Fast & Furious 10, de Louis Leterrier, regresa dando un paso atrás en su tono desvergonzadamente exagerado al encontrar de nuevo su propósito para continuar. Además, su argumento, que atraviesa a Dom (Vin Diesel), Letty (Michelle Rodriguez) y el resto de los protagonistas, profundiza en un enemigo formidable.

No hay nada en la nueva película de la franquicia que no esté relacionado con Dante Reyes (Jason Momoa), hijo de Hernán Reyes (Joaquim de Almeida). Más que un buen villano, al estilo del recordado Owen Shaw (Luke Evans), es un psicópata sin conciencia o remordimientos, con gran habilidad para enfrentarse a todos los recursos de Dom. Desde su epifanía monstruosa bajo el agua —un guiño inevitable a Aquaman—, hasta su sed implacable de venganza. El personaje se apropia de la historia desde su primera aparición.

Ya sea en las calles de Río de Janeiro o planeando con retorcida paciencia trampas y engaños, Dante es el centro del conflicto. A su sombra, el resto de los integrantes de la familia de pilotos de Fast & Furious 10 tendrán que esforzarse para alcanzar su tono.

Fast & Furious 10

Fast & Furious 10 se aleja de las criticadas exageraciones de la franquicia para profundizar en lo esencial de la saga. En esta ocasión, Dom (Vin Diesel) tendrá que defender a su familia —la real y la de asfalto— de un nuevo enemigo. Un formidable villano que regresa del pasado para hacer justicia y dejar huella en la franquicia. Más sólida en guion y efectos especiales que las anteriores, es el preludio de un final. Lo que deja su argumento incompleto. Fast & Furious 10 está más interesada en dejar puertas abiertas para su continuación que en profundizar en su propio conflicto. Por lo que el largometraje se desinfla en su final, con un cliffhanger predecible y llevado a la exageración.

Puntuación: 3.5 de 5.

Un pasado violento que regresa

De hecho, la trama profundiza mucho más en este némesis tenebroso, pero risueño, que en cualquier otro personaje. La cámara y la atención de la narración le siguen con cuidado hasta crear un contrincante que no se podrá vencer con facilidad.

Uno cuyo carisma evita que las grandes escenas de acción que protagoniza le opaquen. Mientras la trama de Fast & Furious 10 avanza a través del mundo y Dante multiplica sus argucias, la película se hace más vistosa y adquiere mayor personalidad.

A la vez, rinde tributo a las tramas anteriores. Una de las características más valiosas de la nueva entrega de la clásica franquicia es la cuidadosa revisión de su mitología. No se trata solo de que Dante es hijo del narcotraficante que asesinó Hobbs (Dwayne Johnson) y que llevó al agente al margen del límite legal.

El impecable villano de Fast & Furious 10

En esta ocasión, todo parece unirse en un bien planteado hilo de acontecimientos que viajan al pasado y vuelven al presente. El escenario de Río de Janeiro de Fast & Furious 5 reaparece en la periferia. Por primera vez, la película no abandona a la casualidad o a explicaciones disparatadas las motivaciones de sus protagonistas. Lo que brinda a la narración una inesperada solidez, sin que por ello pierda su aire de entretenimiento puro y despreocupado.

Vin Diesel protagoniza Fast & Furious 10

Durante sus escenas iniciales, Fast & Furious 10 brinda toda la información necesaria para conocer el trasfondo y saber lo que ocurrirá. Por lo que dedica una buena cantidad de tiempo a recordar lo que ocurrió en el ya icónico robo de la bóveda, incluyendo la imagen imposible de coches arrastrando una caja de acero que les dobla en peso. Solo que, en esta ocasión, toda la secuencia se intercala con imágenes de Dante, que presenció el robo y la muerte de su padre. Durante una década, el personaje planeó su venganza y ahora está aquí para ejecutarla.

Todos los caminos conducen a Río de Janeiro

Como agente del caos, el villano de uñas coloridas y carcajadas burlonas llena toda la narración como una ola de energía. Lo interesante de la combinación es que construir un villano que depende en buena medida de las decisiones del pasado lo hace más letal. El Dante de Jason Momoa no debe explicaciones ni quiere darlas. Tampoco se justifica ni necesita dejar claro su poder, su violencia o lo que hará para alcanzar su objetivo.

Jason Momoa es el villano de Fast & Furious 10

Asimismo, tiene la suficiente inteligencia como para engañar a los personajes principales durante la mayor parte de Fast & Furious 10. Nadie conoce sus intenciones ni qué persigue con ellas. El guion logra conservar el misterio que rodea a Dante lo suficiente como para que, cuando su propósito se haga claro, pueda desafiar las expectativas.

