En medio del caos reinante dentro las oficinas de Twitter en San Francisco tras la marcha de miles de empleados disconformes con las nuevas exigencias, Elon Musk ha decidido cerrar su jornada laboral indultando a varias cuentas suspendidas en la plataforma antes de su llegada.
Al estilo de los faraones, Musk ha decidido reactivar las cuentas del psicólogo Jordan B. Peterson, la actriz Kathie Griffin y la página satírica The Babylon Bee. Minutos antes, puso en su cuenta de Twitter: «Viernes de libertad».
La cuenta de Donald Trump no ha sido todavía reactivada, ya que el equipo de moderación, que asegura contar con personas de diferentes ideologías políticas, no ha tomado todavía una decisión.
La cuenta de Peterson fue suspendida por un tuit en el que llamaba a Elliot Page por el nombre que tenía antes de realizar la transición a hombre. Según la política de conducta de odio de Twitter, antes de la llegada de Musk, se prohibía a los usuarios «dirigirse a otros con calumnias repetidas, tropos u otros contenidos que pretendan deshumanizar, degradar o reforzar estereotipos negativos o dañinos sobre una categoría protegida. Esto incluye el uso de nombres falsos de personas transgénero». Se le ofreció a Peterson borrar el tuit voluntariamente para desbloquear su cuenta, algo a lo que se negó ya que, a su juicio, no había incurrido en ningún tipo de delito. Minutos después, tuiteo dando las gracias a Musk por «dejarle volver».
Kathie Griffin perdió el acceso a su cuenta por suplantar la identidad de Musk, utilizando su insignia de cuenta verificada, sin dejar claro específicamente que era una parodia. Esta suspensión se produjo durante la oleada de troleos y suspensiones que se dieron tras el atropellado lanzamiento de Twitter Blue y su verificación por ocho dólares.
Sancionado quedó también el medio conservador satírico The Babyloon Bee por conceder, irónicamente, el título de «Hombre del año» a la funcionaria transgénero Rachel Levine. De nuevo, Twitter ofreció restaurar su cuenta si se eliminaba el tuit, algo a lo que el medio se negó en defensa de su libertad de expresión.
Libertad de expresión, pero no de difusión
Ninguna de estas acciones son ilegales ni sobrepasan los límites de la libertad de expresión vigentes en Estados Unidos. Para algunos usuarios, la libertad de expresión debe prevalecer. Para otros, crear un lugar seguro, indudablemente necesario en todo lugar de convivencia. Especialmente en una red social.
Para contentar a todos, Musk y su equipo han decidido que se proteja la libertad de todo usuario a decir lo que quiera, siempre que esté dentro de las normas. Pero los tuits de odio o que promuevan actitudes negativas serán ocultados, no se podrán rentabilizar y no se verán al lado de ningún tipo de anuncio o cualquier otra forma de ingreso.
«No verás estos tuits a no ser que específicamente vayas a buscarlo, tal y como ocurre en el resto de lugares de Internet». Esta medida se aplicará a los tuits individualmente, y no a las cuentas como hasta ahora sucedía en algunos casos, según las denuncias públicas de varios afectados tras verter opiniones comprometidas o falsas sobre el COVID-19, el cambio climático o las elecciones estadounidenses del 2020.
Sin embargo, en casos especiales, donde no haya lugar a debate posible, Twitter no desbloqueará las cuentas. A la petición de indultar a Alex Jones, Musk ha respondido con un claro y rotundo «No». Jones dijo que el Gobierno ocultó información o falsificó la masacre en la escuela primaria Sandy Hook, el atentado a las torres gemelas o la llegada del Hombre a la Luna.