Como cada año, la Asociación Española de Bioempresas (AseBio) ha presentado su Informe AseBio 2020 para entender cómo está el sector de la biotecnología en España. Ha sido un año muy difícil en general; pero no es ninguna sorpresa que ante la pandemia de coronavirus, la demanda de determinados productos y servicios relacionados con la biotecnología haya aumentado. Y es que la pandemia ha paralizado durante meses nuestra vida mientras que los investigadores trabajaban duro para traernos vacunas y nuevas pruebas diagnósticas para luchar contra el coronavirus.
Ahora, ya tenemos varias vacunas contra el coronavirus aprobadas en todo el mundo; pero eso ha sido gracias a la ciencia y la tecnología. La biotecnología ha sido clave para el desarrollo de las vacunas, búsqueda de tratamientos y test de diagnóstico. Pero en particular se ha señalado las nuevas de tipo de ARN mensajero, como son las de Pfizer y Moderna. Estas nuevas vacunas no solo han sido un éxito sino que, además, han demostrado que es una tecnología con un gran potencial. “La ciencia y la innovación nos están permitiendo recuperar nuestra vida cotidiana frente al fuerte impacto de la pandemia”, ha señalado Ana Polanco, presidenta de AseBio.
Por tanto, como han repetido a lo largo de la presentación, la ciencia ha sido clave en la pandemia. De hecho, ha habido un aumento "del 70% en la producción y servicios de 2020, la mayoría han estado relacionados con la pandemia", ha señalado Ana Polanco, presidenta de AseBio.
Sobre la gran petición de pruebas PCR y test de diagnóstico en pleno confinamiento, la industria demostró estar capacitada para hacerle frente, según han señalado en la presentación. "Somos un sector muy preparado", ha afirmado Belén Barreiro, directora general de Eurofins Ingenasa. Durante el confinamiento, el equipo de esta empresa creó los primeros test de anticuerpos españoles con un 94,6% de sensibilidad.
Biotecnología, más allá de las vacunas del coronavirus
Más allá de las vacunas del coronavirus, la industria biotecnológica tiene su punto de mira puesto en otro reto: el cambio climático. La lucha contra el calentamiento global se puede hacer desde diferentes ángulos. Uno de ellos puede ser cambiar la producción de los alimentos. Por eso, AseBio ha charlado este miércoles con los directores de dos empresas muy interesantes.
La primera, Tebrio, tiene varios productos con el insecto Tenebrio Molitor; más conocido como gusano de la harina. "Después de mucho trabajo en Bruselas, hemos conseguido que aprueben nuestros productos con este insecto", ha explicado Adriana Casillas, directora de Tebrio. La mayoría son para consumo animal o para uso con plantas; aunque es cierto que la Unión Europea ya permite el consumo de insectos. No obstante, ella misma ha señalado que en el futuro no cree que cambiemos la carne o el pescado por "cenar medio kilo de insectos". "Pero tenemos que cambiar el modelo de producción de alimentos", ha añadido.
Por otra parte, el uso de algas como biocombustible siempre copa las noticias de la industria. Pero en esta ocasión, AseBio ha dejado espacio a Biorizon. Esta empresa cultiva microalgas para conseguir una "transición a una agricultura más sostenible", ha señalado David Iglesias, consejero delegado de la empresa. Sus productos son para uso en agricultura y con ellos se puede potenciar, proteger o nutrir los cultivos.
La actividad de todas estas y muchas otras empresas biotecnológicas ha generado más de 10.100 millones de renta, lo que supone el 0,8% del PIB nacional y su facturación de casi 12.000 millones de euros, sube al 1% del PIB. Además, contribuyeron con 117.700 empleos, el 0,6% del total del empleo nacional, han señalado desde AseBio en la presentación de su informe. En definitiva, 2020 ha sido un año en el que se ha vuelto a demostrar que tenemos una industria biotecnológica fuerte; pero que todavía tiene margen para crecer.