Vamos al grano desde un principio. Obi-Wan Kenobi, pese a cerrar su primera temporada con un episodio que tiene varios momentos épicos y muy bien logrados en lo visual, quedó muy lejos de cumplir las expectativas. Ciertamente, el siempre exigente fandom de Star Wars tenía el hype hasta las nubes, pues se trataba del retorno del legendario maestro Jedi y Ewan McGregor. Sin embargo, gran parte de la temporada es aburrida, predecible y sostenida en un fanservice que no le importa ignorar el canon.
La manera en que Disney ha tratado el canon de Star Wars es bastante curiosa. Cuando sumaron las licencias de Lucasfilm tras desembolsar poco más 4.000 millones de dólares, uno de los primeros movimientos fue desechar cualquier historia o personaje surgido en novelas, cómics y videojuegos. Así pues, los dirigidos por el ratón Mickey solo reconocieron la aportación narrativa de las películas existentes en aquel momento.
¿Por qué lo hicieron? Primeramente, porque querían tener pleno control narrativo de Star Wars. Es innegable que el canon, con el paso de los años, fue recibiendo aportaciones que ya ni siquiera eran inspeccionadas meticulosamente por Lucasfilm. En determinado momento, el control de tanto contenido se les fue de las manos. No obstante, esto también permitió que nacieran historias realmente entretenidas y, me atrevería decir, muchísimo más interesantes que la Saga Skywalker.
A pesar de lo anterior, Disney no se lo pensó dos veces y desechó Star Wars Legends —como se le conoce a las historias licenciadas más allá de los largometrajes—. Los fans, evidentemente, no estuvieron de acuerdo. Pero ese disgusto no le importó a la compañía, porque a partir de aquí tenían toda la libertad creativa de crear sus propias historias y personajes tan solo respetando las dos trilogías de filmes.
Esto dio origen a dos spin-off y una tercera trilogía que funcionó como continuación de la Saga Skywalker. El resultado final ya lo conocemos todos: tres filmes decepcionantes, intrascendentes y que por momentos dan la sensación de no estar conectados entre sí. Aunque Disney no lo reconozca, la ola de críticas sobre estas producciones provocó que se replantearan su estrategia, originando así un nuevo desmadre que atenta contra sus propias decisiones anteriores.
Por un lado, pese a que dijeron que las primeras dos trilogías serían la única base de sus futuros proyectos, no tardaron mucho en fijarse en las historias y personajes de Star Wars: The Clone Wars y Star Wars Rebels. Hablo de las series animadas que cuentan con el respaldo de todo el fandom.
Si bien The Mandalorian triunfó gracias a dos rostros completamente nuevos, no desaprovechó la oportunidad de, una vez más, apoyarse en viejos conocidos por el fandom. Fue así como Ahsoka Tano, Bo-Katan Kryze, Boba Fett y hasta el mismísimo Luke Skywalker —con CGI de bajo presupuesto— tuvieron sus momentos de protagonismo en la serie de Din Djarin y Grogu.
Disney retoma y desecha elementos del canon de Star Wars
Esto demostró dos cosas. Ante todo, que Disney sí encontró elementos de valor en el canon ajeno a las películas. Entonces, aquello que un momento les parecía intrascendente para el futuro de Star Wars, al final se convirtió en un pilar fundamental. Sobra decir que Ahsoka tendrá su propia serie y en ella aparecerán algunos de los personajes que la acompañaron en Rebels, entre ellos Sabine Wren.
Desde otro ángulo quedó en evidencia que, por más veces que prometan hacerlo, Disney es incapaz de dejar atrás la Saga Skywalker. Y si es necesario, van a pisar el canon de las películas para extender la desgastada historia de los Skywalker.
Los enfrentamientos entre Darth Vader y Obi-Wan Kenobi en la serie homónima no tendrían que haber ocurrido. ¿La razón? el canon establecía que estos personajes, tras su primera pelea en Star Wars: La venganza de los Sith, no se vieron las caras ni una sola vez hasta Una nueva esperanza.
Si nos ponemos del lado de Disney, era difícil resistirse a la idea de juntar a dos personajes legendarios que todavía existen en la línea de tiempo. Eso sí, a costa de no respetar el canon que ellos mismos preservaron. El mismo debate se puede generar en torno a los momentos en que Obi-Wan conoce a Leia Organa y Luke Skywalker.
Aunque estas decisiones y vueltas no tienen sentido en el terreno argumental, lo menos que podemos hacer es enojarnos por las decisiones que está tomando Disney en relación al canon de Star Wars. Para empezar, por más fans que seamos de la franquicia, sus historias y personajes no nos pertenecen. Mickey puede hacer lo que crea conveniente para seguir generando ingresos con este universo, y no te van a preguntar si estás de acuerdo o no. No tienen por qué hacerlo.
Así pues, será mejor que nos hagamos a la idea de que a Disney no le importa el canon de Star Wars. Ya sea por contradecirse a sí mismos al retomar historias que un principio intentaron tirar a la basura, o por alterar los hechos que propuso George Lucas tantos años atrás.
Pero lo más significativo es que nosotros también restemos importancia al canon que conocemos. ¿Alguien va a decir que no fue emocionante ver ese duelo entre Darth Vader y Obi-Wan Kenobi? De querer seguir consumiendo los contenidos del universo Star Wars, la única opción es dejemos llevar por las contradicciones que vengan próximamente, porque seguramente vendrán más. Y como nadie nos obliga a consumir un determinado producto de entretenimiento, siempre puedes dar un paso al costado, que también es respetable.
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