A lo largo de cinco episodios, Ms. Marvel ha recorrido un trayecto asombroso por la historia de origen de la Kamala Khan de Iman Vellani. Uno que llevó al personaje desde Norteamérica a Pakistán. También de su rutinaria vida doméstica a la búsqueda de un propósito mayor. Para su final de temporada, Ms. Marvel regresa a los puntos centrales de su premisa y deja claro que esta heroína en crecimiento encontró su lugar. A la vez, una condición sobre lo extraordinario que abarca su capacidad para comprender su propia naturaleza escindida.
Kamala es el héroe que sabe le espera un objetivo mayor, más elaborado y mucho más peligroso. La hija devota que contó a su familia sobre sus recién descubiertos poderes. También la figura misteriosa que atraviesa la ciudad en un despliegue inusitado de habilidad. El tiempo del temor y de la incertidumbre, pasó. Y Ms. Marvel encuentra el sentido de todo su potencial que en los últimos capítulos parecía difuso. Cuando no, directamente perdido.
Si algo se crítico de Ms. Marvel durante las últimas semanas, fue el poderoso acento étnico que pareció desdibujar el relato superheróico. Pero la serie, que está consciente que Kamala no es solo una chica con poderes, analiza la cuestión de la pertenencia.
La vida es más fácil con superpoderes, ¿verdad?
Esta chica musulmana, que acaba de redescubrir las infinitas líneas que le unen a su pasado, se convierte en un punto central de una conjura. De nuevo en Norteamérica y esta vez, enfrentada al control y a un enemigo complicado, Ms. Marvel encuentra su sentido más profundo. A la vez que la justificación total de su personalidad como héroe, adolescente y parte de un misterio más grande de lo que podría suponer.
En toda la plenitud de un objetivo recién descubierto
Con Kamran convertido casi de forma involuntaria en el núcleo del poder entre dimensiones, Kamala debe actuar. Y no solo por el bien de la víctima involuntaria de Los Clandestinos. A la vez, para evitar que el cerco que se tiende a su alrededor. La serie plantea por primera vez cómo es ser un héroe — a la manera tradicional en un mundo signado por la vigilancia–.
Quizás un poco tarde para la amplitud del concepto, Ms. Marvel plantea el motivo de la supervigilancia. En el mundo después del blip, lo extraordinario es sospechoso. Si en cinco episodios Ms. Marvel pareció más interesada en celebrar a su personaje como parte del mundo, ahora muestra cómo el mundo le observa. La forma como lo que esconde — o el poder que le sostiene — se considera una amenaza por necesidad. ¿Es el mundo que Marvel muestra un sobreviviente a un suceso mayor? ¿O, por primera vez, la franquicia muestra que lo heroico no es necesariamente bienvenido?
¿Qué ocurre cuando una niña lleva un poder formidable y desconocido a cuestas? Más emparentado con sus dos primeros y brillantes capítulos, el final de temporada es un juego ingenioso de espejos. Kamala encarna un tipo de buena voluntad ideal que resulta profundamente ideal en medio un mundo herido por un tragedia gigantesca. Esta héroe, que lleva un atuendo que celebra su pasado y su presente, no es un fruto de un accidente. Es la suma de todas su partes y el final de temporada, lo recuerda de forma elegante, sagaz y bien construida.
Con todo, el cierre de la historia lleva a cuestas el peso de cierto desequilibrio argumental. A pesar de sus buenas intenciones, el gran final tiene algo de incompleto y poco acabado. Ya sea porque Ms. Marvel apuntó con ambición a docenas de lugares distintos y no logró cohesionar sus planteamientos con habilidad. O que el interés por el contexto cultural del personaje resto tiempo y desarrollo a su versión más heroica. La Kamala que finalmente puede mostrar todo su poder, es una versión apresurada de sí misma. Una pequeña, sin verdadero desarrollo a partes iguales entre la chica detrás de la máscara y la que es capaz de mostrar el sentido de lo sorprendente. Una dicotomía que incluso en sus minutos finales, es más evidente que nunca.
Ms. Marvel a plena potencia
Con todo, el final de temporada de Ms. Marvel tiene un argumento más rápido, sofisticado, inteligente y bien construido. Una mirada a lo que pudo ser la serie entera, de tener un mejor equilibrio entre el contexto de su personaje y la mirada sobre su habilidad. Cuando Kamala enfrentar un peligro real y potencialmente incontrolable, la serie finalmente muestra la acción que se esperó de ella. También los diversos matices del mensaje al fondo. La exclusión al diferente, la batalla por el reconocimiento y al final, la celebración a la identidad. Todo en el paquete brillante de una aventura corta y un poco desordenada sobre un héroe en formación.
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La serie deja claro que la naturaleza portentosa de Ms. Marvel es solo uno de los aspectos de Kamala. Y después de haber dedicado tres episodios a explorar en su historia, se agradece que la dicotomía sea más prometedora que un simple anuncio. Y con un cameo final que era más que previsible, es evidente que este emocionante, pero corto y desordenado final de temporada se vincula con el corazón de Marvel. ¿Qué es lo mejor de conocer a los ídolos? Es lo que parece plantear Ms. Marvel en la escena poscréditos más esperada por los fanáticos de la serie. Que sean exactamente como los imaginaste. O al menos, que traigan otro misterio a cuestas.
Ms. Marvel volverá, indica la serie antes de fundido a negro. Y hay mucho que explorar, en un pequeño misterio que comienza de la manera más inesperada.