Supernatural llegó a la televisión en 2005 y asombró a buena parte de la audiencia por su combinación entre el suspenso paranormal y una considerable química entre Jensen Ackles (Dean Winchester) y Jared Padalecki (Sam Winchester), los hermanos destinados a combatir todo tipo de amenazas sobrenaturales.

De ser una serie episódica con un monstruo semanal que incluyó vampiros, hombres lobos y wendigos, el show terminó por convertirse en una épica sobrenatural a gran escala que incluyó a Lucifer, el arcángel Miguel y el mismo Dios. La combinación entre una misteriosa historia familiar, la búsqueda de la redención y la disparatada visión sobre la fantasía de Eric Kripke duró más de lo que nadie creía posible, y el viaje de los Winchester finalmente abarcó 15 temporadas completas.

El público vio a Sam y Dean crecer de chicos con rostros frescos a hombres adultos, y el fandom de Supernatural se convirtió en uno de los más leales y apasionados de la televisión.

No obstante, y para especial sorpresa de ese leal fandom, el capítulo final resultó una experiencia decepcionante que no solo desconcertó a buena parte de la audiencia, sino que dejó la sensación de una historia incompleta, apresurada y sin la menor intención de cerrar con cierta dignidad el ciclo de casi dos décadas de aventuras y enfrentamientos contra todo tipo de criaturas. Apenas la transmisión del capítulo culminó, los fans se volcaron a redes sociales para expresar su descontento, quejas y en especial profunda decepción por el cierre de una historia que careció de atractivo, sentido de lo transcendental e incluso, el retorcido humor que siempre distinguió a la serie.

Un poco de contexto

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La temporada quince tuvo que interrumpir su grabación debido al parón ocasionado por la emergencia sanitaria del coronavirus, lo que provocó que la historia se dividiera en dos trozos separados, que al final debían concluir en un apoteósico capítulo final. No obstante, la ruptura del ritmo y las grabaciones afectó de una forma u otra la línea narrativa de la serie, que terminó por mostrar lo que fue llamado “un resumen apresurado” de sus quince temporadas anteriores.

De hecho, la construcción del último capítulo — cuyas primeras líneas argumentales comenzaron a narrarse con anterioridad — ya había resultado controvertida, después de la muerte abrupta de un personaje principal, lo que desconcertó a buena parte de los fanáticos y les dejó preguntándose hacia dónde se dirigía la conclusión.

Para el estreno, la combinación entre una historia simple y una asombrosa falta de complejidad al momento de culminar conflictos de larga data, convirtieron al trayecto final de Supernatural en motivo de un amargo debate.

Hilos mal anudados que no conducen a ninguna parte

Supernatural eligió renunciar a un gran capítulo apoteósico: prácticamente todos los hilos de la trama ya estaban atados en el penúltimo episodio dejando una hora final para centrarse por completo en Sam y Dean Winchester, en lo que se suponía sería un homenaje para ambos hermanos y al espíritu de la serie, encarnado por ambos.

Sin embargo, la historia titulada Carry On ha sido descrita como un final anticlimático que no estuvo cerca de igualar a las expectativas que generó. Para sorpresa de los fans, el episodio final volvió a su formato de “monstruo de la semana” con un nido de vampiros de tamaño modesto que se embarcan en una ola de asesinatos, y los Winchester retomando el caso.

En lugar de la despedida épica — a la altura de los niveles de las más recientes aventuras que la serie había narrado — Carry On se remonta a las raíces de la primera temporada de Supernatural, y aunque algunos pueden apreciar este regreso a tiempos más simples, muchos espectadores quedaron decepcionados por la caza final de menor escala y bajo riesgo de los Winchester.

¿Y dónde están todos?

Supernatural -- Image Number: SN_S15_FinalSeason_1080x1350.jpg -- Pictured (L-R): Alexander Calvert as Jack, Jared Padalecki as Sam, Misha Collins as Castiel and Jensen Ackles as Dean -- Photo: Brendan Meadows/The CW -- © 2020 The CW Network, LLC. All Rights Reserved.

Por si lo anterior no fuera suficiente, Carry On careció de caras conocidas. El capítulo prescindió de Castiel (Misha Collins) Jack (Alexander Calvert) y Eileen (Shoshannah Stern) y dejó a los hermanos como centro principal del argumento, lo cual no es criticable, hasta que se analiza que la serie terminó por depender casi por completo de sus secundarios de lujo luego de crear un arco narrativo cada vez más épico y trascendental.

Naturalmente, la pandemia habría jugado un papel en la decisión de reducir al mínimo al elenco en set, pero eso no justifica la blandura del guion y el hecho de que en realidad se echara en falta algo más elaborado que un procedimental paranormal, en una serie que basó su supervivencia en una historia que se elevó por encima de ese limitado estándar hace años.

No está claro qué tanto se reescribió el final de Supernatural debido a la pandemia, pero las restricciones de filmación podrían haber impedido que personas centrales hicieran más apariciones.

