En los últimos meses, muchas comunidades autónomas se han sumado a la iniciativa de incluir la vacuna del virus del papiloma humano (VPH) también en el calendario de vacunación de los niños. Hasta ahora era obligatoria para niñas, pero si los padres querían ponérsela a sus hijos varones tenían que pagar por ello. Afortunadamente, algunas consejerías de sanidad están cambiando esta iniciativa y lo hacen, como no debería ser de otra forma, basándose en la ciencia. 

El argumento inicial para ponerla solo a las niñas era que el virus del papiloma humano, generalmente, no causa enfermedades graves en los varones. Es cierto que en mujeres es una causa muy importante del desarrollo de cáncer de cuello de útero, así como de otros menos frecuentes, como el de vulva o el de vagina. Lógicamente, esto no afecta a los hombres cis, que generalmente pasan la infección de forma asintomática. Sin embargo, hay dos razones para que ellos también se vacunen.

Por un lado, no es cierto que ellos no puedan sufrir enfermedades graves. El virus del papiloma humano también puede propiciar la aparición de cáncer de ano o de orofaringe. Puesto que los hombres tienen ano y garganta, y estas pueden verse involucradas en relaciones sexuales, lo mejor para ellos es estar protegidos. Además, parece tener relación también con el cáncer de pene. No obstante, más allá de eso, no debemos olvidar que, aun sin sufrir la infección, los hombres son transmisores del virus. Si tienen relaciones sexuales con mujeres, aunque ellos no sepan ni siquiera que están infectados, pueden contagiarlas, y ellas sí tendrían un riesgo mayor de desarrollar cáncer. Por lo tanto, sobran los motivos para que otras consejerías de sanidad se sumen a lo que ya han hecho Galicia, la Comunidad Valenciana o Cataluña.

Hay muchos tipos de virus del papiloma humano

Antes de hablar sobre cómo causa cáncer el virus del papiloma humano, es importante tener en cuenta que no hay un solo virus. En realidad, se conoce como tal a un grupo de más de 200 virus, de los cuales la inmensa mayoría se transmiten por la vía sexual. Pero no ocurre por contacto con fluidos, como en el caso del VIH, sino por contacto con la piel de las mucosas. Es por eso que el simple frotamiento del pene con la vagina podría causar una infección.

Todas las cepas del virus se dividen en dos grupos, según si son de riesgo bajo o alto. Los primeros no causan enfermedades graves, aunque sí que pueden provocar la aparición de verrugas. En cambio, los de riesgo alto aumentan en gran medida la probabilidad de padecer cáncer. Dentro de estos últimos, los dos más peligrosos son el VPH16 y el VPH18

Todos ellos son virus muy frecuentes. De hecho, la mayoría de las personas sexualmente activas se infectan con uno de ellos en algún momento de su vida, normalmente poco después de empezar a mantener relaciones sexuales. Y, de todas esas personas, aproximadamente la mitad contraen uno de los VPH de riesgo alto. Generalmente, el virus se mantiene a raya gracias al propio sistema inmunitario de las personas afectadas. No obstante, a veces este no es suficiente y acaba apareciendo el cáncer. Por lo tanto, la vacuna es muy importante para prevenir, primero, las infecciones, y después, los tumores que puedan derivar de ellas. 

Scientific Animations (Wikimedia Commons)

¿Por qué causa cáncer?

Como el resto de virus, el del papiloma humano no puede reproducirse por sí solo. Por eso, cuando infecta a un nuevo huésped, se adueña de la maquinaria de replicación de sus células y la usa para sacar copias de sí mismo. Esta es la maquinaria que normalmente utilizan las células para replicar su propio ADN. El problema es que, al sufrir esta invasión, el material genético de las personas infectadas puede dañarse, provocando que las células comiencen a multiplicarse sin control. Así, acaba desencadenándose un cáncer.

A día de hoy se estima que la práctica totalidad de los cánceres de cuello de útero tienen su origen en el virus del papiloma humano. Le sigue el cáncer de ano, en el que el 90% de casos se suelen relacionar con el VPH. Para otros, como el de vagina, la cifra se sitúa en un 75%, seguido de cerca por el 70% representado por la vulva y la orofaringe. Finalmente, parece ser que el 60% de los cánceres de pene pueden deberse al virus del papiloma humano.

Por todo esto, lo recomendable es poner la vacuna a niños y niñas antes de que comiencen las relaciones sexuales. Así, se da al propio sistema inmunitario una ayuda extra para luchar contra ese virus que tanto daño puede hacer a posteriori. No es justo que solo la mitad de la población tenga acceso gratuito a ese nivel de salvación.

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