¿Por qué en todas las comunidades de vecinos hay uno que disfruta moviendo muebles a horas intempestivas y otro al que le encanta jugar a las canicas? La ciencia no tiene explicación para lo primero, pero sí para lo segundo. Y es que, en realidad, cuando creemos escuchar un repiqueteo de canicas en el piso de arriba no se trata precisamente de eso. En realidad, es el sonido de las tuberías sometiéndose a un fenómeno de la física conocido como golpe de ariete o pulso de Zhukowski. 

Esto ocurre cuando se cierran repentinamente un grifo o una válvula. Puede ocurrir en cualquier momento del día, aunque solemos escuchar más ese sonido de canicas por la noche, básicamente porque todo está en silencio. 

Es algo muy normal, por eso prácticamente todos lo hemos oído alguna vez. En principio no entraña riesgos, aunque sí que es cierto que en algunas situaciones puede ser peligroso, ya que indicaría una situación susceptible de terminar con las tuberías reventando. De todos modos, antes de llegar a ese punto, vayamos al origen: ¿por qué oímos ese ruido de canicas?

El pulso de Zhukowski y el ruido de canicas en las tuberías

Generalmente los fluidos tienen un comportamiento ligeramente elástico.  Por eso, cuando el agua corre por las tuberías y se cierran de golpe un grifo o una válvula ocurre un curioso efecto. Las partículas que se estaban acercando al punto que se ha cerrado se paran bruscamente. Sin embargo, las que venían detrás siguen moviéndose hasta el punto de chocar con ellas. Esto da lugar a una especie de rebote, con el que el agua ocupa el vacío que se había generado detrás de ella, expandiendo el aire hacia los bordes de las tuberías.  Como resultado, aumenta la presión y estas tiemblan, produciéndose ese repiqueteo similar al sonido de las canicas. 

Es importante destacar que esto no pasa solo cuando se cierra un grifo. También puede ocurrir cuando se cierra una válvula en el momento que una lavadora o un lavavajillas dejan de tomar agua. 

¿Puede ser peligroso?

Todo el fenómeno de golpe de ariete va acompañado de un aumento brusco de presión que en determinadas circunstancias sí que puede ser peligroso. 

Por ejemplo, en periodos vacacionales, en los que hay menos personas viviendo en el edificio, hay más válvulas y grifos cerrados, de modo que es más difícil aliviar esa presión. Como resultado, tras el repiqueteo de las canicas las tuberías pueden llegar a estallar. Y no solo eso, también pueden romperse los grifos y válvulas instalados en el edificio.

El peligro aumenta en periodos vacacionales, en los que hay menos personas en los edificios

Afortunadamente, hay algunos mecanismos para evitar que el golpe de ariete llegue a ser peligroso. Por ejemplo, es importante que las partículas de fluido no se desplacen demasiado deprisa. Para lograrlo, se juega con el diámetro de las tuberías, hasta conseguir velocidades adecuadas.

Por otro lado, se pueden usar válvulas de asiento, que detienen el flujo de agua en las tuberías más gradualmente que las convencionales. Así, se evita la brusquedad que puede conducir al golpe de ariete. Del mismo modo, pueden utilizarse otros elementos capaces de absorber las ondas de presión que generan este efecto.

En definitiva, si oyes ese característico sonido de canicas, en realidad es el agua haciendo carambolas en las tuberías de tu edificio. El sistema de cañerías debería estar preparado para absorber esa presión, así que en principio no hay nada que temer. Simplemente, puedes dejar de pensar que tu vecino de arriba tiene aficiones un tanto raras. O quizás sí que sea un aficionado a los juegos infantiles tradicionales. Es algo menos probable, pero podría ocurrir. Sin embargo, nosotros no estamos aquí para juzgarle.