Después de años de intentos fallidos y otros tantos de expectación, Fundación llegó a Apple Tv+. Se trata de un logro de considerable envergadura para la ciencia ficción. En especial por la importancia de la obra del Isaac Asimov y su definitiva influencia en el género tal y como lo conocemos. 

Pero el estreno trajo la ya habitual controversia sobre la fidelidad de la versión televisiva a su original en papel. La crítica alabó de manera discreta la puesta en escena y algunas decisiones de guion. Pero buena parte de los fans de Isaac Asimov se sorprendieron de encontrar una historia esquemática y narrada de manera estructural. Si en algo se distingue la obra del escritor es la forma en que expande sus planteamientos en todas direcciones y lo hace de manera progresiva. La serie toma el camino contrario y toma la decisión de analizar el universo de conceptos de forma casi estratificada. 

Pero lo que parece preocupar aún más a los lectores de Isaac Asimov es el temor que la serie puede desaprovechar las bondades de la saga. En especial si toma la decisión de crear una cronología precisa y atenerse únicamente a conflictos políticos. Después de todo, la saga Fundación abarca múltiples sobre la ciencia ficción, el hombre, la historia y la tecnología. ¿Cómo podría lograr una adaptación televisiva incluir en un solo argumento semejante vastedad? Tal vez tomando algunas decisiones concretas. 

Fundación a través del tiempo

La saga Fundación es una epopeya intergaláctica que no se basa en un hecho como la serie parece insinuar, sino en el futuro. Y no solo el futuro como una posibilidad, sino analizado a través de la cualidad casi profética de la ciencia. La historia contada por los diferentes libros abarca además casi 500 años, lo que permite que el argumento sea más una versión la historia. Si el showrunner de Fundación David S. Goyer permite a la serie ser algo más que una línea de sucesos, favorecerá a la historia. 

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Y no se trata de intentar abarcar todos los innumerables sucesos que narra la saga. En realidad, Goyer solo podría asumir que el argumento se dirige a un lugar preciso pero por medios desconocidos. ¿Cómo llegarán los personajes, descendientes o clones en todo caso a nuevos lugares y experiencias? La serie podría beneficiarse de un poco de riesgo al reflexionar sobre su esencia como algo mucho más elaborado. ¿Es necesario la connotación de amplitud? Lo es en la medida que Fundación no es una sola historia, es un conjunto de líneas que convergen en un punto clave. 

Un recorrido a lo profético: redimensionar a Hari Seldon

El profeta, mártir o rostro visible de la psicohistoria, Hari Seldon es percibido en la serie de Goyer como un símbolo. ¿De qué? Por ahora, la acción redimensiona la figura del Imperio y el Emperador en una forma de crear una intriga política consistente. Pero el caso es que la saga Fundación no la necesita. Lo que sí podría resultar imprescindible es dejar claro que Seldon está destinado a ser el hilo conductor de todas las historias en adelante. 

¿Lo es ahora mismo? Con su carácter de portador de malas noticias, la serie no parece muy interesada en destacar el papel de Seldon a futuro. ¿Beneficiaría a la serie hacerlo? En realidad, la serie necesita comprender su naturaleza de producto derivado de una historia mucho más amplia y compleja. De modo que con toda seguridad podría crear una sensación de perpetuidad si el poderoso papel del científico se esbozara de forma más clara. 

No, en 'Fundación' el Imperio no es tan importante

Es evidente que David S. Goyer trata de construir una intriga palaciega con la que pueda jugar a medida que transcurren los capítulos. Pero el caso es que Fundación no lo necesita. Más allá del comentario político sobre el progreso y la superstición, la serie parece poco interesada por los verdaderos temas de la saga. Para Asimov, la psicohistoria era una forma de metaforizar cómo la tecnología y la ciencia pueden confluir en un punto con el espíritu humano. Más allá de eso, se trata de una percepción sobre el bien, el mal y la moral. Algo tan complejo que a la saga le llevó al menos una trilogía enhebrar los hilos de una historia que abarca todas las historias.

Tal vez David S. Goyer podría intentar no seguir las líneas de guion tradicional y arriesgarse a la visión de Asimov. Se trata de un universo en expansión que se podría ampliar en todas direcciones. En especial, podría analizar con cuidado todas las coyunturas de la versión sobre la ciencia y el humanismo del escritor. ¿Se trataría de un experimento argumental? Sin duda, pero ¿Fundación no lo es de origen? 

La vida humana a través de circunstancias más grandes

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El Imperio Galáctico tiene 12.000 años de antigüedad y está a punto de caer. O al menos, esa es la funesta predicción de Hari Seldon. Ahora bien, la saga Fundación está menos interesada en la forma en cómo cae el Imperio que en lo motivos por lo cuál ocurre. Y he allí su gran poder. Asimov analizó la implicación central de la historia del hombre (y todas sus decisiones) para crear un teorema básico. 

Si Arthur C. Clarke consideraba a toda forma de ciencia muy avanzada magia, Asimov concibe todo cálculo metódico como profecía. Por extraño que parezca, la serie no explora una premisa tan rica en matices como poderosa. En especial en una época como la nuestra, en la que la condición de la ciencia está en entredicho en una especie de sabiduría popular imprecisa. Y aunque Fundación sí dedica atención a la ciencia y su lucha contra la superstición, no mira el núcleo del tema. En realidad, no se trata de la perspectiva con que se mire, sino el cuidado la forma de crear un ciclo de profecías inevitables.

Fundación no es solo una saga, es una superestructura

El primer libro de Fundación está dividido en cinco novelas cortas que abarcan un siglo y medio. Como si eso no fuera suficiente, no tiene personajes en común. Solo un contexto. De modo que la gran pregunta es, ¿cómo puede la serie insistir en un formato lineal? De hacerlo, solo forzará la ilusión de una continuidad que no existe. Y además, reconstruirá el diseño y la tensión interior que Asimov brindó a su novela. 

¿Qué podría hacer David S. Goyer para mejorar el sentido cronológico de la serie? Asumir que la Saga tiene planos narrativos por completos distintos y desarrollarlos con cuidados y por separado. Una visión plural que podría convertir a la serie en algo más amplio. 

¿Todavía hay tiempo para enmendar el camino para Fundación? Lo mejor con la obra de Asimov es justo eso: siempre lo hay. 

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