Desde que Elon Musk llegase a la primera línea de Twitter, y del mundo tecnológico, las bases de muchos sectores se han removido desde sus cimientos. Desde la industria del automóvil eléctrico, con Tesla a la cabeza, hasta el sector aeroespacial. SpaceX logró ser una compañía privada líder de un sector que, hasta entonces, estaba gobernado por las entidades públicas internacionales; lideradas, por supuesto, por NASA. Ahora, y gracias al magnate, el uso comercial del espacio ha cobrado protagonismo. Uno que necesita mucho dinero para despegar.

Más allá de las diatribas que mantiene Elon Musk con su rival en ciernes Jeff Bezos, fundador de Amazon y Blue Space, por conquistar ese uso comercial del espacio y por otras cuestiones personales más que no vienen al caso, ya son varios los países que están intentando ocupar un lugar en esa batalla. O, al menos, intentarlo. Si en otros momentos, y sectores, el tren pasó de largo, en este caso se está intentando llegar al menos a la estación.

Europa, que articula su conquista aeroespacial a través del esfuerzo común de los 27 a través de la Agencia Espacial Europea. Nutrida de innovación del conjunto de los países miembros, la institución ha aprovechado los fondos prometidos. Principalmente, tras la crisis por el covid para relanzar un sector que quieren que sea más competitivo. Y es precisamente en ese punto en el que ha incidido la Ministra de Industria, Reyes Maroto, en el marco de la celebración de los Cursos de Verano de Ametic en Santander.

La industria aeroespacial española confía en los PERTEs

4.533 millones de euros entre 2021 y 2025. 2.193 millones para el sector público y 2.340 millones para un sector privado que comienza a despuntar en el país. Dedicados a proyectos de control medioambiental, comunicación cuántica y cooperación internacional en proyectos internacionales de uso comercial en el espacio. Es uno de los 11 PERTEs que, explica la Ministra, están en marcha para movilizar los planes de cooperación pública y privada.

Añade que, dado el contexto actual, "los PERTEs cobran una importancia redoblada". La duda, como todo lo que acontece con los fondos de origen público para empresas privadas, es si llegarán finalmente a buen puerto. También si supondrán el despegue de una industria que va mucho más allá de las intervenciones del polémico Elon Musk en redes sociales. "Son grandes proyectos estratégicos que tienen importancia para el país", añade la Ministra, que asegura que más de la mitad de los fondos ya están llegando a su destino.

Por lo pronto, y en conjunto a varios proyectos de corte aeroespacial que se unen a la Agencia Espacial Europea. Y a una estrecha colaboración con las instituciones de Portugal, ya hay sobre la mesa la idea de crear lanzamiento de 8 satélites españoles y 8 satélites portugueses para observación de la Tierra y el análisis del cambio climático. Una cuestión que para los dos países más al sur del continente, supone de vital importancia. Las sequías, que asolan a toda Europa, tienen especial repercusión en dos regiones tradicionalmente más secas del conjunto de los países miembro. Unido a los incendios, catastróficos en este 2022, el interés por el control medioambiental de ambas zonas es creciente.

Además de ello, el objetivo es crear uno de los primeros aviones cero emisiones y que sea de factura 100 % española, así como el avance de los vuelos no tripulados. Sobre este punto, Airbus –su división de innovación en España, UpNext–, está trabajando en el prototipo para la creación de un modelo impulsado por hidrógeno. El objetivo es tener unos primeros resultados en 2023 y en 2025 ya hacer pruebas en vuelo. El avión de hidrógeno es, de facto, una de las mayores promesas del futuro del sector de la aviación a nivel global como un más que posible sustituto de los vuelos con combustible.