En verano, algo tan simple como dormir puede convertirse en todo un reto. Tenemos que tener en cuenta ciertas pautas para que el calor no perturbe ni nuestro descanso ni nuestra salud. No hay más que ver lo grave que puede ser un golpe de calor. Pero, del mismo modo que nos cuidamos a nosotros mismos y a los niños o personas mayores que nos rodean, no podemos olvidar a nuestras mascotas. Y es que los perros y los gatos también sufren las consecuencias del aumento de temperaturas estival, a veces de un modo peligroso.
Debemos prestar atención a la hora de darles de comer o de sacarles a pasear. También podemos tener en cuenta algunos trucos para que estén más fresquitos en casa y, por supuesto, vigilar la posible aparición de síntomas que puedan suponer un golpe de calor.
Los perros y los gatos pueden correr peligro en estas situaciones. Por eso, hay que saber detectarlas para acudir a un veterinario cuanto antes.
Cuida la alimentación y el ejercicio de tus mascotas
En verano, los seres humanos aparcamos durante un tiempo los platos calientes de cuchara, como fabadas, potajes o cocidos, y nos centramos en ensaladas y alimentos más frescos. ¿Pero qué pasa con nuestras mascotas?
Según ha explicado a Hipertextual Lucía Lahoz, veterinaria en la Clínica Veterinaria Tomelloso, no es especialmente necesario cambiar los alimentos, pero sí las cantidades y las horas del día a las que se les da de comer. “En verano se reduce la cantidad de alimento que se pone y se pondrá siempre a horas más fresquitas del día, para que al animal le apetezca más comer”, señala la experta. “También es bueno darles latas en vez de pienso seco, ya que esto puede ayudar a que el animal esté más hidratado”.
Esto último es especialmente importante en los gatos, pues no son tan tendentes a beber agua. Aunque, como recuerda Lahoz, algunos perros tampoco lo son. Sea como sea, en ambos casos es fundamental que siempre tengan agua disponible ¿Y qué pasa con el ejercicio?
Los perros necesitan salir a pasear regularmente, sobre todo algunas razas que requieren mucho ejercicio físico. Sin embargo, en verano debemos tener cuidado con las horas a las que les llevamos a realizar ese ejercicio.
Al igual que nosotros evitamos el calor de las horas centrales del día, con ellos debemos hacer lo mismo. Mejor salir con ellos por la mañana o al caer la tarde.
¿Cómo mantenemos a perros y gatos frescos en verano?
El empeño por mantener a nuestras mascotas frescas en verano puede llevarnos a cometer algunos errores. Uno de los más típicos es cortarles mucho el pelo. “No es aconsejable cortarles el pelo en verano y menos raparles”, señala Lahoz. “Su pelo les protege del calor y de los rayos ultravioleta, así que al rapar quitas esa capa protectora y pueden llegar a sufrir quemaduras y desarrollar cáncer de piel”.
Ante esta situación, podríamos pensar que es una buena idea tenerlos todo el día en casa con el aire acondicionado. Pero eso no es aconsejable ni para los perros, ni para los gatos, ni para nosotros mismos. Los cambios de temperatura bruscos pueden ser perjudiciales y se pueden resecar sus mucosas, como nos ocurre a los humanos. Pero, en su caso, el problema va todavía más allá, ya que “les puede causar estrés y ansiedad e incluso afectarles en el comportamiento, llegando a tener cambios de conducta”. Eso no significa que el aire acondicionado esté prohibido si tenemos mascotas en casa, pero sí que debemos usarlo con moderación.
Ahora bien, si no es aconsejable cortarles el pelo y tampoco debemos abusar del aire acondicionado, ¿qué hacemos para que no pasen calor? El consejo de la veterinaria entrevistada por este medio es recurrir a las mantas refrigerantes, que tienen un efecto refrescante gracias a su relleno de gel. “¡A la mayoría de los perros les encanta!”
¿Cuándo debemos acudir al veterinario?
Sabemos cómo detectar los golpes de calor en un ser humano. ¿Pero cómo sabemos que nuestras mascotas están en peligro por las temperaturas del verano?
Hay que prestar atención a una serie de síntomas que, en realidad, no son tan diferentes de los nuestros. “Entre sus síntomas se encuentran fiebre, confusión, agitación, balbuceo, salivación excesiva, incoordinación, piel caliente y enrojecida, náuseas, vómitos, pulso acelerado y respiración agitada”, enumera Lahoz. “Si sufre cualquiera de estos síntomas, o más de uno, se debe contactar rápidamente con un veterinario porque puede ser muy peligroso para el animal”.
Teniendo todo esto en cuenta, podremos disfrutar del verano y las vacaciones con todos nuestros amigos. Incluyendo a los peludos de la casa.