Puede que sea uno de los contenidos más transgresores de Netflix. Sacar una conclusión de ese estilo, dentro de un catálogo tan extenso, parece un riesgo. Pero todo en Farzar invita a pensar en ello. Esta parodia animada para adultos toca tantos temas que, para enumerarlos, habría que tomar un formato similar al de la presentación de los créditos de una película del Universo Cinematográfico de Marvel

Farzar podría quedarse solo con esos temas, como la migración, el narcisismo, la megalomanía, el racismo, la xenofobia, la fantasía de la supremacía blanca, la vida extraterrestre, entre muchos otros, y le bastaría. Sin embargo, se permite ir más allá, parodiando diversas películas y series en tono y forma sin dejar de ser un absurdo convincente. Así se pueden encontrar paralelismos con los superhéroes de los cómics o una escena que invita a recordar a Top Gun. Puede que no sea una serie para todos los estómagos y, aun así, quizá todas las personas (adultas) deberían pasar por alguno de sus capítulos.

Esta serie de Netflix no se guarda ningún tipo de pudor cuando se trata de hacer crítica social. Desde el contraste entre las élites y la pobreza hasta sus múltiples referencias problemas contemporáneos, mientras hace (y muestra) constantes referencias sexuales para describir parte del mundo contemporáneo, cargado de contradicciones. Entre risas y situaciones incómodas, es probable que queden varias reflexiones. 

Farzar
y la declaración de principios desde el título

Sus personajes, humanos y monstruos, dialogan de forma constante, casi imparable (hay pocos silencios en el relato) para bombardear de ideas e imágenes perturbadoras al espectador. Farzar es el nombre del lugar donde se produce todo, uno en el que humanos y alienígenas conviven. Con un matiz no menor: parte de esa población vive dentro de una burbuja, mientras la otra, en las afueras, experimentan distintos tipos de miserias. Es una de las críticas más evidentes al sistema capitalista y sus distintas industrias, orientado a favorecer a algunos mientras aquellos que están fuera de esa cúpula sufre múltiples necesidades. 

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Esta serie, creada por Roger Black y Waco O'Guin, va desde aspectos generales, como el anterior, hasta críticas particulares, como aquella que se hace a la Reina Isabel o al culto a la imagen que se viven en la sociedad contemporánea, junto con la sexualización de distintos aspectos. Todo esto, con diálogos crudos y repletos de ironía y sarcasmos, como si Netflix se hubiera guardado años de humor negro para condensarlos acá. 

Farzar

Es probable que sea uno de los contenidos más irreverentes de Netflix en la actualidad. Su humor, desbordado, explícito, sarcástico y oscuro, no deja área social sobre la cual hacer un chiste. ¿El detalle? Esos comentarios entrañan una crítica ácida en relación con el presente y diversas dinámicas contemporáneas. Una parodia animada para adultos (y, quizá, no para todos: alejarse quienes tengan un estómago sensible).

Puntuación: 5 de 5.

Atención, ¡spoilers a continuación!

Sin pudor ni piedad

A través de diez capítulos se desmontan distintos mitos. ¿Un ejemplo? Por ejemplo el cuarto episodio se llama “Día de San Calentín”, en oposición al Día de San Valentín. De esa manera, a tumba abierta, se cuestiona uno de los días más comerciales de la humanidad, volviendo a la idea que, dentro de la narrativa, lo mueve todo: el absurdo y los diversos deseos de los seres vivos.

Por eso no son menores detalles como la existencia de "La policía del pensamiento", en un contexto en el que muchas ideas están en entredicho o revisión, para bien o para mal, y las redes sociales generan otras burbujas de reflexión e influencia. Entonces, entre tanto sarcasmo y referencias sexuales, se descubre el verdadero fondo de esta serie de Netflix. Farzar establece contantes diálogos entre diversos aspectos. La frecuencia, más allá de poder incomodar o abrumar, es tan constante que se entiende como una apuesta de sus autores, como si quisieran decir a quien observa que el presente es un asco. 

Farzar, critica, en Netflix

Entonces, surge otra pregunta: ¿por qué es un asco? ¿Lo es porque en esencia se vive dentro de ese contexto, en el que distintos deseos mueven a los seres, o por la hipocresía que hay en distintos actos, instituciones y momentos, en relación con la naturaleza humana? El triunfo de la serie no pasa por la efectividad de sus capítulos, tampoco por ofrecer a los adultos más desenfadados un contenido que puede causar mucha gracia, sino por servir como una suerte de tratado agresivo, crudo y vulgar al momento de tratar la migración, la pornografía, los complejos, la polarización entre las distintas clases sociales; es decir, Farzar, disponible es Netflix, un ensayo sarcástico sobre este momento histórico.

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