Rolls Royce quiere llevar la carrera del transporte eléctrico a los cielos del Reino Unido en 2020.
El fabricante de coches y aeronáutica está construyendo un avión eléctrico que espera pueda alcanzar una velocidad máxima de más de 300 mph (más de 480 km/h), con lo que se convertiría en la aeronave más veloz de cero emisiones.
La meta es casi 100 mph más rápido que el récord actual establecido en 2017 por Extra Aircraft 330LE, de Alemania, que registró una velocidad de casi 210 mph (337,5 km/h) con un motor eléctrico de Siemens.
Para lograrlo, la empresa británica está aprovechando la experiencia obtenida en las carreras de coches eléctricos Fórmula E como parte de la iniciativa Acelerando la Electrificación del Vuelo (ACCEL, por sus siglas en inglés), financiada en parte por el Gobierno británico y que cuenta con socios como la start-up de aviación Electroflight y el fabricante de motores eléctricos YASA.
Matheu Parr, el director del proyecto de ACCEL para Rolls-Royce, dijo en el comunicado de prensa:
> Este avión será impulsado por un sistema eléctrico de última generación y la batería más poderosa jamás construida para vuelos.
De acuerdo con Rolls-Royce, la clave no es sólo construir una batería inmensa, sino también que sea lo suficientemente estable para que no se sobrecaliente y lo suficientemente liviana para un vuelo.
El sistema del avión eléctrico de Rolls Royce
El equipo conformado por ingenieros, diseñadores y especialistas en datos está trabajando en un paquete de baterías de 6.000 celdas que, según la compañía, es el más denso de energía que se haya instalado en un avión. La carga será suficiente para un vuelo de Londres a París sin escalas.
Las baterías se alimentan de tres e-motores livianos modelo 750R, desarrollados por YASA. Las tres palas accionadas eléctricamente de la hélice única operan a 2.400 RPM (revoluciones por minuto) para una conducción más estable con una eficiencia de hasta el 90% y cero emisiones.
El sistema de propulsión es de 750 V para que el avión alcance una potencia máxima de 750 kW. Dicha cantidad es suficiente para proveer de energía a 250 casas, señala la empresa. Sería enfriado por un radiador con un sistema de gestión de enfriamiento de activación térmica.
Además, cuenta con sensores para monitorear 20.000 puntos de datos por segundo, que miden el voltaje de la batería, la temperatura y el calentamiento general del sistema de propulsión, el cual alimenta las hélices y genera la propulsión. Esto proporciona a los ingenieros una gran cantidad de información sobre el rendimiento del avión.
"Ya hemos extraído una serie de ideas de los desafíos de diseño e integración únicos. Y estamos adquiriendo los conocimientos para no sólo ser pioneros en el campo de la aviación con energía eléctrica y cero emisiones, sino también para liderarlo. En este punto, nuestra confianza es muy alta", concluye Parr.