La miniserie La reina Carlota: Una historia de Los Bridgerton, a pesar de estar basada en hechos históricos comprobables, no presenta una narración del todo fidedigna. La productora Shonda Rhimes parece haber escuchado las favorables críticas de su exitosa serie de época. Este relato de seis episodios no intenta recrear la vida de la reina Carlota de Inglaterra, su contexto o los claroscuros de su reinado. Este es un romance que comienza como un cuento de hadas en el que todo sale mal. Al menos, durante las primeras y críticas horas, antes de convertirse en un asunto de Estado que atañe a toda Europa. 

Es evidente que el equipo de guionistas de La reina Carlota: Una historia de Los Bridgerton tiene clara la polémica en torno al elenco multirracial de la serie original. Por lo que, ahora, el tema no pasa desapercibido. Uno de los elementos de mayor interés de su spin-off es que la cuestión se aborda directamente, se discute y profundiza. Lo que tira por tierra todos los comentarios sobre la naturaleza extrañamente irreal de la adaptación del universo creado por la novelista Julia Quinn

La reina Carlota: Una historia de Los Bridgerton

La reina Carlota: Una historia de Los Bridgerton es más compleja, elaborada y emotiva que la serie de la cual proviene. También tiene mayor interés en el aspecto histórico e intenta explicar su elenco multirracial. El resultado es una producción sólida, que no depende de Bridgerton para comprenderse o destacar. Aunque, antes que nada, es un romance que evita caer en lugares comunes y sensiblerías. La joven reina Carlota afronta un matrimonio arreglado y su responsabilidad moral con el monarca al que une su vida y destino. Al mismo tiempo, recuerda su pasado, lo que vincula el spin-off con la serie principal. El argumento narrado es preciso y cuenta con una opulenta puesta en escena que convierte la serie en una obra madura y más oscura que su predecesora.

Puntuación: 4.5 de 5.

Érase una vez una noble provinciana a la que le esperaba un matrimonio real

En esta ocasión, el argumento medita acerca del color de piel de la reina, su importancia de cara al futuro e, incluso, la reacción que provoca en la corte. No hay que olvidar que su presencia en Inglaterra tiene un objetivo: engendrar un heredero apropiado para el Reino. Y hacerlo, además, con la mayor rapidez posible.

No obstante, el argumento de La reina Carlota: Una historia de Los Bridgerton está más interesado en el amor que en cualquier otro tema. Toda la trama explora cómo un matrimonio convenido por acuerdos políticos puede ser algo más que eso. A pesar de que las intrigas del poder están presentes y el escenario se hace cada vez más complicado a medida que avanza la serie, el foco de interés son las emociones de sus personajes. En especial, el romance entre la jovencísima Carlota (India Amarteifio) y el Rey George (Corey Mylchreest).

Aunque la trama no ignora que contraen matrimonio por salvaguardar la integridad de la Corona, el naciente vínculo romántico entre ambos es de fundamental interés. Carlota, una figura menor de la nobleza alemana de Mirow, se verá en la obligación de cumplir con un deber del que no puede huir. George, cabeza de un Imperio que abarca países y colonias a través de tres continentes, acepta el compromiso con amabilidad y resignación. Pero el guion de La reina Carlota: Una historia de Los Bridgerton se apresura a mostrar que este encuentro predestinado por responsabilidades prácticas, casi de inmediato, se convierte en pura química juvenil.

Una de las protagonistas de La reina Carlota: Una historia de Los Bridgerton

Si Bridgerton insinuó en sus dos temporadas el amor que la reina sentía por el a menudo ausente rey, el spin-off explora con cuidado el origen de ese sentimiento. También, la forma en que los jovencísimos soberanos deberán atravesar múltiples conspiraciones e intentos por separarles y construir un hogar sólido. Toda una rareza en la corte británica y en los infelices enlaces concertados de la época.

La miniserie hace hincapié en que, más allá del peso de las interminables responsabilidades y exigencias, George y Carlota desean ser felices. Por supuesto, la plenitud del amor en medio de dolores, traiciones y todo tipo de enfrentamientos de alto nivel es un objetivo difícil de alcanzar. Pero el guion se esfuerza por demostrar que esta pareja, unida por circunstancias que la superan, tiene un objetivo común. Uno tan fuerte como ser, incluso, mucho más importante que el trono.

Una historia paralela en dos relatos

Al mismo tiempo, La reina Carlota: Una historia de Los Bridgerton narra las circunstancias de la reina Carlota adulta (Golda Rosheuvel), cuyos hijos deben engendrar un heredero. Se trata de un conflicto dinástico que la miniserie muestra con cuidado y sin entorpecer el relato principal. La historia secundaria  —que transcurre en la línea cronológica de los capítulos finales de la segunda temporada de Bridgerton— tiene su propio peso e importancia. Es evidente que Shonda Rhimes intenta conectar los escenarios de ambas producciones en una futura tercera entrega del relato principal. 

La joven protagonista de La reina Carlota: Una historia de Los Bridgerton, de Netflix

Lo logra gracias a un cuidadoso orden de acontecimientos y a su uso del humor y los brillantes diálogos como hilo conductor entre pasado y futuro. La Inglaterra de la Regencia imaginada por la escritora para la joven Carlota como la imponente reina en la que se convirtió es un terreno complicado. Tanto en sus recuerdos de recién casada como en su intento de mantener la integridad de la familia real, la monarca es una figura de voluntad. Una plenamente consciente de su lugar y lo que debe hacer para seguir adelante, incluso en las peores circunstancias.

La reina Carlota: Una historia de Los Bridgerton es más lujosa y compleja

La reina Carlota: Una historia de Los Bridgerton supera a la que serie de la que proviene en ambición. Desde la puesta en escena —con espléndidos y cuidadosos decorados de época— hasta la complejidad del guion. Un giro que profundiza no solo en el personaje de la histórica reina, sino también en un relato mayor y mucho menos optimista. 

Más oscura y dramática, la narración que rodea a Carlota —tanto en su juventud como en su espléndida madurez— es también la de Inglaterra. El argumento toma la inteligente decisión de equiparar con cuidado los dolores y angustias de la joven pareja de monarcas con la del imperio que gobiernan.

El resultado es una perspectiva sobre los reyes ingleses que supera la idea de escándalo y autoritarismo. Se trata de una visión sobre el precio y el esfuerzo para la obtención de la paz doméstica en condiciones extraordinarias. Un singular mensaje en una serie en la que su protagonista intenta escapar del matrimonio apenas veinte minutos después de su primera aparición.

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