Mientras tanto, Dom comprende que la amenaza es mucho más grande de lo que suponía y que no tiene los medios para detenerla. Pero, en particular, que la ola expansiva de violencia que el nuevo villano trae consigo no le atañe solo a él. También implica a personas inocentes y al único punto débil del personaje de Vin Diesel.

Fast & Furious 10: grande, ruidosa y ridícula, pero adictiva

Además de eso, la trama explora lo que el conjunto de películas aportaron, antes o después, al cine de acción. Fast & Furious 10 es más consciente de su legado que cualquiera de las anteriores. De modo que, las escenas de acción —hay casi una docena y todas rodadas con meticuloso realismo— son mejores que las del resto de películas de la franquicia.

Como de costumbre, el guion no es especialmente complejo, pero sí logra hilvanar con inteligencia si historia. A partir de ese punto, el relato escrito por Justin Lin y Dan Mazeau abarca lo esencial de la habitual batalla entre enemigos que pueden volverse aliados. Y lo hace, además, con el suficiente ingenio como para lograr sorprender en algunas ocasiones. 

La familia como punto central de la narración

Fast & Furious 10 no sigue la fórmula de la franquicia de intentar superar a la anterior en medios y recursos. En lugar de eso, se atiene a los límites de la historia que la precedió y, a partir de ahí, explora a sus personajes. Por lo que, desde la aparición de Cipher (Charlize Theron) hasta la de Shaw (Jason Statham) son mucho más comedidas y menos contundentes de lo esperado. En realidad, el guion conduce pacientemente el conflicto hacia desenlace, que se anuncia con una herida trágica para Dom

Algo que resulta beneficioso en la medida en que profundiza en sus puntos centrales. Los personajes son mucho más conscientes de los asombrosos riesgos que suelen correr. Además, el concepto de familia se hace más obvio y se convierte en hilo central de toda la acción de Fast & Furious 10. Con la aparición de abuela Toretto (Rita Moreno) y un mayor énfasis en lo que ocurre en el hogar doméstico, el mensaje queda claro. Lo que está en riesgo es mucho más importante que los coches y las fabulosas fortunas.

Sin embargo, el guion comete el error de ser demasiado obvio en cómo enfocará la acción. Todo está construido para que Dante y Dom sean parte de algo mayor. La batalla final se desarrollará entre ambos y girará en torno a las consecuencias de las acciones del villano. Por lo que Toretto se puede entender como el bien encarnado.

El argumento de Fast & Furious 10 dedica insistentes diálogos explicativos a puntualizar que haría todo por los de su sangre. Su hijo, Brian (Leo Abelo Perry), insiste en que su padre no tiene miedo. Algo que Letty acepta y asume como la condición previa a lo que ocurrirá después. Incluso el Jakob de John Cena dedica casi dos minutos a detallar el motivo por el cual jamás superará a su hermano mayor, ni le alcanzará en proezas. Por lo que la dirección del conflicto es obvia.

Fast & Furious 10 es más peligrosa que nunca

Todos saben que Dante no desea solo dar un golpe de efecto, sino hacer verdadero daño a sus enemigos. Su venganza está encaminada a la destrucción total. Lo que hace que buena parte del guion se convierta en un juego del gato y el ratón con varias capas que se van descubriendo, no siempre con habilidad.

Una de las escenas de acción de Fast & Furious 10

La película no lleva al extremo todas las situaciones —solo algunas—, lo que permite al largometraje obtener un equilibrio. Es tan ruidosa, con sus giros ridículos y mal construidos, como digna de ser tomada en serio. Mucho más a medida que cada una de las queridas figuras debe enfrentarse a una fuerza brutal o darse por vencida.

Sin embargo, el mayor problema de Fast & Furious 10 es que deja una historia incompleta, lo que hace que el guion termine por fallar casi de forma inevitable. Gradualmente, se presentan situaciones obviamente planteadas para ser resueltas en su segunda —o tercera— entrega. Lo que genera una gran dificultad para cohesionar las piezas sueltas de información que se extienden a lo largo de la película.

Las grandes explosiones y revelaciones

Claro está, como toda película de la saga que se precie, Fast & Furious 10 acentúa la acción hacia su segundo y tercer tramo, para mostrar sus mejores cartas en sus últimos minutos. En Roma, el enemigo muestra todo lo que tiene para saciar su sed de sangre, lo que incluye un ataque al Vaticano. Pero, en realidad, el elaborado plan de Dante tiene un propósito que Dom descubre cuando ya es incapaz de detenerlo.

No obstante, hay una pérdida de ritmo abrupta, por lo que el largometraje se queda a mitad de camino en su ambición. A pesar del cliffhanger y la promesa de un regreso para saldar cuentas. ¿Resolverán las próximas dos películas los cabos sueltos que deja la actual? Solo queda esperar para conocer la respuesta.