Si los eventos astronómicos de mayo venían cargados con una de las lluvias de estrellas más conocidas y hasta un eclipse, los de junio serán un poco más tranquilos. Una Luna rosa que no es rosa y un solsticio serán los principales fenómenos que tendremos que apuntar en nuestras agendas este mes. Eso sí, también podremos disfrutar de una lluvia de estrellas muy poco conocida, precisamente porque se trata de un fenómeno diurno.
No obstante, cualquier momento es bueno para salir a mirar el cielo. En el hemisferio norte llegan las agradables noches del inicio del verano, mientras que en el sur el comienzo del invierno puede que obligue a los amantes de los eventos astronómicos a salir acompañados de un buen abrigo.
Pero sea como sea y estemos donde estemos, seguro que el firmamento no defrauda. Al fin y al cabo, cada día del año hay motivos de sobra para mirar al cielo, no necesitamos que estén marcados por los eventos astronómicos.
Los eventos astronómicos empiezan con una lluvia de estrellas poco convencional
El 10 de junio tendrá lugar el máximo de las ariétidas. Esta es una lluvia de estrellas diurna. Hay varias al año, aunque suelen pasar desapercibidas, y esta es una de las más intensas.
Como ya sabemos, las lluvias de estrellas proceden del encuentro periódico de la Tierra con los restos de polvo dejados por un cometa o asteroide. No se sabe exactamente cuál es el origen de las ariétidas. No obstante, se sospecha que podría ser el asteroide 1566 Ícaro. Su radiante, el punto del que parecen nacer los meteoros, está muy cerca del Sol, lo cual dificulta aún más su visibilidad. Por eso, si queremos intentar verlas, debemos hacerlo justo antes del amanecer, cuando empiecen a rayar el cielo, pero el sol aún no nos estorbe demasiado.
La Luna rosa que no es rosa
No hay nada como un buen prefijo superlativo para dar impacto. Por eso, usamos el término “superluna” por encima de nuestras posibilidades. No es un concepto científico, por lo que no hay una definición estricta sobre qué es superluna y qué no. Sí que hay unas normas no escritas que se dan cuando no hay más de 24 horas entre el perigeo y la fase de Luna llena. El perigeo es el momento en el que el satélite tiene su punto más cercano a la Tierra. Por eso, si transcurre poco tiempo con la Luna llena, la veremos aparentemente más grande.
Sin embargo, la diferencia es mínima. Y, además, el hecho de que sean normas no escritas conduce a que cada cual la llame como quiera. La de este mes se ha catalogado como tal. Y también como Luna rosa. Por eso, a la mente nos viene una inmensa Luna rosada.
Pero lo cierto es que será una Luna llena más. Lo cual no la hace menos fascinante, pues no hay Luna llena fea. La de este 14 de junio fue bautizada por los nativos americanos como Luna rosa o Luna de fresa porque coincidía con el inicio de la temporada de recolección de estas frutas. Lógicamente, la Luna llena es un clásico de los eventos astronómicos. Nunca falla y para verla solo hay que mirar hacia arriba.
Mercurio en su mayor elongación occidental
El 16 de junio tendremos a Mercurio en su mayor elongación occidental. Este es otro clásico de los eventos astronómicos, porque supone el mejor momento para ver el planeta más cercano al Sol. Se encontrará en su punto más alto sobre el horizonte en el cielo de la mañana.
Un habitual de los eventos astronómicos de junio: el solsticio
Los eventos astronómicos de junio siempre vienen marcados por el solsticio. Será el 21 de junio y con él daremos la bienvenida al verano en el hemisferio norte y al invierno en el sur.
Ocurrirá a las 09:05 UTC. Es decir, a las 10:05, hora peninsular española, y a las 03:05 en Ciudad de México.
Y así acaban los eventos astronómicos de junio, aunque también habrá algunas conjunciones dignas de mencionar, como la de la Luna y Marte el día 22 o la de la Luna y Mercurio el 27.