La educación ayuda a prosperar. Enseña a los niños de hoy a ser adultos que se valen por sí mismos. Y toda ayuda es poca para lograr este propósito. Incluyendo la tecnología. Pero no todos pueden permitirse un ordenador, lo que crea una brecha de desigualdad entre niños, dentro de un mismo territorio o en distintos países. ¿Cómo resolver este problema? La respuesta llegó en 2005 cuando Nicholas Negroponte anunció el proyecto OLPC, acrónimo de One Laptop per Child, Un portátil por niño.

Nicholas Negroponte tiene hoy 79 años. Y en su currículum destaca haber sido uno de los creadores del Media Lab del MIT, un laboratorio de investigación del archiconocido Instituto de Tecnología de Massachusetts. Desde que el MIT Media Lab se pusiera en funcionamiento en 1985, de ahí han surgido ideas y proyectos tan importantes como Scratch, el software de programación que enseña a niños y a adultos a programar; inspiró la tecnología que hace posible los videojuegos de Guitar Hero; y de ahí salió la tinta electrónica, entre otros inventos.

Pero Negroponte también es conocido por haber ayudado a crear la revista de referencia Wired. Y por haber abanderado el proyecto OLPC, One Laptop per Child. Proyecto que también se conoció como The Children’s Machine (la máquina para niños) o $100 laptop computer, el ordenador portátil de los 100 dólares, en alusión a su bajo precio. La idea era fabricar ordenadores todoterreno y económicos para donarlos a escuelas en países con necesidades de este tipo. Hacer llegar la informática como herramienta educativa a niños de todo el mundo.

Una clase de Etiopía con ordenadores para todos
Clase de una escuela de Etiopía con dispositivos OLPC Credit: OLPC

Ordenadores baratos para niños

Hoy en día es fácil encontrar un ordenador portátil por menos de 250 euros. Tal vez se le atragante Fortnite, pero por ese precio puede perfectamente usarse para tareas de oficina, internet y educativas. Y qué decir de las tabletas. Por 120 euros tienes una más o menos aceptable con la que leer, aprender y hacer consultas en internet. Pero en la primera década del siglo XXI, los ordenadores no eran tan baratos. Ya existían aulas de informática en muchas escuelas e institutos. Pero requerían una inversión no apta para todos los bolsillos.

El pedagogo Seymour Papert y Nicholas Negroponte tuvieron una idea. Proporcionar ordenadores baratos a niños que no se pudieran permitir una computadora costosa. Por aquel entonces, primeros años de la década del 2000, empezaban a ponerse de moda los ordenadores portátiles. Y a España llegaban las conexiones ADSL. Pero los precios podían ser algo altos. En revistas de la época podemos ver un portátil de 1.350 euros con 512 MB de RAM y procesador Intel Pentium M de 1,8 GHz. Hasta la llegada de los netbooks, más económicos y cortos en prestaciones, tendríamos que esperar unos años.

Prototipo de OLPC XO-1
Uno de los primeros prototipos de OLPC XO-1 Credit: Wikipedia

Todo un reto tecnológico

Así que bajar de esos 1.350 euros de referencia a 100 dólares era todo un desafío. Negroponte interpeló a la industria de la informática a que trabajasen para hacerlo posible. Lo hizo en el Foro Económico Mundial de Davos de 2005, uno de los eventos más importantes que reúnen a empresarios, políticos y personas de renombre para hablar sobre los problemas de la humanidad y aportar soluciones. Palabras que muchas veces se las lleva el viento. Pero Negroponte lo intentó. Mostró una propuesta de portátil de 100 dólares. Una máquina que podría revolucionar la educación. Especialmente en países con presupuestos limitados y en los que muchos niños no cuentan con las herramientas adecuadas para aprender. 

