El derrumbe de Silicon Valley Bank (SVB) puede parecer algo irrelevante teniendo en cuenta que, a priori, solo afecta al 1 % de las grandes empresas tecnológicas de California. El cierre del banco, sin embargo, también está perjudicando —y considerablemente— a pequeñas empresas de Estados Unidos y a startups españolas. Los responsables de estas compañías aseguran que la situación está haciendo que el futuro financiero de sus negocios, el de sus equipos e, incluso, el de sus familias, esté al borde del colapso.

Miguel Carranza, uno de los fundadores de RevenueCat, una startup destinada a ofrecer a los desarrolladores una herramienta de gestión para incluir suscripciones dentro de sus apps, afirma en un tweet que la caída de SVB les “pone en peligro para encontrar liquidez y sobrevivir la semana que viene”. “Esto no es un problema local de VCs billonarios. El impacto puede ser global”, destaca. RevenueCat no solo opera en Estados Unidos. De hecho, un 20 % de su personal (64 empleados) trabajan en España.

Carranza reitera que el impacto de la caída de SVB es global, y que no solo son “lloros de billonarios a 10.000 km”. Asegura, además, que muchas startups españolas no tienen más remedio que recurrir a este tipo de bancos para poder recibir financiación para este tipo de proyectos. Principalmente, porque en España apenas hay opciones.

“Más startups del ecosistema español con inversión extranjera están afectadas también, pero hay poca visibilidad y mucho ruido. Las inversiones extranjeras han sido esenciales para crear unicornios en España, role models, y subir el listón”, detalla.

La caída de SVB no solo afecta a la élite tecnológica

La situación es similar entre las pequeñas empresas de Estados Unidos que trabajaban con Silicon Valley Bank. Lindsey Michaelides, CEO de Strongsuits, startup dedicada a la venta de software, ha compartido a través de Twitter su incertidumbre ante la poca preocupación entorno a la quiebra de SVB.

“El colapso de SVB podría parecer un problema del 1% que solo afecta a la élite tecnológica costera. No es verdad. Esto afecta a las pequeñas empresas formadas por personas trabajadoras que hacen pagos de hipoteca modestos en el medio oeste. Esto afecta a los padres que ponen la cena en la mesa”.

Asegura Lindsey Michaelides, CEO de Strongsuits, en un hilo publicado en su perfil de Twitter

Michaelides cuenta en un hilo de Twitter cómo consiguió su primera inversión para su empresa tras dar a luz a gemelos. También, cómo ahora, con la caída de SVB, su negocio, equipo y familia, está al riesgo del colapso. “No sé cómo termina esto. Sé que el futuro financiero de Strongsuit; mi equipo y mi familia están en riesgo con el colapso de SVB. Sé que mi historia y las historias de miles como yo que han sido impactadas por el colapso de SVB no coinciden con la narrativa actual”, subraya.