Nueva Zelanda acaba de anunciar la propuesta de la que se convertiría en una ley antitabaco sin igual en todo el mundo. Y es que en ella se establece que, a partir de 2026, la edad por debajo de la cual está prohibido fumar iría incrementándose de año en año, según apuntan desde EFE.
Ahora mismo está en 18 años. Y así permanecerá hasta entonces. Sin embargo, en esa fecha se pasará a 19 y así poco a poco, haciendo cada vez más restrictiva la posibilidad de consumir tabaco para las nuevas generaciones neozelandesas.
Y no es el único punto novedoso de esta ley antitabaco. Esta también contempla desde ya otras iniciativas, como vender solo tabaco con baja concentración de nicotina. Con ello, se pretende que menos del 5% de los habitantes del país oceánico fumen para 2025 y que aquellos que tengan 14 años cuando la ley entre en vigor ya jamás puedan fumar. Sin duda, Nueva Zelanda ha decidido apostar fuerte.
Por una Nueva Zelanda libre de humo
A día de hoy, una de cada cuatro muertes por cáncer en Nueva Zelanda está relacionada con el tabaco. Y estos porcentajes son incluso más potentes en la población maorí, en la que un 30% de las mujeres son fumadoras. Además, se considera que fumar mata allí a más de 5.000 personas al año.
Estos son los motivos que han llevado al gobierno de Jacinda Ardern a establecer una ley antitabaco extremadamente restrictiva. También lo fueron sus medidas anti COVID y gracias a ellas actualmente es de los países con una incidencia más baja. ¿Ocurrirá lo mismo con la ley antitabaco? Solo el tiempo lo dirá. Pero veamos en qué consiste y qué reacciones ha generado.
Prohibido fumar: una ley antitabaco muy controvertida
Antes del aumento gradual de la edad hasta la que estará prohibido fumar se establecerán otras medidas.
Las más importantes son la reducción del número de establecimientos que podrán vender un tabaco que, además, deberá tener niveles muy bajos de nicotina. De este modo, solo 500 tiendas en todo el país tendrán permiso para llevar a cabo estas ventas.
La ley antitabaco no entrará en vigor de inmediato, para que los minoristas puedan cambiar sus estrategias de mercado y dejar de depender de la venta de tabaco, según ha explicado a Daily Mail la ministra de sanidad neozelandesa, Ayesha Verrall.
Lo que no cambiará será el consumo de cigarrillos electrónicos, por considerarse menos peligrosos que el tabaco convencional. Esta es una decisión que contradice la de algunos estudios científicos recientes, aunque quizás un paso intermedio necesario para no despertar más antipatías de las que ya están despertando.
Y es que el anuncio de la nueva ley antitabaco no ha sido muy bien recibido, tanto entre los fumadores, lógicamente, como entre determinados partidos políticos de la oposición. Especialmente han mostrado su descontento desde ACT, un partido de derechas, cuyos portavoces se han manifestado preocupados por las personas que ya son adictas al tabaco en Nueva Zelanda. Además, señalan que todo esto podría potenciar la venta de cigarrillos en el mercado negro. Y añaden que, para ellos, un estado que actúa como “niñera” nunca será eficaz para solucionar un problema.
No opinan lo mismo desde el gobierno, que de momento no ha dado muchos más datos sobre su plan de vigilancia. Por ahora solo sabemos que los establecimientos que incumplieran la normativa se enfrentarían a multas de entre 500 y 1.000 dólares neozelandeses, equivalentes a unos 831-1.663 euros. Sin duda, la política restrictiva de Nueva Zelanda enfocada a mejorar la salud de sus ciudadanos vuelve a dar que hablar en todo el mundo. ¿Quién sabe? Quizás, si su plan sigue adelante, otros países quieran tomarlo como ejemplo.