Kate Wyler (Keri Russell) no tiene tiempo para detalles sin importancia. La cámara de Ben Richards sigue al personaje mientras ordena con cuidado su vida privada. Su figura tensa y nerviosa camina de un lado a otro cuando llega la orden que cambiará su futuro. Desde la lejana Kabul, donde hasta entonces había representado a Estados Unidos, deberá volar a Inglaterra. Pero la protagonista se encuentra en una crisis vital, más allá de la que sufren las grandes potencias mundiales. Esto es todo lo que, inicialmente, La diplomática, producción original de Netflix, pone sobre la mesa.

Con diálogos rápidos y una bien construida sensación de urgencia, la producción comienza por establecer su escenario. No es casualidad. Su creadora fue una de las guionistas de The West Wing y La diplomática hereda lo mejor de la serie de Aaron Sorkin. Un conflicto global está próximo, por lo que Norteamérica necesita a un diplomático experto en crisis que se haga cargo de la situación. Mucho mejor si cuenta con un buen consejero de confianza.

Kate parece la candidata idónea. Tiene mucha experiencia en resolución de conflictos y su esposo Hal Wyler (Rufus Sewell) es un astuto y veterano embajador retirado. Juntos forman una pareja que se hace necesaria cuando se está al borde del desastre. El guion, de Deborah Cahn, se esfuerza por definir el complicado escenario en que se desenvolverá sin perder su singular trasfondo. La diplomática es una historia sobre política y los secretos del poder, no hay duda sobre eso. Pero también es un juego de roles que explora la forma en que los hombres y mujeres de las altas esferas son percibidos.

La diplomática

La serie La diplomática, de Netflix, explora las complicadas relaciones del poder entre gobiernos y en la intimidad de un matrimonio. Kate (Keri Russell) deberá asumir un cargo gubernamental clave mientras su matrimonio con Hal (Rufus Sewell) se desmorona. La combinación resulta tensa y singular y logra funcionar gracias a un guion que consigue explorar en sus personajes con inteligencia y un sutil humor negro. No obstante, en ocasiones, es incapaz de sostener el equilibrio entre dos géneros tan distintos como el thriller político y el romance, acusando problemas de ritmo. A pesar de ello, La diplomática tiene más altos que bajos hasta un final bien construido que deja la puerta abierta a la continuación de su historia.

Puntuación: 4 de 5.

La diplomática pone sobre la mesa todas las dimensiones de un conflicto

La trama muestra gradualmente cómo se han definido los respectivos lugares de estos poderosos hombres y mujeres en un juego arbitrario y poco justo. Pero La diplomática no es un relato sermoneador ni pretende serlo. En realidad, utiliza un conflicto de alto nivel para explorar lo que se esconde en las vidas privadas de sus protagonistas. Lo que sucede mientras el mundo a su alrededor se desploma —de más de una forma— y ambos tratan de evitar una tragedia mayor.

La diplomática cuenta dos historias a la vez. Por un lado, realiza una exploración minuciosa y bien planteada de la influencia del poder en un escenario mundial. El argumento recorre embajadas, pasillos de la Casa Blanca y oficinas de diferentes instituciones mientras Kate intenta evitar una crisis geopolítica. Nombrada de manera repentina como embajadora en un momento internacional agitado, su misión es despejar obstáculos para una actuación norteamericana.

Por otro lado, Kate y Hal Wyler atraviesan una ruptura que presagia un divorcio. El guion toma el riesgo de darle la misma prioridad a la tensión entre fronteras, mandatarios e instancias gubernamentales que a la pareja. En los primeros capítulos, la combinación funciona y logra sostener la mayoría de las escenas. No obstante, progresivamente, La diplomática parece perder el norte de lo que deseaba contar. ¿Se trata de una serie política con ingredientes humorísticos sobre sus personajes? ¿Es una comedia oscura sobre las dificultades del amor que se disfraza de argumento de suspense?

La protagonista de La diplomática, una serie política de Netflix
Nana Mensah como Billie Appiah, Keri Russell como Kate Wyler y Ali Ahn como Eidra Park en La diplomática. Netflix © 2023

La clave está en la tensión

La producción no lo aclara. En varios de sus momentos más importantes, el tono es tan ambiguo como confuso. Entre diálogos rápidos, llenos de medias sugerencias, La diplomática puntualiza que el humor es fundamental en su narración. A la vez, insinúa que el drama político impactará, antes o después, en la frágil relación de Kate y Hal. En más de una ocasión, la línea entre la comedia romántica con tintes cínicos y un argumento más complejo se desdibuja. Lo que provoca que la serie tenga verdaderos problemas para resultar convincente en los momentos en que lo necesita.

Poco a poco, la trama deja claro que el problema de todo vínculo de poder es la tensión que puede llegar a producir una ruptura. Ya sea en el matrimonio o en la geopolítica, el desequilibrio es la puerta al fracaso. Kate lo experimentará a medida que su vida doméstica comience a desplomarse y un enfrentamiento bélico parezca casi inevitable. El orden internacional y los dilemas corrientes del amor se mezclan en un guion que juega con inteligencia con los mensajes del subtexto.

Kate, la protagonista de La diplomática, serie de Netflix
Keri Russell es Kate Wyler, protagonista de La diplomática. Alex Bailey/Netflix © 2023

Al final, La diplomática es una serie romántica

Pero, finalmente, La diplomática es un romance singular que sigue, casi de manera metódica, todas las convenciones del género. A pesar de su estupenda exploración del escenario político, la verdadera perspectiva que interesa a la trama es la de una pareja luchando por lo que los une.

Incluso si es alrededor de una mesa de debate llena de agentes de la CIA o en la habitación que comparten. La serie desea explorar en la naturaleza del ser humano, el idealismo y la buena voluntad. Lo logra cuando se concentra en comprender que la realidad contemporánea es una combinación de buenas intenciones y sagacidad. Un elemento que termina por ser el mensaje subyacente en esta gran misión de salvar al mundo —y a un matrimonio— del desastre total.

Recibe cada mañana nuestra newsletter. Una guía para entender lo que importa en relación con la tecnología, la ciencia y la cultura digital.

Procesando...
¡Listo! Ya estás suscrito

También en Hipertextual: