Snapchat apareció en el panorama de las redes sociales aportando algo que, a posteriori, acabaría siendo absorbido (por no decir directamente plagiado) por todos. El formato stories, su fórmula para compartir de forma efímera, se extendió hasta convertirse en casi un meme hace un par de años, cuando hasta LinkedIn o Twitter lo incorporaron. 

Filtros, gafas con cámaras que se asemejan mucho a las que acaba de lanzar recientemente Facebook con Ray-Ban… Por el camino, sin duda, Instagram, la red de Meta, es la que más se adueñó de las innovaciones de Snapchat sin reparo alguno, algo que incluso ha llevado a cuestionar hasta qué punto por qué ninguna regulación estaba protegiendo ese patrimonio.

Desde su irrupción (Snapchat fue fundada en 2011 pero tuvo su punto álgido en 2016) las cosas, sin embargo, han cambiado mucho. Ya no es la red o plataforma de moda que todos copian. Sus acciones han pasado de tocar los 80 dólares hace un año a valer ahora poco más de 11. Todo, tras continuos intentos por cambiar su modelo de negocio.

La última muestra la teníamos esta semana. Snap, su matriz, anunció que va a despedir al 20 por ciento de sus empleados, va a suspender al menos seis productos y va a nombrar a su primer director de operaciones en siete años. La compañía también ha admitido que está en dificultades financieras.

Los recortes afectarán a cerca de 1.300 de los 6.400 empleados de Snap, dijo la compañía. Snap está cerrando su división que producía programas cortos exclusivos con celebridades y otras personas influyentes, así como su aplicación de mapas sociales, Zenly; su aplicación de creación de música, Voisey; y su cámara-dron Pixy apenas unos meses después de lanzarlo.

En un correo electrónico enviado a los empleados por Evan Spiegel, uno de los fundadores y CEO, culpó a las difíciles condiciones macroeconómicas para forzar estas decisiones.

"Si bien continuaremos nuestro trabajo para volver a acelerar el crecimiento de los ingresos, debemos asegurar el éxito a largo plazo de Snap en cualquier entorno", escribió. Y añadió: "Lamento profundamente que estos cambios sean necesarios para asegurar el éxito a largo plazo de nuestro negocio”.

Un modelo basado en anuncios, siendo una “empresa de cámaras”

El CEO de Snapchat, Evan Spiegel
El CEO de Snapchat, Evan Spiegel

Snap, sigue siendo popular sobre todo en Estados Unidos, no consiguió la eclosión que TikTok sí que ha tenido. Cuenta con más de 347 millones de usuarios activos en todo el mundo, pero ha tenido problemas durante meses. Los cambios en la privacidad de Apple han afectado a su negocio publicitario, y el aumento de la inflación y la incertidumbre económica han hecho que los anunciantes se pongan nerviosos.

El mes pasado, Snap reportó su tasa de crecimiento trimestral más lenta desde que salió a bolsa en 2017 y dijo que "reduciría sustancialmente" su ritmo de contratación. También se negó a predecir su rendimiento financiero para el trimestre actual debido a "incertidumbres relacionadas con el entorno operativo".

Muchas empresas de redes sociales están lidiando con la perspectiva de una recesión. Meta, la empresa matriz de Facebook e Instagram, y Twitter también han frenado sus contrataciones en los últimos meses. Pero Snap, al igual que Twitter, es especialmente vulnerable a las crisis económicas porque es una empresa más pequeña y depende en gran medida de una forma única de ganar dinero. 

Snap también ha ido dando tumbos con su estrategia. Actualmente se presenta como una empresa de cámaras. Sí, de cámaras. 

Snapchat: Unos inicios efímeramente ruidosos

Snapchat comenzó con el nombre de Picaboo en 2011. Inicialmente, Reggie Brown presentó el concepto efímero sobre el que basa todo a Evan Spiegel, quien trajo a Bobby Murphy para codificar la aplicación. Brown fue quien diseñó el logotipo de Snapchat, llamado Ghostface Chillah, inspirado en el grupo de hip-hop Wu-Tang Clan. Después, Brown se vio obligado a abandonar la empresa, momento en el que ésta pasó a llamarse Snapchat.

Facebook había adquirido Instagram por mil millones de dólares en 2012. Pero Snapchat estaba acumulando usuarios tan rápidamente que llamó la atención de Facebook. Así, Facebook habría ofrecido adquirir Snapchat por 3.000 millones de dólares, lo que Spiegel rechazó inmediatamente. Y parece que Instagram fue reorientada para convertirse esencialmente en un Snapchat killer, copiando todo y más.

Ahí empezaron los bailes de Snapchat, que hizo experimentos en el espacio financiero e introdujo Snapcash en 2014. Era una función que permitía a los usuarios enviar y recibir dinero a través de la app. Sin embargo, ya había jugadores bien establecidos en ese espacio. Pensemos en PayPal y Square. Y parecía que mezclar una aplicación de mensajería social con las finanzas no combinaba bien. Así, Snapcash dejó de funcionar en 2018.

Snapchat seguía adquiriendo usuarios a un ritmo rápido. Los usuarios activos diarios alcanzaban una media de 158 millones a finales de 2016. La base de usuarios estaba formada en su mayoría por personas de entre 18 y 34 años, pero era sobre todo en lo menores de 25 años donde más triunfaba. Justo el punto flaco de Facebook en ese momento. 

Como empresa, Snapchat pasó a llamarse Snap en septiembre de 2016. Esto coincidió con la inmersión de la compañía en productos de hardware unos meses después. Snap presentó las Spectacles, unas gafas inteligentes que permiten a los usuarios grabar vídeos de hasta 10 segundos. Aquello nunca ha funcionado bien.

Para acabar siendo Snap, la empresa de cámaras que no encuentra anunciantes

Snap entró en bolsa en 2017. El precio de las acciones se disparó inmediatamente, dando a la empresa una valoración de 33.000 millones de dólares al final de la jornada bursátil. Los inversores esperaban que Snap fuera el próximo Facebook. Pero Facebook ya era rentable en su fecha de salida a bolsa, algo que Snap desde luego no era. Sus pérdidas se ampliaron a 3.400 millones de dólares en 2017. 

A finales de 2017, Snap anunció un rediseño que fue tan controvertido que más de un millón de personas firmaron una petición para eliminar la actualización. Kylie Jenner tuiteó sobre el abandono de Snap, haciendo que sus acciones cayeran y la mudanza a Instagram se prolongara.

La innovación —o quizá esconderse tras ella—, ha sido la fórmula de Snapchat desde entonces, que parece estar siendo insuficiente en cuanto se ha resentido la que siempre ha sido su pata principal: los anuncios.

Ahora, con un futuro por delante algo tambaleante, habrá que ver cuáles son los próximos pasos de Snapchat, empresa y plataforma que ha aportado algo fundamental al ecosistema de otras grandes, pero que no ha sabido defender su propio terreno. O quizá, simplemente, la suya sea una historia injusta.

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