Los cargadores de alta potencia se han mostrado como una alternativa a los que se utilizan habitualmente para cargar los coches eléctricos. Dado que pueden alcanzar una potencia mucho más elevada, consiguen cargar el vehículo en mucho menos tiempo, reduciendo las esperas. Son todo ventajas. Sin embargo, hay cierta preocupación sobre cómo podrían afectar a personas con afecciones cardíacas que requieran el uso de dispositivos como el marcapasos. ¿Podría el campo magnético que se genera afectar al funcionamiento de estos dispositivos, afectando a la salud de quienes los llevan?

Para responder a esta pregunta, un equipo de científicos del Centro Alemán del Corazón ha llevado a cabo una investigación en la que se analiza qué ocurriría en el peor de los casos. Es decir, cuando personas con marcapasos o desfibriladores usan el cargador en su máxima potencia, colocando el cable sobre su pecho. 

Afortunadamente, al contrario de lo que se sospechaba, comprobaron que no es peligroso. Ni quienes llevaban marcapasos obtuvieron valores equivocados por la falsa detección de arritmias, ni los que tenían desfibriladores recibieron una descarga innecesaria. Esto sugiere que no hace falta alertar a estos usuarios del peligro de los cargadores de alta potencia. Aunque, lógicamente, si siguen ciertas precauciones, mejor.

La ventaja de los cargadores de alta potencia para los coches eléctricos.

Según el Parlamento Europeo, el transporte por carretera representa aproximadamente una quinta parte de las emisiones de la Unión Europea. Además, los coches son el principal contaminante, con un 60,6% del total de las emisiones del transporte en carretera de Europa.

Esta tendencia había comenzado a reducirse. Sin embargo, con la introducción de vehículos más grandes, las emisiones del sector de vehículos ligeros crecieron aproximadamente un 8% en 2021, con base en datos de la Agencia Internacional de Energía. A falta de la optimización de métodos de combustión que generen menos emisiones, está claro que los coches eléctricos son la alternativa más sostenible de la que disponemos actualmente. No es la opción perfecta, pero sí la única capaz, por ahora, de mejorar la situación.

Por eso, se buscan formas de alentar a los conductores para que los utilicen. Uno de los motivos por los que muchos evitan los coches eléctricos es la duración del tiempo de carga, que puede retrasar mucho sus viajes. Pero es algo que ya tiene solución, gracias a los cargadores de alta potencia, que emplean corriente continua en vez de alterna. Estos son capaces de alcanzar un máximo de 350 kW, lo cual es incluso más de lo que pueden recibir la mayoría de coches eléctricos que actualmente se encuentran en circulación.

Cada vez hay más estaciones de carga que cuentan con estos cargadores, por lo que es necesario tener claras algunas precauciones. Por ejemplo, dado que la corriente de carga es tan alta, se puede generar a su alrededor un potente campo magnético, que podría interferir con ciertos dispositivos. Se ha pensado que, entre ellos, podrían estar los marcapasos y desfibriladores que se implantan a algunas personas con enfermedades cardíacas. Pero por suerte parece que no es así.

Los usuarios de marcapasos y desfibriladores están a salvo

Eriksen - corazon

Se calcula que, cada año, entre 1 y 1,4 millones de personas en todo el mundo reciben un marcapasos. En cuanto a los desfibriladores cardioconversores implantables, son entre 150.000 y 200.000 personas, las que pueden llevar uno por primera vez anualmente.

Es una cantidad de la población muy alta, por lo que, por probabilidad, muchos pueden convertirse en usuarios de coches eléctricos. Para saber si los nuevos cargadores puede ser un problema para ellos, los autores de esta nueva investigación contaron con 130 voluntarios, con una edad media de 59 años, de los cuales el 21% eran mujeres y el resto hombres. Además, se contó con cuatro coches eléctricos, de los que actualmente están en circulación, y un prototipo capaz de alcanzar los 350 kW de carga.

Se pidió a todos que cargaran el coche, durante el tiempo necesario, colocando el cable sobre su pecho. Esto no es lo habitual, pero los investigadores querían analizar qué ocurriría en la situación más extrema posible. Paralelamente, como es lógico, se monitorizó sus dispositivos.

Así, vieron que, incluso con el prototipo que podía recibir una potencia de carga mayor, no hubo cambios ni en los marcapasos ni en los desfibriladores. Con estos últimos se temía que pudieran lanzar una descarga dolorosa para los usuarios, al interpretar alteraciones erróneas en el ritmo cardíaco. Pero no fue así. 

Se pueden usar estos cargadores sin problemas

La conclusión de este estudio es que las personas con marcapasos o desfibriladores pueden usar estos cargadores sin problemas. Incluso pueden permanecer dentro del coche mientras se carga. Lo único que recomiendan es que no coloquen el cable cerca del dispositivo. Aunque ellos lo hiciesen en el estudio, es mejor prevenir.

En cuanto a los cargadores domésticos convencionales, que emplean corriente alterna en vez de continua, dado que el campo magnético no es tan intenso, no habría tampoco problema. Eso sí, se recomienda no permanecer mucho tiempo cerca del cargador. Lo ideal es dejar el coche eléctrico cargándose y regresar cuando esté listo.

Esta no es una limitación para utilizar esta alternativa menos contaminante. Es un alivio para todas las personas con marcapasos o desfibriladores.