En la película Gremlins, de Joe Dante, el personaje del Señor Wing (Keye Luke) es una presencia misteriosa al margen del argumento. Dueño de la tienda de antigüedades en que Randall (Hoyt Axton) roba al pequeño Gizmo, es también el único que conoce el origen de la criatura.
La serie animada Gremlins: Secrets of the Mogwai, de Tze Chun, se basa precisamente en la incógnita alrededor del enigma de la inquietante criatura. Adorable la mayor parte del tiempo, esta también es capaz de transformarse en un monstruo pendenciero y violento. ¿Cómo llegó el anciano tendero a conocer los secretos tras los enormes ojos de su curiosa mascota?
En diez capítulos, Gremlins: Secrets of the Mogwai es un recorrido no solo a través de esa pregunta, sino también de sus posibles respuestas. Uno de los puntos más interesantes del sus primeros capítulos es que plantean que el origen de toda la raza Mogwai es, de hecho, un secreto bien guardado. Partiendo de la tradición mitológica China, en la ficción también son el origen de la inmortalidad.
Gremlins: Secrets of the Mogwai
La serie animada Gremlins: Secrets of the Mogwai, de Max, es una fresca revisión de la franquicia de la que proviene. También, una producción autónoma que no necesita de material previo para tener éxito. El origen de la extraña criatura, capaz de convertirse en un monstruo caótico, es más singular y mágico de lo que podría suponerse. El argumento convierte a la historia de Chris Columbus en un recorrido a través de China y de un mundo fantástico muy cercano a la realidad. No obstante, la animación se queda corta para todo lo que propone el guion. La repetición de secuencias es obvia y el 3D falla. Con todo, la serie consigue ser divertida y entrañable, con algunos momentos terroríficos que recuerdan a la atmósfera de Joe Dante.
Volver a la clásica historia de los Gremlins
Un contexto mágico que de inmediato aporta una primera pista a la serie: Gizmo es parte de una raza, no una excepción. La idea de toda una población de seres semejantes a él resulta entrañable, hasta que el argumento recuerda lo inevitable. Una latente transformación está a punto de producirse. Se intuye un peligro al acecho que puede ser utilizado tanto el bien como para el mal.
Con el mismo humor extravagante y cercano al gore de las cintas originales, Gremlins: Secrets of the Mogwai explora los extremos de la leyenda. Lo que, claro está, incluye la transformación de los inocentes seres peludos en voraces alimañas capaces de devastarlo todo. De hecho, hay una interesante interacción entre la ternura —Gizmo la mayoría del tiempo es encantador— y el caos el estado puro. La serie juega con la idea de un mito antiguo, ambiguo y lleno de riesgos. Uno al que un niño llegará casi por accidente.
Una gran aventura en la puerta de casa
Como precuela, Gremlins: Secrets of the Mogwai elabora una idea desde su inicio. Los Mogwai son algo más que curiosas criaturas. En realidad, son presa y anzuelo para cualquiera que esté buscando una vida anormalmente larga o, incluso, la inmortalidad. Por lo que Gizmo es algo más que un incidente que desencadena otro mayor.
El argumento explora entonces en su naturaleza, más allá de las conocidas reglas. Revoltosos, amigables y convertidos en objetos de ambición a lo largo y ancho de China, son un extraño tesoro. Por lo que la trama empieza con un suceso impensable. Después de una búsqueda exhaustiva, la clave de un juego de codicia termina por presentarse a los pies de un niño.
Se trata de un giro habitual en las historias de aventuras. Pero Sam Wing (Izaac Wang), a diferencia de otros tantos personajes astutos en situaciones extraordinarias, tiene una sensibilidad cariñosa y una gran inteligencia práctica. El guion de Tze Chun, Peter Chen, Anna Christopher, Brendan Hay y Sarah Nerboso profundiza en su carácter con cuidado. Lo que evita que el personaje sea demasiado general o se convierta en un recurso para hacer avanzar la trama.
En lugar de eso, Sam tiene peso propio dentro de un relato en el que lo fantástico se confunde a menudo con lo tenebroso. Incluso con una deficiente animación, que no logra abarcar lo que la narración propone, el pequeño héroe destaca. Tanto por su buen sentido del humor como por su bondad llena de matices. Se trata de una perspectiva fresca acerca de la usual figura central, útil para el argumento, pero que termina por resultar plana.
Los lugares más tenebrosos de la leyenda de los Gremlins
La acción retrocede casi cincuenta años desde las cintas originales hasta llegar a la vida de Sam, que tropieza con Gizmo y comprende dos cosas de inmediato. Se trata de la criatura de la que ha escuchado hablar toda su vida y la tiene que proteger. El argumento de Gremlins: Secrets of the Mogwai va directo a ese punto, para después iniciar un recorrido por los lugares brillantes, oscuros y más interesantes de la conocida leyenda del Mogwai. Pronto se tropieza con Elle (Gabrielle Neveah Green), una superviviente de las calles que se unirá a la misión de devolver al mítico ser a su hogar. Aunque eso implique recorrer China —y enfrentar todo tipo de enemigos— en el trayecto.
En esta aventura, el villano principal es Riley Greene (Matthew Rhys), obsesionado con vivir para siempre. Sorprende que una serie dedicada al público esencialmente infantil sea capaz de desdoblarse en una mirada hacia los códigos del terror con tanta facilidad. Un punto que la emparenta directamente con la atmósfera siniestra con la que Joe Dante dotó a la historia de Chris Columbus. En realidad, como precuela, Gremlins: Secrets of the Mogwai rinde un consciente tributo a lo que hizo a la saga cinematográfica famosa.
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Desde el sentido del humor delirante —varias de las escenas son idénticas a la segunda entrega en cines—, hasta los momentos siniestros. La serie animada es tanto una versión fresca acerca de un viejo clásico de la cultura de masas como una producción independiente. Aunque, lo que le brinda su mayor triunfo es ser un homenaje adecuado para un monstruo malicioso que todavía forma parte de la imaginación de una generación.