Netflix desea sacar el máximo provecho a Monstruo: la historia de Jeffrey Dahmer. De forma directa, con el buen posicionamiento de la serie en una parte de la crítica y la audiencia, y también de otra manera, produciendo contenidos que sirvan para mantener viva esa serie. Eso explica su más reciente apuesta: Conversaciones con asesinos: las cintas de Jeffrey Dahmer, una miniserie de tres episodios en los que se va a las entrañas de la bestia.
Esa premisa, aproximarse a cómo piensa un asesino en serie, poner rostro a su abogada y a algún vecino, atraviesan esta serie documental. Se intuye, con facilidad, que es parte de la estrategia de Netflix para procurar que se siga hablando sobre Monstruo: la historia de Jeffrey Dahmer. Al fin y al cabo, puede que esa sea una de sus producciones más reconocidas de este año. Una propuesta alimentando a la otra. Pero no todo queda ahí.
Conversaciones con asesinos: las cintas de Jeffrey Dahmer procura descubrir cómo se fue gestando, de forma progresiva, el desarrollo de ese asesino en serie. Se apoya en distintas anécdotas, en recuerdos sueltos que sugieren parte de su personalidad y capacidad de camuflaje. ¿Uno de ellos? La vez que su vecino le pidió dinero para comprar un regalo de bodas y él le regaló 60 dólares. Nunca se conoce del todo a quien vive en el apartamento más próximo.
Conversaciones con asesinos: las cintas de Jeffrey Dahmer
Netflix complementa Monstruo: la historia de Jeffrey Dahmer con una miniserie documental a través de la cual se exploran distintas aristas del caso. Se trata de un relato elaborado con la estructura clásica de un documental, ofreciendo imágenes de archivo, reconstrucción de hechos y entrevistas a varias de las personas involucradas con la historia. En ese sentido, es satisfactoria como un contenido pensado para acompañar a la serie principal.
El fondo de Conversaciones con asesinos: las cintas de Jeffrey Dahmer
Diecisiete homicidios confesados. Ese es el número detrás del que se esconden múltiples cuestiones. En la cifra, una tendencia: homosexuales y afroamericanos. Entonces, todo alcanza otra resonancia porque se trata de comunidades marginadas. El documental se encarga de poner el foco en ese factor, a la par que se suman diversas voces relacionadas con el caso.
Esto sirve como una excusa para invitar al espectador a reflexionar sobre el tema, desde cualquier perspectiva. ¿Por qué todavía pueden considerarse como comunidades marginadas? ¿Cuánto de eso, desde un lugar de privilegio, ocurre en el entorno de cada persona? ¿Qué otras formas de violencia pueden manifestarse y no son reconocidas? Conversaciones con asesinos: las cintas de Jeffrey Dahmer, aunque esté enfocada en un individuo específico, guarda un punto de universalidad.
Este tipo de cuestiones se reflejan en Netflix mientras, de forma esporádica, se escucha la voz de la bestia. Esas grabaciones, producto de las investigaciones y el proceso de filmación del caso, se acompañan de distintas entrevistas e imágenes de archivo. Eso marca el tono del formato en el que se narran los hechos: un documental clásico y, en algunos tramos, poco llamativo. Hasta que se vuelve a la gravedad de lo que cuenta: las pesquisas de la historia de uno de los asesinos en serie más relevantes de la historia contemporánea.
La voz del horror
Mientras se repasan algunos de los casos de las víctimas, la voz de Jeffrey Dahmer se impone de forma ocasional como una sombra tenebrosa. Cuando se juntan todas las piezas del rompecabezas, ese detalle narrativo aporta algo, una pizca de terror a lo que se está mostrando. Mientras se suceden rostros de personas que quizá aún deberían estar vivas, se recuerdan diálogos, se revive un momento histórico, las palabras de la bestia resuenan como un eco absurdo y macabro.
En ese marco, es curioso y paradójico que uno de los involucrados en el documental pida que el mundo se olvide de Jeffrey Dahmer, mientras las visualizaciones de la serie y el documental siguen en ascenso. Puede que esta persona se equivoque con la petición porque entraña el olvido y, con este, el desprecio hacia esas víctimas o hacia cualquier ataque de odio hacia la comunidad LGBTIQ+ y afroamericana, en el pasado, el presente o el futuro.
Este tipo de manifestaciones, estas bestias sueltas, suelen servir para decir más sobre la sociedad en la que actúan, su tiempo y su momento histórico que sobre el personaje en sí. En caso de que se vaya a Conversaciones con asesinos: las cintas de Jeffrey Dahmer con la intención de descubrir desde otra perspectiva a ese asesino en serie y, también, comprender un poco mejor su contexto, la miniserie de Netflix funciona de manera clásica y formal.