Guardianes de la Galaxia: Volumen 3 es un cierre emotivo a la historia del querido equipo de héroes. También es la ocasión perfecta para presentar varios personajes de interés para el Universo Cinematográfico de Marvel. En especial, sus dos villanos: tanto High Evolutionary (Chukwudi Iwuji) como Adam Warlock (Will Poulter) son nombres familiares para los fanáticos del mundo editorial de Marvel. No obstante, la versión live action de uno y de otro difieren bastante de su original en papel.
En concreto, Adam Warlock llega a la pantalla grande como la extraña combinación de una criatura de enormes poderes con el temperamento de un niño pequeño. Se trata de un experimento que, como el propio director y guionista James Gunn llegó a reconocer, es posible que decepcione a los fanáticos.
Aún así, el resultado en Guardianes de la Galaxia: Volumen 3 es una versión que rinde un discreto homenaje al personaje del cual proviene. Además, tiene el propósito de mostrar el proceso de madurez de una criatura que en teoría carece de defectos, pero que debe aprender el valor de la perfección física y corporal de la que disfruta.
Adam Warlock y la paradoja de un personaje asombroso
En el cómic, Adam Warlock es una creación de El Enclave, un grupo de científicos subversivos cuyo propósito es forzar la evolución humana, lograr depurar a un organismo creado en laboratorio de todas las debilidades asociadas a la genética de un hombre. Al mismo tiempo, dotar a la criatura de todas las fortalezas —intelectuales y biológicas— que lo conviertan en un ser superior. Todo ello con el fin de producir un ejército de criaturas extraordinarias capaz de arrasar cualquier resistencia y facilitar la dominación del mundo.
Según la historia imaginada por Jack Kirby y Stan Lee, Adam Warlock termina por escapar del control del grupo que le dio la vida. En su largo periplo a través de cosmos, lucha con varios héroes —incluyendo a Thor— y sufre graves heridas. Pero la portentosa figura tiene un método de regeneración que le permite curarse mientras se hace más fuerte.
Se trata de un capullo de cristal o de oro, según el hilo narrativo al que pertenezca la descripción. Un extraño artefacto que le devuelve su poder y que incrementa su longevidad. Cada vez que Adam es atacado, vencido o su cuerpo sufre daños, debe permanecer en el interior del objeto hasta curarse. El extraño proceso fue creado por El Enclave como un método de control para su criatura. En un principio, únicamente los científicos del grupo conocían su utilidad. Más tarde, Adam Warlock la descubrió y la usó en cada ocasión en que necesitó recuperar su integridad física.
Pero el objeto tiene otro efecto sorprendente: también rejuvenece al personaje, tanto como para, incluso, revivirlo. Esto podría significar la pérdida de recuerdos, madurez o parte de lo que aprendió y vivió antes de entrar en la cápsula. Un detalle de la narración original que vincula directamente al personaje del cómic con su versión en Guardianes de la Galaxia: Volumen 3.
El antihéroe que nace en Guardianes de la Galaxia: Volumen 3
En la segunda entrega de la trilogía de los Guardianes de la Galaxia, Adam Warlock es la creación de Ayesha (Elizabeth Debicki). En su secuela, la poderosa figura acaba de emerger del capullo en que nació —equivalente al regenerador del cómic—, con la conciencia de un niño pequeño y el cuerpo de un hombre adulto. La referencia es obvia. El ser perfecto de la raza de Los Soberanos tiene las mismas características que su homólogo en papel. Se trata de una versión juvenil de este, de la misma forma que hizo su primera aparición en Fantastic Four número 66 de septiembre de 1967.
De alguna forma, el origen de Adam Warlock en la película sigue la misma lógica que su versión en cómics, aunque de forma indirecta. En lugar de ser una creación original del Enclave, en la cinta es el High Evolutionary quien crea a la raza de Los Soberanos, y luego es Ayesha, líder de éstos, quien da vida al hombre perfecto.
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En Guardianes de la Galaxia: Volumen 3, es evidente que James Gunn prestó una particular atención al mundo del cómic de Marvel. Lo que brinda al largometraje una especial profundidad. Particularmente, cuando queda claro que, aunque es un cierre de la historia de los Guardianes, también es una puerta abierta para otros de los personajes del guion. ¿Es Adam Warlock uno de ellos? Solo queda esperar.