se centra en la diseñadora de juguetes Tsukiko Sagi. Como artista prolífica, siente una creciente ansiedad por su incapacidad para alcanzar un segundo éxito después de su debut. El guion analiza la idea del triunfo desde la dura perspectiva asiática. Todo se hace peor, a medida que las exigencias que rodean al personaje se vuelven inalcanzables. No solo debe superar un logro que no sabe bien cómo alcanzó. También tiene que convertirse en un símbolo de la prosperidad.
El argumento de Paranoia Agent maneja con inteligencia la debacle interior que esas exigencias desencadenan. Tsukiko comienza a comprender que el reconocimiento es un arma de doble filo y violencia psicológica. Para cuando el Chico del Bate la ataca, recibe un golpe en su cuerpo y una sacudida en su mente. Se desploma, pero la embestida la empuja a una ruptura emocional que de otra manera no habría logrado alcanzar. Claro está, el dilema de la agresión como un vehículo de redención espiritual es cuestionable y la historia lo deja claro. Pero bajo esa afirmación está la ambigüedad de que cada suceso de la cadena demuestra que el Chico del Bate es algo más que un criminal habitual.
Los terrores que acechan en Paranoia Agent
El ataque de Tsukiko le brinda una certeza a la policía. Los testimonios sobre el muchacho con un bate dorado que ejerce lo que parece una violencia sin sentido no son casuales. Entonces, ¿qué son? La serie avanza entre situaciones que completan el mapa de información sobre el misterioso personaje.
Desde la glorificación del miedo y las fantasías oscuras de un niño petulante, hasta una mujer con dos personalidades. Paranoia Agent plantea escenarios paulatinamente más complicados y perversos. Poco a poco, la llegada del ataque es el anuncio de una nueva pista que conduce a terrenos distintos.
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Por un lado, el monstruo interior que habita en cada figura cuya historia se relata. Por otro, la cultura controladora y perniciosa que se muestra en breves fragmentos. Para su último capítulo, cuando algunas respuestas llegan —no todas—, el anime sostiene su argumento acerca del mundo siniestro en que todos vivimos con elocuencia. Un logro que la convirtió en un clásico y que hace que su llegada a Prime Video sea un evento para los fans de la animación japonesa.
