Si algo destaca del penúltimo episodio de la temporada seis de The Expanse, es su sobriedad. Sorprende que, a pesar que el final está tan cerca, la serie mantenga su noción sobre la profundidad y un narración pausada. Por supuesto, que la presencia de Camina Drummer (Cara Gee), es un añadido de considerable interés.
Pero en especial, el capítulo —titulado apropiadamente Why We Fight (Por qué peleamos)— es un recorrido por lo que ha hecho a The Expanse un hito de la ciencia ficción. Con su ritmo extraño, sus largas conversaciones y la tensión que alcanzó un punto al rojo vivo para la futura confrontación, el capítulo es un adiós. También, es una reinvención de la fórmula usual de la serie y la forma en que comprende su mitología. The Expanse está a punto de mostrar sus mejores cartas. De resolver el conflicto de temporada entre Marco Inaro y todo lo que le rodea. En mostrar los alcances del miedo, la esperanza y las expectativas entre la Tierra, Marte y El Cinturón.
Pero a pesar de eso, se toma el tiempo suficiente para grandes diálogos, para una tensión interna conmovedora y dejar la evidencia de algo concreto. The Expanse es un punto elaborado sobre el poder humano — sus ambiciones y dolores — llevado a otro nivel. El capítulo cinco deja claro, que si bien, lo corto de la temporada inevitablemente dejará algunos puntos por fuera, completa y cierra con elegancia la historia.
Las grandes conversaciones del adiós
Uno de los momentos más interesantes del capítulo, es la discusión entre Chrisjen Avasarala (Shohreh Aghdashloo) y Bobbie Draper (Frankie Adams). Sin duda el tema de Ceres continúa siendo un punto de inflexión. Y de hecho, Avasarala incluso llega a preguntar directamente a Bobbie si comienza a “ablandar” sus decisiones. La serie plantea el debate desde la mirada sobre el poder y el dominio, pero logra que el largo y brillante diálogo englobe varias cosas a la vez. Por un lado, la mirada sobre los habitantes de Ceres y su circunstancia. A la vez la forma en que el punto de vista entre ambos personajes muestra la evolución de la tensión de manera clara.
En simultáneo, Bobbie tiene una complicada discusión con Amos Burton (Wes Chatham) en la que pone en relieve la importancia de la lucha. Pero... ¿cuál lucha? Sin duda, por los intereses y los beneficios del flanco que apoyan. Como siempre lo ha hecho, The Expanse es una colección de miradas sobre la influencia, el poder y entre ambas cosas, la empatía.
Esa concepción, hace que las conversaciones y debates sobre sus personajes sean especialmente simbólicos. Como lo que ocurre en Naomi (Dominique Tipper) y Drummer, en la que los ideales vuelven al punto más alto. “Luchamos por lo que amamos” dice Naomi. Una versión del poder real The Expanse más allá de su brillante ejecución de la ciencia ficción.
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El largo trayecto hacia el final
Como era inevitable, Marco Inaros (Keon Alexander) vuelve a ser parte de la idea del poder y el enfrentamiento. Pero en esta ocasión, el argumento le deja en un espacio ingrato. Es el artífice de un método de defensa casi infalible, pero su comportamiento reduce ese éxito a lo mínimo. Sin duda, el gran momento de acción, vuelve a Rocinante, con Holden (Steven Strait). De nuevo, el personaje muestra su solidez con una frase que podría definir su actuación durante esta curiosa temporada. “Esto es más grande que una guerra” y, de hecho, hace referencia intermedia al mundo literario que no veremos desarrollarse en pantalla.
Todas la piezas están en su lugar. La líder Belter es rechazada en la ONU, la Tierra estaba a punto de defender sus puntos más vulnerables. Y The Expanse se dirige directamente a su capítulo final. ¿Habrá explicación para la extraña visión sobre la vida y la muerte que la serie ha mostrado durante la temporada?, ¿qué ocurrirá con la rebelión de los marcianos? Nada está claro, a pesar que el capítulo final es el cierre no solo de las duras historias de temporada, sino de la serie entera. Rocinante está a punto de surcar el espacio por última vez y The Expanse, de mostrar su brillo, elegante y poderoso, para su fiel audiencia. Una despedida que cierra un brillante capítulo en la ciencia ficción televisiva.