La tecnología estaba ahí. Solo hacía falta lograr la combinación adecuada de componentes para obtener un ordenador portátil para uso educación con conexión a internet y que dependiera lo mínimo posible de la corriente eléctrica. Toda una lista de necesidades a las que se añadía el límite de 100 dólares de coste. Y para hacerlo realidad, Negroponte creó la empresa Hundred Dollar Laptop, nombre que hacía referencia al coste de ese portátil. 

Al proyecto se unieron Mary Lou Jepsen, experta y pionera en tecnología visual y en pantallas y que había formado parte del MIT Media Lab junto a Negroponte. También se interesó Jimmy Wales, creador de la Wikipedia. E incluso Intel probó suerte, aunque la relación duró poco por diferencias de opinión. También se intentó que Microsoft portara Windows a este dispositivo, pero en Redmond pedían pagar una licencia, lo que encarecía el producto. Con todo, en 2006 vio la luz el OLPC XO a un precio de 199 dólares.

Nicholas Negroponte en Rwanda
Nicholas Negroponte en Rwanda con su presidente Kagame en 2008 Credit: OLPC (Flickr)

Con todos ustedes el OLPC XO

Nicholas Negroponte anunciaba el proyecto OLPC en 2005, en el Foro de Davos. Ese mismo año, en el World Summit on the Information Society, mostraba el primer prototipo. Y en la primavera de 2006, el primer prototipo ya en funcionamiento. A mitad de 2006 se fabricaron y se distribuyeron 400 unidades del OLPC XO en su versión Alpha 1. Y, posteriormente, 875 unidades del prototipo Beta 1. Para 2007, se distribuyeron 2.400 unidades más. Esta vez de la versión Beta 2. Y para finales de ese mismo 2007, la versión definitiva ya estaba lista. En principio, se iban a fabricar un millón de unidades.

Varios países se interesaron en el proyecto. Argentina, Brasil, Uruguay, Libia, Nigeria, Ruanda o Tailandia, entre ellos. Y para hacer llegar los ordenadores, se implementó un sistema que consistía en adquirir uno de estos ordenadores a cambio de pagar por dos. En aquel entonces, 399 dólares USA. Así, el segundo ordenador era donado a uno de los países interesados. 

Centrándonos solamente en el dispositivo, éste tuvo varias actualizaciones. A continuación del OLPC XO-1 de finales de 2007 llegó el OLPC XO-2 en mayo de 2008. Y luego llegó un tercero, un híbrido entre laptop y tableta, el OLPC XO-3, que se lanzó ese mismo año. A nivel técnico, se trataba de ordenadores portátiles de pequeño tamaño con una carcasa robusta. Contaba con antenas WiFi, una pantalla a color LCD, teclado, touch pad, micrófono y altavoces integrados, puertos USB y funcionaba mediante alimentación por batería. Luego vendrían el XO-4, con CPU ARM, y el XO Tablet basado en Android.

Para hacernos una idea de lo que lograron técnicamente, el OLPC XO-1 de 2007 se alimentaba con panel solar, tenía una batería que duraba hasta 3 horas, una CPU AMD x86 de 433 MHz, 256 MB de DRAM, 1 GB de almacenamiento por memoria flash y, en su interior, Fedora Linux y un surtido de aplicaciones para todo tipo de tareas, incluyendo también apps educativas. Todas ellas de código libre. De ahí que se descartase finalmente el uso de Windows, pese a pedirlo inicialmente Negroponte, o una versión de Mac OS X gratuita ofrecida por el propio Steve Jobs

Los netbooks quisieron hacer frente al OLPC de One Laptop per Child
Netbooks de la marca Samsung

La respuesta de la industria: los netbooks

Si en 2005 Negroponte anunciaba el proyecto OLPC y se hacía en 2007, ese mismo año, el mercado de ordenadores personales se llenó de portátiles diminutos. Eran más lentos que sus hermanos mayores, pero ofrecían unas prestaciones mínimas a un precio competitivo. Habían llegado los netbooks. No eran para jugar. Ni para editar fotos o vídeos. Servían para acceder a internet y para realizar tareas de ofimática. Poco más. Pero los podías llevar en la mano, tenían una batería que duraba relativamente bastante y eran muy baratos.

