Un equipo de científicos de la Universidad de Durham y el Instituto Max Planck ha detectado un agujero negro muy peculiar por múltiples motivos. Para empezar, porque es uno de los más grandes que se han encontrado jamás. Tanto, que se considera que está en el límite superior de lo que pueden llegar a medir. Por otro lado, porque se encuentra inactivo. Son mucho más fáciles de detectar los activos, pues se encuentran constantemente liberando radiación que puede ser medida con los telescopios. Y, para terminar, es emocionante porque se ha detectado mediante el uso de lentes gravitacionales. Este es un método que se presenta como una gran herramienta para encontrar más agujeros negros como este en un futuro. Ahora lo tenemos aún más claro.
Cada agujero negro inactivo que se encuentra es una señal de los grandes avances de la ciencia. Este, además, tiene aproximadamente la masa de 30 billones de soles. Es realmente grande, por lo que puede dar mucha información interesante a la ciencia.
Y este es solo el principio; pues, según han explicado los autores de la investigación, se espera que los futuros telescopios puedan encontrar aún más agujeros negros como este. Hoy en día tenemos telescopios muy avanzados; pero, en los próximos años, quedarán anticuados con todo lo que está por llegar.
Lentes gravitacionales para descubrir un agujero negro descomunal
Una lente gravitacional se forma cuando la luz procedente de objetos distantes brillantes se curva al pasar por un objeto muy masivo ubicado entre el emisor y el receptor de la luz.
En este caso, la emisión procedía de una galaxia distante y el receptor sería el telescopio Hubble. A pesar de que se dice que este ha sido relevado por el James Webb, aún sigue en activo. Incluso trabajan juntos a veces. Además, los datos de años pasados pueden servir para obtener hallazgos como este.
Y es que, al revisar los datos del telescopio, los autores de este estudio encontraron un arco gigante provocado por una galaxia en primer plano. Es decir, una galaxia más cercana al telescopio estaba generando una lente gravitacional con respecto a la luz de otra, más distante. Y ese gran arco debía corresponderse con la presencia en medio de esa galaxia de un gran agujero negro. Es normal que las galaxias tengan un agujero negro en su centro. Pero este resultó ser descomunal. Gracias a modelos computacionales ejecutados con la supercomputadora DiRAC, de la Universidad de Durham, pudieron medirlo y concluir que equivale a 30 billones de veces la masa del Sol.
¿Y ahora qué?
Llegar hasta aquí ha sido un proceso largo. De hecho, los datos se detectaron en 2004, por lo que han sido necesarios casi 20 años para confirmarlos y publicarlos. No obstante, los autores del estudio no se han mostrado cansados y esperan que sea solo un comienzo.
Según han explicado en un comunicado, este podría ser el primer paso para “una exploración más profunda de los misterios de los agujeros negros”. Además, gracias a los futuros telescopios a gran escala, los astrónomos podrían “estudiar agujeros negros aún más distantes para aprender más sobre su tamaño y escala”.
Aunque este se encuentra entre los más grandes, puede que aún haya ahí fuera un agujero negro mayor que cualquier que se haya visto antes. Probablemente haya muchos. Y la ciencia dispone cada vez de mejores herramientas para encontrarlos.