España tendrá pronto una nueva herramienta para la detección de sospechosos y delincuentes que funcionará a través de inteligencia artificial. Se trata de un sistema de reconocimiento facial bautizado como ABIS (por sus siglas en inglés de sistema automático de identificación biométrica), y estará a disposición de la Policía Nacional, la Guardia Civil y los cuerpos regionales. Ya ha comenzado a funcionar en una primera prueba piloto y permitirá, en concreto, reconocer rápidamente a sujetos que han cometido delitos graves.
ABIS funciona gracias a un algoritmo llamado Cogent, que ha sido diseñado por Thales, una compañía francesa especializada en el desarrollo de tecnología militar. Se encarga, en concreto, de comparar las imágenes captadas por las cámaras de reconocimiento facial con aquellas de delincuentes que las autoridades tendrán en una base de datos que prepara el Ministerio del Interior. Esta, según afirma Interior, tendrá aproximadamente 5 millones de imágenes de personas arrestadas. O 5,6 millones de imágenes de 3,9 millones de sospechosos, afirman fuentes consultadas por El País.
La base de datos de reconocimiento facial ABIS, además, se actualizará con fotografías de aquellas personas arrestadas una vez el sistema entre en funcionamiento. Posteriormente, el sistema realizará el trabajo sucio. Interior, por su parte, subraya que no se cotejaran imágenes de registros civiles, como aquellas que pueden figurar, por ejemplo, en el documento de identidad o en el carnet de conducir.
Las preocupaciones del nuevo sistema de reconocimiento facial de la Policía
Preocupa, sin embargo, que la herramienta de reconocimiento facial pueda tener un uso adicional al de su cometido. Entre ellos, el de vigilancia o el reconocimiento de personas en espacios públicos. Fuentes del Ministerio, no obstante, afirman que ABIS únicamente se utilizará en investigaciones policiales. También para identificar a personas sospechosas de haber cometido un delito grave, no a cualquier ciudadano.
Por otro lado, la Agencia Española de Protección de Datos todavía no ha determinado si la herramienta de reconocimiento facial que utilizará la policía “podría tener un impacto en materia de protección de datos”. Deberán comprobar, por ejemplo, si las autoridades pretenden almacenar los datos captados por ABIS de forma indefinida. o si estos tienen una caducidad, quién tiene acceso a los datos, etc.
Sabemos, sin embargo, que la herramienta de reconocimiento facial se instalará en los servicios centrales de la policía científica. Desde ahí podrán comprobar su uso y, además, usarlo de forma complementaria a los dos actuales sistemas de detección de sospechosos, como la de huellas dactilares o ADN.
En cualquier caso, ABIS no comenzará a funcionar de forma definitiva hasta dentro de unos meses. No es, además, el primer sistema de reconocimiento facial que utilizan los cuerpos de seguridad en territorio europeo. Países como en Alemania o Francia también tienen intención de incluir esta vía de investigación para detectar a sospechosos o, incluso, ya la tienen en funcionamiento. En Londres también cuentan con un sistema similar cuyo correcto funcionamiento ha estado siempre en duda.