El científico español Mario Lebrato se encontraba grabando cerca de las costas de Mozambique a un tiburón punta negra (Carcharhinus melanopterus) recién liberado cuando vio algo que le impactó. Una lucha caníbal que terminó con el pobre escualo medio comido por las fauces de un grupo de tiburones toro (Carcharias taurus). Grabar algo así es totalmente excepcional. Pero lo es más todavía si la víctima se convierte en un tiburón zombie, capaz de seguir nadando despedazado durante 20 minutos.

Tras ese tiempo murió, como es lógico. Sin embargo, es innegable que tuvo un gran aguante. Pero, más allá de su gran fortaleza, ¿es normal lo que ocurrió? ¿Suelen los tiburones comerse entre ellos?

Lo cierto es que no es la primera vez que se documenta algo así. De hecho, hay registros fósiles sobre ello con millones de años de antigüedad. Tanto entre tiburones como entre tiburones con otros animales marinos. Pero  sí que es de las primeras veces que se logran captar las imágenes en toda su crudeza. 

La terrible historia del 'tiburón zombie'

El tiburón zombie, como lo han bautizado en The Sun, donde se ha publicado la noticia, no es en realidad un zombie. No podría llamarse así porque no se ha despertado de entre los muertos, sino que se ha resistido poderosamente a formar parte de ellos. Pero finalmente lo ha hecho.

Los escualos de su especie llegan a medir unos 1,6 metros, como mucho 2, y pesan unos 13 kilogramos. El tiburón toro es más grande, pues puede superar los 3 metros de longitud y pesar casi 160 kilogramos de media. De hecho, en el caso de este tiburón zombie, en The Sun señalan que Lebrato calculó que sus oponentes podrían pesar unos 300-400 kilogramos. Por lo tanto, aunque ambos sean tiburones, está claro que hay una gran diferencia de tamaño y que, en caso de lucha, el tiburón punta negra tenía las de perder. Podría verse como canibalismo porque ambos son tiburones, pero son muy diferentes.

Mario Lebrato

Otros ejemplos de lucha caníbal entre tiburones

Si buscamos en YouTube veremos multitud de vídeos de lucha entre tiburones, unos más realistas que otros. 

Pueden verse algunas peleas entre tiburones blancos (Carcharodon carcharias), pero lo cierto es que no hay muchos documentos gráficos. En general suele ocurrir entre especies con gran diferencia de tamaño, como ha ocurrido con este tiburón zombie.

En 2016 se encontraron dientes de crías de tiburón en las heces fosilizadas de un tiburón extinto

Por ejemplo, el profesor Mark Meekan, del Instituto Australiano de Ciencias Marinas, declaró en un medio de comunicación del país oceánico que ocurre habitualmente cuando algunos tiburones caen accidentalmente en redes de pesca extendidas por los humanos. Estos emiten señales de auxilio para que sus compañeros vengan a rescatarlos, pero a veces estas pueden ser recibidas por otros escualos que ven ahí una comida copiosa y fácil de conseguir.

Y tampoco es algo nuevo. Por ejemplo, en 2016 se encontraron restos de dientes de crías de tiburón en las heces fosilizadas de un género extinto de tiburones, el Orthacanthus

Además, podían enfrentarse a otros grandes animales marinos, no tiburones necesariamente. Buen ejemplo de ello es el de un estudio publicado recientemente, en el que se demuestra una antigua pelea entre un cachalote y el tiburón extinto más grande de todos los tiempos, el megalodón.

Lo único que queda de aquella lucha es un diente del chachalote, en el que se pueden ver tres aserraduras que solo se corresponden con la mordedura del viejo rey de los mares. Según los cálculos de los científicos, el cachalote debía medir unos 4 metros. Bastante pequeño, teniendo en cuenta que hoy en día un ejemplar adulto puede llegar a medir hasta 15. En cuanto al megalodón que se enfrentó a él, no es posible saber cuánto medía, pero sí que sabemos que estos escualos llegaron a alcanzar los 18 metros. Por lo tanto, aunque no se sabe quién mató a quién, parece claro que el cachalote fue un aperitivo para el gran tiburón.

¿Se mantendría nadando un tiempo con el cuerpo medio comido, como el tiburón zombie de Mozambique? No lo sabemos. Lo que está claro es que, aunque las imágenes son impactantes, la lucha caníbal que se puede ver en ellas es algo bastante antiguo. Tan antiguo como de varios millones de años.