Buenas noticias desde Pfizer: en la tercera fase de pruebas, la vacuna contra el coronavirus (COVID-19) es hasta un 90% efectiva en proteger a la población del coronavirus. Bajo los estándares de la FDA (Food and Drug Administration) de Estados Unidos, queda muy por encima del 50% requerido para ser aprobado.

Es una de las cientas de vacunas siendo desarrolladas en la actualidad. Y una de las diez en la tercera fase de pruebas con miras a ser distribuida en 2021.

Es especialmente importante para este país, que sigue reportando números récord de contagios y muertes en las últimas semanas, con el gobierno de Trump haciendo oidos sordos. Pfizer les suministrará 100 millones de dosis. También hay un acuerdo con la Unión Europea, cerrado semanas atrás, será de 200 millones de dosis con la posibilidad de ampliar a 100 millones más. España recibirá el 9% de esa compra.

México también ha llegado a un acuerdo con Pfizer, AstraZeneca y CanSino. Dispondrán de 117 millones de dosis con las que se pretende inmunizar al 90% de la población antes de que acabe 2021, siempre y cuando la vacuna sea aprobada y demuestre efectividad.

Cómo funciona la vacuna contra el coronavirus de Pfizer

El 90% de efectividad de la vacuna contra la COVID-19 se basa en datos que arrojan pruebas hechas a 43.538 personas. De estos, 94 han intervenido en el estudio de la fase tres. Esta eficacia se consiguió 7 días después de la segunda dosis de la vacuna y 28 días después de la primera.

La reacción de la comunidad científica es comedida puesto que Pfizer y su socio BioNTech han liberado parte de los datos y aún no ha sido verificado de forma independiente, aunque sí ha sido revisado por un panel de expertos. Es por eso que la farmacéutica asegura que el porcentaje final puede variar.

Las pruebas seguirán adelante hasta alcanzar los 164 casos o más de contagio entre los participantes, con rangos de edad entre los 18 y los 85 días. Una vez concluidas, publicarán los datos, según la empresa, será en 30 a 60 días.

Pfizer

Un largo camino que recorrer

Aún cuando la vacuna contra el coronavirus de Pfizer sea efectiva más allá de toda duda y que tenga un alto porcentaje de efectividad, hay un largo camino que recorrer.

Posteriormente autorizada por la FDA estadounidense, hay que esperar a los entes regulatorios europeos para que tenga luz verde para ser aplicada en el continente. También tiene dos inconvenientes logísticos:

  1. Al ser una vacuna genética, debe ser almacenada a temperaturas muy frías, dificultando su transporte y distribución.
  2. Debe ser aplicada en dos fases, con tres semanas de separación entre una dosis y otra.

Después, hasta que esta u otras vacunas lleguen a la población general, deberá ser distribuida primero a profesionales sanitarios y acto seguido a grupos de alto riesgo, mucho más vulnerables al coronavirus. Esto último, en sí mismo, representa otro problema de logística para diferentes gobiernos en todo el mundo, puesto que hay que decidir quiénes necesitan la vacuna antes que otros y cómo aplicarla en el menor tiempo posible.

Posteriormente la esperada vacuna contra el coronavirus —sea de Pfizer o de otras farmacéuticas— llegará a la población general. Expertos en todo el mundo concuerdan que eso sucederá meses después de las primeras aprobaciones por cuerpos regulatorios en diferentes territorios.

Aún así, ese 90% es una primera buena noticia, y puede darnos una mejor idea de dónde se encuentra el desarrollo general de la vacuna para un virus que cambió el mundo para siempre.