Lo que iba a ser un bonito espectáculo de drones en Zhengzhou, una ciudad de China, terminó resultando un auténtico caos. Al parecer, un supuesto sabotaje ocasionó una lluvia de decenas de drones que caían lentamente al suelo de las calles repletas de ciudadanos.
El espectáculo, compuesto por unos 200 drones, formaba parte de una inauguración de un establecimiento comercial. Si bien los primeros minutos transcurrieron con normalidad, los espectadores comenzaron a percatarse de que algunas de las aeronaves descendían lentamente hasta caer al suelo.
Diferentes vídeos publicados en redes sociales muestran a ciudadanos buscando refugio para evitar que los aparatos les caigan encima. Los drones parecen bajar a poca velocidad, pero las hélices en movimiento pueden ocasionar importantes daños.
Las primeras hipótesis hablan de un fallo técnico en el sistema de pilotaje, pero un medio asiático destaca que la compañía organizadora del evento asegura haber sido un sabotaje por parte de una empresa de drones. Esta interfirió en el sistema tras perder la oferta con otra empresa rival. Algo similar sucedió en mayo de 2020, cuando una veintena de drones se estrellaron durante un espectáculo a causa de un boicot por otra compañía.
China y el afán por los espectáculos con drones
En China es muy común que las empresas recurran a compañías dedicadas al espectáculo de drones para anunciar un acontecimiento importante. La estupenda sincronización, los llamativos colores y las formas que son capaces de crear estos pequeños dispositivos voladores llaman la atención de cualquier ciudadano.
Afortunadamente, la mayoría de eventos transcurren con normalidad y sin daños. Dejan, además, llamativos escenarios, como el que tuvo lugar recientemente en Shanghai, donde 3.000 drones realizaron un espectáculo de luces para el anuncio de Génesis, la submarca de Hyundai y consiguió batir un récord Guinness.
Los drones en ciudades, eso sí, pueden resultar muy peligrosos para los usuarios. Recientemente, Wing, una empresa de drones dedicada al reparto en Australia, decidió suspender temporalmente su servicio tras las quejas de algunos clientes, que grabaron cómo los cuervos habían descubierto el punto débil de sus aeronaves para intentar derribarlas. La empresa confirmó que las aves no suponían un riesgo para sus drones, y que eran acontecimientos muy puntuales.