El Telescopio Espacial James Webb ha logrado desplegar con éxito su antena de transmisión, dando un paso más hacia su esperado destino.
Es un nuevo capítulo de la historia que comenzó el pasado 25 de diciembre. Mientras unos felicitaban la Navidad y otros recordaban el nacimiento de Isaac Newton, el James Webb nos dio otro motivo más para señalar esta fecha para la posteridad en el calendario. Su lanzamiento exitoso supuso un gran hito de la era espacial que estamos viviendo, al ir más allá de la mirilla de nuestro propio planeta y colocar directamente en el espacio al mejor observador del universo que se ha creado hasta el momento.
Sin embargo, a pesar de que todos aplaudimos su éxito, aún queda un poco para lanzar las campanas al vuelo. El viaje que inició este telescopio el día de Navidad tendrá en total unos 29 días de duración hasta que pueda llegar a su órbita y empezar a trabajar. Incluso desde ese día habrá aún algunos pasos que superar para que podamos respirar tranquilos por su integridad. Pero, al menos de momento, todo va según lo previsto, gracias al despliegue que ha anunciado la NASA.
¿Para qué servirá la antena de transmisión?
El ensamblaje y despliegue de la antena de transmisión que finalmente se ha logrado exitosamente comenzó el 26 de diciembre a las 10:00 EST (16:00, hora peninsular española).
El proceso duró una hora. Después, por la noche, los sensores de temperatura y las galgas extensométricas del telescopio se activaron por primera vez. Gracias a ello, los datos de temperatura y deformación ahora están disponibles para los ingenieros que monitorean los sistemas térmicos y estructurales del telescopio. Y pueden enviarse con ayuda de la antena de transmisión. Es vital para el James Webb, pues ayudará a enviar a la Tierra desde el observatorio al menos 28,6 Gigabytes de datos científicos. Lo hará dos veces al día, de modo que los investigadores dispongan de la información lo más a tiempo real posible.
Próximos pasos del Telescopio Espacial James Webb
El James Webb tuvo una primera jornada de viaje intensa, pero no ha habido lugar para el descanso.
No debemos olvidar que el impulso inicial para su viaje se lo dio el cohete Ariane-5, pero que tras su liberación debe realizar varios ajustes a su trayectoria para poder llegar con éxito a su destino.
La más grande de esas correcciones, llamada corrección de mitad de curso (MCC por sus siglas en inglés), ya se ha llevado a cabo también. De hecho, se realizó bien pronto, 12,5 horas después del lanzamiento; ya que, según explican desde la NASA, cuanto antes se realice, menos propelente requiere. Pero todavía deben realizarse algunas correcciones más. Además, tendrá que realizar otras operaciones, como desplegar sus espejos.
Todo esto le permitirá realizar ese viaje de casi un mes. Sin embargo, una vez que llegue a su lugar de trabajo, no podrá empezar a enviar datos inmediatamente, pues será necesario calibrar todos esos instrumentos que lo convierten en un telescopio espacial único. El proceso será bastante largo, de unos seis meses. ¿Pero qué más da esperar un poco?
Desde que la NASA decidió inicialmente lanzar el James Webb hemos tenido que esperar 14 años. Podremos soportar unos pocos meses más.