El consumo de cannabis puede provocar un infarto a personas que, por su edad, suelen tener una menor probabilidad de padecerlo. Es la conclusión del estudio que acaba de publicar en Canadian Medical Association Journal un equipo de científicos de la Universidad de Toronto.
En él han analizado datos de las encuestas del Sistema Americano de Vigilancia de Factores de Riesgo del Comportamiento de 2017 y 2018. Han tenido en cuenta otros factores que podrían haber influido, pero incluso eliminándolos de la ecuación siguen quedando casos de infarto que parecen estar explicados por la marihuana.
Sin embargo, cabe destacar que el efecto solo es significativo en consumidores habituales y que no se ha buscado una explicación para el mismo. Sería necesario estudiar más, pero son datos importantes para tener en cuenta.
Análisis del infarto de miocardio en jóvenes
En las encuestas analizadas en este trabajo se estudiaron datos de 33.173 personas, con edades comprendidas entre los 18 y los 44 años.
Se tuvieron en cuenta varios datos sobre hábitos y estilo de vida, entre los que se encontraba el consumo de drogas, como el cannabis. Concretamente, un 17,5% de los encuestados reconocieron haberlo consumido recientemente. Y de ellos, el 1,3% sufrió un infarto de miocardio. No es un porcentaje alto, pero sí bastante más que el 0,8% que tuvo esta patología sin haber consumido cannabis.
Los autores entienden que las personas que consumen cannabis generalmente también fuman o beben alcohol. Estos dos son hábitos que podrían aumentar el riesgo de infarto. Pero la cifra se obtuvo ajustando estos factores de confusión, por lo que no sería engañosa.
En cuanto a la forma de consumo, la cifra se mantenía para cualquier formato, desde quienes lo tomaban en vapeo hasta los que fumaban o lo ingerían. Tradicionalmente se ha pensado que esto último es más inocuo. Sin embargo, las cifras de este estudio dicen lo contrario. De hecho, los autores citan un caso médico de una persona a la que le dio el infarto después de consumir una piruleta de marihuana. Eso sí, hay que reconocer que estos dulces tienen un porcentaje de tetrahidrocannabinol (THC) muy alto, en comparación con otras formas de consumo ingerido.
El THC es el compuesto psicoactivo del cannabis, por lo que esa elevada concentración pudo estar detrás del infarto. De hecho, es importante que se encuentre presente, por lo que de estos datos quedaría excluido el consumo de CBD, un compuesto no psicoactivo que también se encuentra en el cannabis.
¿Qué tiene que ver el cannabis en todo esto?
Los autores del estudio no han investigado cuáles pueden ser las causas por las que los consumidores de cannabis son más propensos a sufrir un infarto.
Creen que puede estar relacionado con un desajuste entre el suministro y la demanda de oxígeno, pero por ahora no lo saben con seguridad.
Lo que sí han podido comprobar es que este efecto solo se observa en consumidores habituales, ya que quienes se drogaron menos de cuatro veces al mes mostraron mucha menos probabilidad de infarto.
Por lo tanto, un porro esporádico puede que no nos cause un infarto, pero su consumo regular, ya sea en ese formato, vapeado o en forma de magdalenas, puede jugarnos una muy mala pasada. Incluso si tenemos esa edad en la que todavía nos consideramos jóvenes para sufrir algo tan terrible como un infarto.