La crónica francesa lleva más allá la estética propia de Wes Anderson. También, una interesante mirada al mundo cinematográfico y sus posibilidades. La forma en la que Anderson logró narrar varias historias en conjunto que homenajean con inteligente y conmovedora precisión al mundo periodístico. Pero además, el film tiene algo más de lo cual presumir: una de las escenas más asombrosas del año 2021.
Para su segmento final, la película de Anderson muestra secuencia ininterrumpida de casi 70 segundos que deslumbró a la audiencia y a la crítica. Se trata de un plano secuencia que muestra situaciones variadas, que atraviesa espacios y contextualiza la historia. Según el director en declaraciones a Vulture, la proeza visual se debe a una combinación de factores. Pero en especial, a la mano del experto camarógrafo Sanjay Sami. El frecuente colaborador de Anderson, cuyo trabajo ya pudo disfrutarse en Gran hotel Budapest, consiguió la aparente toma imposible sin efectos digitales. De hecho, se trata de un interesante recorrido.
El mismo Sami describió la toma como la “más complicada” en la que ha trabajado en su dilatada carrera de más de dos décadas. No se trata de una afirmación a la ligera. En la secuencia, la cámara ingrávida muestra pasillos, una estación de policía e incluso un pequeño desvío del camino original del personaje Roebuck Wright (Jeffrey Wright). Se trata de un juego ingenioso de perspectiva que describe la cualidad volátil de la noticia. También, incluye la visión flexible de la película sobre la historia de un semana ficticio de Kansas.
Técnica, mecánica y buen ojo
Anderson y Sami discutieron por semanas cómo llevar a cabo la toma. El experto — que comenzó su carrera en Bollywood — tuvo que recurrir a todo su ingenio. El director quería algo más que una secuencia grabada por una cámara intrusiva y observadora sin cortes evidentes. También deseaba movimientos de zigzag a alta velocidad y en ángulos de 90 grados en cuatro puntos distintos del escenario.
Las peticiones de Anderson fueron precisas. Quería que la cámara se moviera de forma lateral, de manera que diera la impresión de atravesar las paredes siguiendo la narración. Luego daría una vuelta en ángulo para enfocar de nuevo al personaje de Wright. ¿Cómo lograr semejante cosa sin rieles ni un Steadicam? Para Sami resultó un reto considerable. Anderson quería además que el movimiento se percibiera fluido, sin sacudidas evidentes o trampas digitales.
“La precisión que exige Wes es tan grande que hay que poner la cámara en las pistas para conseguir el efecto que quiere”, comentó el experto para Vulture. “La estabilidad, la rigidez de una plataforma rodante es lo que la convierte en una toma de Wes Anderson”.
No se trata de un capricho o mucho menos una obsesión de Anderson. Tanto para el director como para el experto camarógrafo se trataba de un elemento puntual del lenguaje fotográfico. “Cuando detienes la cámara o la ralentizas y la aceleras de nuevo, o haces lo que sea, todo es puntuación”, comenta Sami. De modo que comprendió los motivos del director para crear la toma imposible para lograrla, incluso sin saber muy bien si podría hacerlo.
El prodigio del año en 70 segundos
La solución fue construir un escenario adecuado desde cero para cumplir con lo que Anderson escribió en el guion. El recorrido de Roebuck a través de varios escenarios distintos sin que el personaje o la cámara se detuvieran.
En cuatro semanas, Sami y el equipo técnico construyeron un escenario que incluía la comisaría y todos los espacios que atravesaría el personaje. Además, incluyeron de plataformas rodantes que se sostendrían unas sobre otras. Y al final, espacios entre paredes para permitir el paso de la cámara. Según el diagrama construido por Sami, se lograrían los tres cambios de 90 grados que indicaba la narración del guion. El lente de la cámara estaría dentro de la ranura mientras las plataformas se movían bajo el escenario.
El resultado, que llevó casi cuatro semanas más filmar, fue una asombrosa toma que deslumbró a la audiencia y a la crítica. Y quizás, el punto más poderoso de una historia interesada en lo que se cuenta. Para Sami y Anderson fue una forma de apuntalar su visión sobre la redacción de la noticia. Para el cine, es historia.