Durante el primer tramo de Los caballeros del Zodíaco, de Tomasz Bagiński, el guion dedica esfuerzo a resumir la saga de la cual proviene. Desde el personaje de Sienna (Madison Iseman), encarnación de la diosa Athena, hasta el sentido de predestinación del manga original de Masami Kurumada.

Todo el relato atraviesa un rápido camino de explicaciones innecesarias, destinadas a un público más allá de los fans. Aunque al principio resulta efectivo —en especial, al detallar la doble naturaleza divina de sus protagonistas—, al final es una carga excesiva en la narración. 

Por supuesto, adaptar una obra semejante no es algo sencillo. El anime original de Los caballeros del Zodíaco, retransmitido en Japón desde el 11 de octubre de 1986 hasta el 1 de abril de 1989, tuvo tres temporadas de 114 episodios. Todos intentaron abarcar la historia imaginada por Masami Kurumada y lo lograron a medias. Por lo que la película debía no solo reinventar el relato —que se extiende a través de realidades, planos y batallas de distintas índoles—, sino simplificarlo.

Los caballeros del Zodíaco

El live action de Los Caballeros del Zodiaco hace el intento de resumir el complejo argumento del exitoso anime de la década de los 80. Pero falla al olvidar sus aspectos fundamentales en favor de una trama simple y genérica, destinada a un público más amplio que sus fans. El guion, en lugar de profundizar en los aspectos más emblemáticos de su historia, crea un relato de origen para un antihéroe carismático. El director, Tomasz Bagiński, opta por escenas de lucha y la insinuación de una gran aventura. Pero el argumento es superficial y avanza por una trama desordenada en la que los obstáculos carecen de explicación o sentido. Para su predecible final, el argumento pierde cualquier identidad en beneficio de una posible secuela.

Puntuación: 3 de 5.

Los grandes fallos de Los caballeros del Zodíaco

Sin embargo, no lo logra. Si algo es evidente en el argumento es su dificultad para explicar el origen de lo que apunta a una franquicia y, además, resultar coherente. Una y otra vez, describe una dimensión alternativa de la realidad al extremo de la vida de Sienna y Seiya (Arata Mackenyu).

Este último, lleno de furia, amargura y errores, es presentado como un antihéroe trágico casi desde las primeras escenas. La trama de Los caballeros del Zodíaco sugiere que las emociones llevan al joven hasta una misión. Mientras tanto, Sienna debe afrontar la fractura del mundo, tal y como lo conoce. Pero la narración carece de habilidad para que ambas situaciones se sostengan en paralelo.

Al menos, para que parezcan ligadas por un lazo invisible que se extiende a través de lugares, dimensiones y vidas para unirles de forma casi metafórica. Al contrario de la narración de la que procede, cada circunstancia en la película Los caballeros del Zodíaco parece obra del azar. En el mejor de los casos, de una situación enigmática en la que no se profundiza y a la que no se le brinda verdadera importancia.

Peleas sin motivo y una trama irregular

En lugar de eso, Los caballeros del Zodíaco insiste en que ambos recorrerán un destino trascendental del que no tienen indicios, hasta que fuerzas misteriosas les empujan hacia el otro. La película no hace demasiados esfuerzos por brindar mayor profundidad a la conexión mística que mostrará el sentido de los enigmáticos sueños de Sienna

Seiya en Los caballeros del Zodíaco

Tampoco al impulso de protección que Seiya experimenta casi de manera súbita. A pesar de que el relato intenta brindar contexto a los sucesos extraordinarios alrededor de los personajes, se enfoca en la acción. El largometraje deja a un lado la mayor parte de la mitología fundamental de la historia de la que procede y se concentra en vistosas peleas de impecable coreografía. Gradualmente, el gran secreto del conflicto se descubre y, por supuesto, incluye salvar al mundo —y a la diosa encarnada en Sienna— del peligro al acecho.

Sin embargo, Los caballeros del Zodíaco jamás logra acercarse a la emoción del largo trayecto del héroe que el manga y el anime convirtieron en un clásico televisivo. El director Tomasz Bagiński se limita a seguir las aventuras, tropiezos y sobresaltos de los protagonistas, sin imprimir carácter al apartado visual.

Por su parte, el guion, escrito por Josh Campbell, Blazej Dzikowski, Will Geiger y el mismo Masami Kurumada, descarta explorar en el elaborado mundo del manga. El lugar de eso, se inclina por una versión genérica. Para cuando Athena descubre su destino —y lo que se reclama de ella—, la trama pierde su identidad en favor de un conflicto simple que se desploma en un final predecible y plano.

Los caballeros del Zodíaco no termina de atar sus cabos sueltos

De hecho, Los Caballeros del Zodíaco tiene verdaderas dificultades para unir los retazos de información que explica a medias. La dimensión mística y levemente esotérica de su versión en papel se transforma en una percepción de la batalla inminente. Sienna y Seiya deben unirse a un improbable equipo para salvar su vida y avanzar hacia un reto mayor. Pero todo está contado de forma tan poco coherente que termina por parecer una cadena de obstáculos construidos para mostrar las habilidades de sus protagonistas.

La película pierde la oportunidad de construir una atmósfera que la identifique. Durante la aparición de las distintivas armaduras, los efectos digitales son tan precarios que resultan un estorbo para la trama. Cuando se hace evidente que la vida de Sienna conlleva un sacrificio mayor, el guion evita profundizar en los motivos. Por lo que el propósito de los caballeros que la protegen es tan incomprensible como poco importante.

Al mismo tiempo, Los caballeros del Zodíaco comete el error de otras tantas adaptaciones basadas en obras complejas. Sostener la narración mediante referencias cruzadas que no se explican. La trama trascurre entre secretos medios revelados y la percepción cada vez más urgente de que Sienna debe sobrevivir por el bien universal. Pero el motivo por el que eso es así nunca se revela del todo, al menos no de manera clara.

Otra adaptación decepcionante

Los caballeros del Zodíaco

Si algo se echa de menos en la película es el desarrollo emocional de sus personajes. Particularmente, cuando procede de una saga que fue mundialmente alabada por dedicar tiempo e interés a explorar a sus protagonistas. En su llegada a la pantalla grande, se desploma en una aventura de fantasía. Más relacionada con una épica de origen de varias películas que con un proyecto independiente. 

En su decepcionante final, Los Caballeros del Zodíaco deja la puerta abierta a una secuela, sin completar la historia que acaba de narrar. La realidad y el futuro se encuentran a salvo, pero sin que quede claro cómo se logró una proeza semejante.

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