La adaptación de la saga Sé lo que hicisteis último el verano de Amazon Prime Video desarrollada por Sara Goodman no las tiene todas consigo. Ya desde el primer capítulo es evidente que se trata de una versión de la saga cinematográfica sin su brutalidad ingenua.
Más parecida a la novela del mismo nombre de Lois Duncan del ’73 que a la franquicia cinematográfica de los años noventa, la serie comienza con un misterio. Y no se trata solo del ya clásico asesinato que varios perpetradores encumbren casi en un impulso irracional. La serie tiene la necesidad de narrar algo más sustancioso o esa parece ser la intención en los cuatro primeros capítulos estrenados.
En especial, porque para la producción de Amazon Prime Video no parece ser suficiente el hecho de la complicidad en un asesinato. En una peculiar y sutil versión de la responsabilidad, la vanidad y el miedo, el argumento intenta subvertir los códigos del slasher tradicional.
De la misma manera que la fallida Hay alguien en tu casa de Patrick Brice, Sé lo que hicisteis último el verano se hace preguntas incómodas sobre la identidad. Lo hace sobre el hecho de cómo y por qué un grupo de jóvenes en apariencia normal pueden cometer un acto sádico y violento. La respuesta podría ser argumentalmente compleja, pero en realidad la serie no está interesada en responderla. Sé lo que hicisteis último el verano es una combinación poco afortunadas de tropos y códigos tradicionales del cine de terror llevados a una dimensión distorsionada.
En la década de los ’70 (época en la que se escribió la novela original), el slasher tenía la noción sobre la culpa directa. De hecho, la novela es herencia directa de otras tantas versiones cinematográficas del mismo tema. El asesino mata para expiar, para castigar, por placer o solo por la noción de la violencia en estado puro.
Pero Sé lo que hicisteis último el verano tiene la obvia intención de reescribir la raíz del género para crear algo redimensionado a las preguntas contemporáneas. De modo que el grupo de adolescentes involucrados en un suceso violento no se preguntará sobre su responsabilidad o temerá las consecuencias. Intentará asumir que hay un hecho de vanidad pura tanto en el asesinato como en la percepción general de la atmósfera de la historia.
El argumento hace hincapié una y otra vez en la capacidad del mundo moderno para estratificar la noción sobre la identidad. Y lo hace como si fuera de fundamental importancia comprender cómo se enraiza y se elabora la necesidad de disimular la culpa. Ya no se trata del misterio que une a los personajes en el hecho de matar o ser cómplices en un asesinato. Es un recorrido por los motivos por los cuales los culpables parecen estar convencidos de que está bien guardar el secreto. Y aunque tanto en el libro como en la saga cinematográfica había algunos personajes que buscaban justificación, la serie lleva el matiz a otro perturbador nivel.
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No lo hace además con inteligencia o habilidad. El machacón interés del argumento por dejar claro que en una época vanidosa justifica casi cualquier cosa se hace tediosa muy pronto. Sé lo que hicisteis último el verano no quiere juzgar a sus personajes y eso podría ser una forma de narrar efectiva. Pero en realidad, al no hacerlo deja un espacio en blanco para especulaciones facilonas sobre su argumento.
'Sé lo que hicisteis último el verano', nada nuevo bajo el sol
Quizás, el mayor fallo de Sé lo que hicisteis último el verano sea el de basar su argumento en un error de lógica. En la franquicia cinematográfica, la culpa era necesaria para enlazar la venganza posterior. Pero en esta ocasión, los personajes intentan justificar su actuación y de alguna forma el guion se sostiene sobre esa idea. Y lo hace con una serie de extrañas y poco convincentes vueltas de tuerca que plantean preguntas irrisorias.
De hecho, la mayor de la parte del segundo y el tercer capítulo se sostiene sobre la posibilidad de alejarse como puede de la franquicia cinematográfica. ¿Cómo? Haciendo más profundas sus semejanzas con el libro de Duncan.
La serie de Amazon Prime intenta el mismo truco pero con resultados tan pobres que termina por ser una caricatura casi burlona. Algo que podría funcionar si la serie no se tomara tan en serio a sí misma como para elaborar una especie de recorrido espiritual por la vanidad de los personajes. De hecho, todos los personajes carecen de la personalidad como para ser otra cosa que estereotipos blandos de algo mayor.
Desde la Lennon de Madison Iseman, centro de la trama hasta su grupo de amigos Margot (Brianne Tju), Riley (Ashley Moore) y Dylan (Ezekiel Goodman). Todo el argumento gira sobre lo que les rodea y les hace ser lo que son. ¿Y qué son en realidad este grupo de jóvenes que apenas abandonan la secundaria?
La serie no responde preguntas ni tampoco le interesan. Tampoco se basa en las motivaciones o el núcleo de la venganza misteriosa. Sé lo que hicisteis último el verano está enfocado en hacer referencia y dar una mirada al universo de lo banal de la actualidad. En el hecho de que nuestra cultura justifica lo atroz a través de lo egocéntrico. La premisa podría funcionar, pero el argumento no logra avanzar más del punto clave del terror por el terror. Este grupo de personajes debe huir de un asesino y lo que sea que ocurra alrededor es irrelevante para lo sangriento.
Una historia plana sin nada que ofrecer
Sé lo que hicisteis último el verano intenta cubrir sus fallas con su enfoque sobre el sexo y la brutalidad de los asesinatos en pantalla. Pero ni aun así logra solventar su principal problema de origen. Para bien o para mal, la franquicia cinematográfica creó un mundo de referencias endebles pero notorias.
La serie se empeña tanto en alejarse que termina por ser un híbrido de varias cosas a la vez que no logran sobreponerse a su forma de mostrar el miedo o la violencia. Al final, Sé lo que hicisteis último el verano es solo un trayecto aburrido hacía algo más efectista. Una mirada poco clara hacia una nueva manera de enfocar el clásico enfoque. ¿Funciona? Todo indica que es solo un despliegue de sangre y gritos.