El conocido medio The Information ha revelado una serie de nuevos detalles sobre las esperadas gafas de realidad virtual de Apple. Estas, en principio, llegarían al mercado, como pronto, en 2022. Y, a diferencia de las propuestas de otras empresas rivales, intentarían posicionarse en lo más alto tanto en prestaciones como en precio.

The Information, basándose en fuentes cercanas al proyecto, asegura que las gafas de realidad virtual de Apple contarán con dos pantallas con resolución 8K, una resolución mucho más alta que la que podemos encontrar en la mayoría de gafas de VR actuales. El dispositivo también tendría un sistema de seguimiento de ojos y una docena de cámaras con las que detectar los movimientos de las manos. Estas cámaras también podrían capturar vídeo del exterior para reproducirlo en tiempo real en las pantallas internas, como si de una especie de modo transparencia se tratase.

Apple, por otro lado, estaría trabajando en diferentes formas de controlar el dispositivo, incluyendo gestos con las manos y movimientos con los ojos. La compañía también estaría desarrollado un dispositivo complementario, similar a un dedal, con el que se podría controlar las gafas.

El visor, por fuera, sería curvo. La banda de sujección, además, sería reemplazable, según The Information, que asegura haber visto imágenes de un prototipo avanzado del pasado año. La dinámica, por lo tanto, sería similar a la de un Apple Watch o unos AirPods Max en este sentido.

Las gafas de realidad virtual de Apple podrían costar 3.000 dólares

Oculus Quest 2

Uno de los datos más relevantes del artículo de The Information es el supuesto precio que Apple podría poner a estas gafas, que podría oscilar los 3.000 dólares, según fuentes cercanas al proyecto. Esta etiqueta le situaría en la misma ventana de precio que las Hololens de Microsoft, que se comercializan por 3.500 dólares en estos momentos.

La compañía estadounidense, consciente de que un producto así solo sería válido para algunos nichos de mercado, solo planearía fabricar 250.000 unidades en su primer año. La cifra queda lejos de los millones de iPhone, Mac o Apple Watch que los de Cupertino fabrican en el mismo periodo.