Rolls-Royce está dando los primeros pasos hacia el futuro de la aviación eléctrica. El segundo fabricante mundial de motores aeronáuticos ha completado exitosamente el vuelo inaugural de su avión eléctrico apodado Spirit of Innovation.

El Spirit of Innovation no luce como un avión eléctrico, pero cuenta con un motor de 400 kilovatios. Este es alimentado por el "paquete de baterías con mayor densidad de potencia jamás ensamblado para un avión".

Según un comunicado de la compañía, la aeronave estuvo en el aire unos 15 minutos. De esta manera, Rolls-Royce dio inicio a una intensa fase de pruebas que involucra la recopilación de datos de desempeño.

La prueba primera del avión eléctrico de Rolls-Royce se realizó en la pista Boscombe Down del Ministerio de Defensa del Reino Unido. El siguiente desafío es continuar con las pruebas y alcanzar las 300 millas por hora (480 km/h).

El desarrollo del avión eléctrico de Rolls-Royce es parte del programa Aceleración de la Electrificación del Vuelo (ACCEL, por sus siglas en inglés). Allí participan varios actores, tanto públicos como privados.

Parte de la financiación del proyecto es proporcionada por el Instituto de Tecnología Aeroespacial. También están involucrados el fabricante de motores eléctricos YASA y la compañía de baterías para el sector aeroespacial, Electroflight.

Rolls-Royce apuesta por el avión eléctrico

La multinacional británica lleva años diseñando, fabricando y distribuyendo algunos de los sistemas de propulsión para aeronaves más confiables del mundo, pero impulsados por fuentes de energía contaminantes, es decir, combustibles fósiles.

Sin embargo, aunque a un paso mucho más lento, el sector de la aviación podría seguir los pasos del automovilístico al convertir al avión eléctrico como una alternativa viable. Esto se trataría de un enorme beneficio desde el punto de vista de las emisiones.

Una de las claves para el futuro del avión eléctrico es desarrollar soluciones lo suficientemente convincentes en cuanto a la tecnología, la seguridad y, sobre todo, los costes. Rolls-Royce ya está apuntando hacia este horizonte.

La compañía ya está trabajando junto a Widerøe, la aerolínea regional más grande de Escandinavia, para poner en funcionamiento un avión eléctrico de pasajeros totalmente funcional en 2026.

"Estamos comprometidos a garantizar que nuestros nuevos productos sean compatibles con la iniciativa de cero emisiones en 2030 y que todos nuestros productos alcancen las cero emisiones en 2050", asegura Rolls-Royce.

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