Cuando Negroponte habló en Davos sobre un ordenador de 100 dólares muchos fueron reticentes. El propio Bill Gates no le vio futuro. Pero cuando el proyecto empezaba a ser una realidad, nombres como Asus, Intel o Hewlett Packard corrieron a hacerse un sitio en el mercado. EL OLPC XO-1 no estaba pensado para ser un producto comercial. Su propósito era otro. Pero el sector del PC no pensaba igual. Si era posible crear un laptop tan barato, tarde o temprano les comería terreno.

Precisamente ASUS fue de los primeros con sus Eee PC. Los primeros modelos salieron al mercado a finales de 2007. Con versión Linux y versión Windows XP. Lector de tarjeta SD, puertos USB, CPU Intel o AMD, pantalla de entre 7 y 9 pulgadas, según el modelo, resoluciones de entre 800 y 1024 píxeles, almacenamiento a partir de 2GB SSD y un precio inicial de 500 euros

Un nicho en alza que murió de éxito

Entre 2008 y 2012, el netbook fue ganando popularidad. De ser el 1% del total de portátiles vendidos en 2007, llegó al 19% en 2012. Tras el éxito de ASUS, otros quisieron entrar en ese nicho. Dell, Acer, HP, Toshiba e incluso Intel. Quien haya probado uno de estos ordenadores reconocerá que las limitaciones eran exasperantes. Pero es que se trataba de reunir una configuración mínima al menor precio posible. Un ordenador para llevar en la mano antes de que llegara el iPad en 2010.

Un proyecto modesto para llevar ordenadores baratos a la escuela había desencadenado una tormenta en el sector de la informática personal. En 2014 verían la luz los Chromebooks, más caros que los netbooks, pero todavía por debajo del precio medio del ordenador portátil. Chromebooks y tabletas se encargaron de acabar con el netbook como tal.

OLPC Laptop de 2006
OLPC también se atrevió con las tabletas tras el éxito de los portátiles Credit: OLPC

One Laptop per Child en la actualidad

Después de haber entregado más de 3 millones de unidades, el proyecto OLPC, One Laptop per Child, es un éxito. Su sede actual se encuentra en Miami, Florida, Estados Unidos. Y participa o ha participado en más de 64 países de todos los continentes. En número de unidades entregadas, encabeza el ranking Uruguay. Le siguen, a mucha distancia, Estados Unidos, México,  Argentina, Nicaragua, Colombia, Honduras, Haití, Palestina, Mali, Mozambique, Australia, Afganistán, Nigeria, Mongolia, Iraq y un largo etcétera.

Y más allá de facilitar ordenadores o tabletas a niños de todo el mundo, el proyecto OLPC ha evolucionado para ofrecer un catálogo de servicios que incluye asesoramiento, formación a profesores, certificaciones, soporte técnico, evaluación, aplicaciones educativas, etc. En definitiva, el ordenador de los 100 dólares era una semilla o un primer peldaño que debía facilitar todo lo que ha venido después: dotar de igualdad de oportunidades en la educación a través de la tecnología.

OLPC, One Laptop per Child, tuvo que hacer frente a las reticencias del sector, intereses económicos y otras trabas en cada uno de los países en los que quiso operar. Y pese a algunos de los fracasos o errores cometidos, el proyecto sigue en pie. Es más, sin el ruido que hizo en sus primeros años, grandes como Intel no se hubieran planteado la creación de dispositivos más baratos como fueron los netbooks. A partir de ahí, la competencia, la llegada de la arquitectura ARM y la explosión de los smartphones y tablets lo pusieron mucho más fácil para lograr laptops de 100 dólares y dotar escuelas de dispositivos informáticos a un coste menor que el que se encontraron Nicholas Negroponte y Seymour Papert a principios de la década del 2000.