Tras su debut en PC a mediados de 2020, Microsoft Flight Simulator ahora emprende su vuelo en las consolas Xbox Series S y Xbox Series X. Estamos, desde luego, antes uno de los lanzamientos más importantes de la plataforma de sobremesa durante el presente año —a la espera de Halo Infinite—. Si bien las novedades de Flight Simulator te las detallamos en nuestro análisis de la versión de ordenador, también es cierto que la experiencia en consolas merece sus propias impresiones.
¿Por qué? Contrario a lo que muchos podrían pensar, Microsoft Flight Simulator propone una experiencia muy diferente en Xbox Series X|S. La razón, evidentemente, tiene que ver con las mecánicas adaptadas a un mando tradicional de consola. El simulador de vuelo siempre se distinguió por su jugabilidad en los ordenadores desde su primera entrega, aquella que maravilló a tantos en el lejano 1982. Sin embargo, en esta ocasión nos olvidaremos del teclado, ratón o cualquier accesorio certificado para un simulador de vuelo.
Así pues, en estas impresiones nos enfocaremos, principalmente, en dos componentes clave. La ya mencionada jugabilidad con mando y el apartado gráfico, que fue uno de sus puntos más interesantes y sorprendentes en PC. Antes de continuar, debes saber que Microsoft Flight Simulator estará disponible a partir del 27 de julio en Xbox Series X|S. Puedes comprarlo de manera individual en formato físico o digital, o bien, disfrutarlo a través de Xbox Game Pass.
Disfrutando Flight Simulator con un mando tradicional
No hay que olvidar que Flight Simulator es, ante todo y fiel a su nombre, un simulador de vuelo destinado a un nicho de personas. Menciono lo anterior porque, debido a su disponibilidad en consolas, algunos que no estén familiarizados con la franquicia podrían pensar que se encontrarán con una experiencia casual al estilo Ace Combat u otros títulos similares cuya curva de aprendizaje es relativamente sencilla. Flight Simulator es algo completamente distinto.
Microsoft ha conservado todas y cada una de las características jugables que están presentes en PC. Es decir, esos elementos inicialmente tan complejos que nos permiten tomar el control de una aeronave. En lugar de disminuir la dificultad para lograr una experiencia equilibrada a través de un mando, Asobo Studio, el equipo detrás del proyecto, apostó por dedicar los botones del controlador a las mecánicas esenciales para sostener un viaje de principio a fin. Todo aquello que no sea estrictamente necesario se queda fuera de la configuración predeterminada del mando.
Vale, sí, en Flight Simulator de ordenador ya era posible conectar un mando de Xbox y, de hecho, la distribución de los botones es la misma que ahora encontramos en consolas. El asunto es que, al tener un teclado y ratón a su disposición, seguramente muy pocas personas recurrieron a la propuesta simplificada del mando tradicional. La realidad es que en un teclado puedes acceder más rápido a funciones secundarias que, pese a ser prescindibles, en más de una ocasión vas a echar de menos en el mando.
El ejemplo más claro es el acceso a los menús durante el vuelo. En un teclado puedes ingresar a secciones específicas desde una sola tecla, mientras que en el mando será necesario desplegar un panel principal y después navegar en él hasta encontrar el parámetro que quieres usar o ajustar. Quizá en un viaje prolongado donde la aeronave puede mantenerse por sí sola en el aire no hay problema, pero la situación cambia si estás en una avioneta pequeña y cualquier descuido puede resultar en un desastre.
¿La solución al inconveniente anterior? Flight Simulator en Xbox Series X|S también te permite crear atajos mediante la combinación de botones. Tienes total libertad para asignarlos según tus necesidades. En mi caso, el primer shortcut configurado fue para activar la pausa activa, con la cual se congela el movimiento de la aeronave para tomar capturas desde múltiples ángulos con ayuda de la cámara “Escaparate” (“Showcase”). El simulador se presta muchísimo a tomar capturas debido a sus impresionantes paisajes, pero sobre esto hablaré más adelante.
Si eres de las personas que probará Flight Simulator por primera vez, mi recomendación es que en la configuración inicial elijas el modo fácil en todos los parámetros. Además, claro, que completes todos los tutoriales de vuelo en el menú principal. En ellos aprenderás el comportamiento de las aeronaves y los conceptos básicos de un vuelo. Ten paciencia, en un principio parecerá complicado por tantos datos que debes vigilar en el panel de instrumentos, pero con la práctica se volverá una experiencia sumamente divertida. Una vez que domines los cielos en modo fácil, puedes comenzar a escalar dificultades.
Un espectáculo visual de última generación
El rendimiento visual era una de las mayores dudas —y preocupaciones— sobre Flight Simulator en Xbox Series X|S. En PC era necesario tener una tarjeta gráfica de última generación —una Nvidia RTX 3000, por ejemplo— para realmente observar un apartado gráfico que deja con la boca abierta a cualquiera. Afortunadamente, en Xbox Series X, que fue la versión que tuvimos la oportunidad de probar previo al lanzamiento, el juego luce espectacular la mayor parte del tiempo.
El simulador despliega una resolución 4K y una tasa de refresco variable que alcanza los 60 FPS. Aunque en el primer rubro no hay inconvenientes, no puedo decir lo mismo con el segundo. En escenarios con un mayor nivel de detalle hay caídas considerables de fotogramas en ciertos momentos. No son constantes, eso sí, pero son bastante evidentes. La versión que probamos es una build preliminar, por lo que posiblemente estos inoportunos serán corregidos con algún parche.
En cuanto a la calidad gráfica, Flight Simulator está a la altura de una experiencia de última generación. Sin embargo, esto solo ocurre en las principales urbes del mundo, lo cual es normal. Ciudades como Nueva York, San Francisco, Tokio, París, Londres, Río de Janeiro y El Cairo, entre otras, tienen un nivel de detalle abrumador. Lo anterior también aplica a paisajes naturales populares. Es palpable que en estos escenarios se realizaron mejoras manuales para embellecer la puesta en escena.
Menciono "manuales" porque Flight Simulator recurre a la fotogrametría, la inteligencia artificial y los mapas de Bing para generar sus escenarios. Otros, como ya expliqué, están modelados a mano. Es gracias a la gran cantidad de datos que posee el motor de búsqueda de Microsoft que prácticamente puedes viajar por todo el mundo. Cabe mencionar que debido a la enorme cantidad de información de Bing, sería imposible almacenarla en una consola u ordenador. Es por ello que los mapas se descargan y generan en tiempo real mientras estás volando.
Y hablando de datos, será mejor que vayas haciendo espacio en la unidad de almacenamiento de tu Xbox Series X|S; el simulador pesa casi 100 GB sin incluir los contenidos adicionales que están disponibles de manera gratuita. Todos muy recomendables, por cierto.
Flight Simulator es una experiencia imperdible
Si tienes un Xbox Series X o Xbox Series S, Flight Simulator es un título que no te puedes perder. A pesar de que la curva de aprendizaje podría ser complicada para algunos al principio, dedicar algunas horas a aprender los conceptos necesarios siempre valdrá la pena. Aventurarse en los cielos virtuales de diversas partes del mundo se convierte, en muchos momentos, en una experiencia contemplativa e incluso relajante. Vas a pasar mucho tiempo tomando capturas, planeando viajes y contemplando un sin fin de paisajes urbanos y naturales.