¿Y esta muerte? (ATENCIÓN, UN GRAN SPOILER)

Sin duda, el momento más importante de Carry On es la muerte de Dean Winchester, pero muchos fans no están satisfechos en cómo se desarrolló un suceso de semejante envergadura.

Desde la primera temporada, Sam y Dean han desarrollado una reputación legendaria entre sus diversos enemigos, tanto celestiales como monstruosos. Ambos han sobrevivido a entidades primordiales, guerreros bíblicos y demonios mitológicos, derrotando a cada uno en su camino hacia la infamia y ganándose su lugar en la parte superior de la lista de los más buscados del infierno (y del cielo).

Y, sin embargo, el único obstáculo que Dean Winchester no pudo superar resultó ser una punta oxidada en un granero. ¿Qué explicación puede tener que el personaje principal fuera asesinado de una manera tan simple? Puede resultar alegórico e incluso, una forma de meditar sobre la fragilidad humana, pero aun en ese caso, el argumento se desarrolló con una simplicidad sin sentido, plana e inesperada.

Y esa incomodidad representación de grandes temas en subtexto

La representación de la homosexualidad ha sido un problema en el último trío de episodios de Supernatural, con muchos usuarios de Twitter quejándose del manejo del programa de personajes gay o que al menos, tienen toda la intención de abandonar sus celestiales armarios.

El problema se hizo evidente en el capítulo titulado Despair, cuando Castiel declaró su amor por Dean poco antes de ser asesinado por el Vacío. Se trató de una situación insólita que, además, pareció hacer referencia al habitual — y desagradable — tropo que suele llamarse “Bury Your Gays”: en otras palabras, la muerte rápida y violenta de un personaje de alguna orientación sexual específica, luego de declarar su amor o al menos, mostrar de manera clara sus preferencias.

La situación se hizo incluso más incómoda cuando el actor Misha Collins (Castiel) confirmó que la escena final de su personaje tenía la intención de ser una declaración romántica. Cualesquiera sean las motivaciones que Supernatural pudo haber tenido para matar al personaje de una manera tan sencilla y rápida — la palabra que varios fanáticos han utilizado es “despachar” — fue evidente que el hecho que admitiera sus sentimientos por Dean pudo ser mejor explotado y analizado, que una especie de línea circunstancial en mitad de todo tipo de situaciones apresuradas y mal elaboradas.

¿Y eso es todo, amigos?

Una de las omisiones más flagrantes se refiere al legado de los hermanos Winchester. Durante su vida ambos inspiraron a muchos otros cazadores y se ganaron el respeto de muchos de los que, como ellos, se dedicaban a mantener seguro el mundo de monstruos, vampiros, primordiales con malas intenciones y una larga lista de enemigos estrafalarios.

Pero el último capítulo pasa olímpicamente de la importancia narrativa de semejante gesta, para solo analizar la idea que tanto Dean como Sam, fueron buenos hombres haciendo su trabajo, lo cual es cierto. Pero la forma de plantearlo termina por ser desagradable, incompleta e irrespetuosa para la serie como conjunto.

Mientras la audiencia conoce al hijo de Sam (su “legado” de algún tipo), la muerte de Dean pasa sin estridencias y, de hecho, es bastante simple como para pasar como otro de los tantos sucesos en medio de un apresurado cierre de líneas narrativas. Dadas sus acciones en las últimas 15 temporadas, Sam y Dean Winchester deberían haber dejado una impresión duradera en el mundo sobrenatural, y el final ofrecía una oportunidad perfecta para evaluar su impacto.

Por desgracia, Carry On hizo que los fans se preguntaran “¿para qué fue todo?” Dean murió como cualquier otro cazador, y la vida adulta de Sam fue rápidamente ignorada en una secuencia de montaje deslucida y, además, con un aire ridículo que sorprendió incluso a los fanáticos amables que han disculpado cada uno de los excesos de la serie a través de los años.

¿Y las respuestas?

Nadie esperaba que Supernatural respondiera todas las preguntas que dejó abiertas durante quince temporadas, pero mucho menos, que decidiera pasar olímpicamente de ellas.

¿Qué pasa con el Bunker, por ejemplo? Supernatural podría haber incluido una escena emocional en la que las llaves del búnker caen en manos de una nueva generación de cazadores en un momento de paso de la antorcha, lo que tranquiliza a los espectadores de que la Tierra será protegida en ausencia de Sam y Dean.

¿Y esa vida posterior que se insinúa vivió de forma muy intensa Sam? No hay confirmación de que la madre del hijo de Sam sea Eileen, donde incluso una foto enmarcada en el manto hubiera sido suficiente para señalar qué ocurrió en su vida. De hecho, nadie tiene la menor idea de cómo Sam llegó a ¿qué? ¿enamorarse? ¿tener descendencia? Y, como se mencionó anteriormente, ¿qué sucede cuando Dean y Castiel se reencuentran en la otra vida? ¿El ángel y el humano se unen en un abrazo amoroso, o Dean tiene que explicar torpemente que ve a Cass más como un hermano? Uno muy querido, eso sí.

Oh, Sam, ¿qué han hecho contigo?

Y como si todo lo anterior no fuera suficiente, la guinda del pastel fue esa escena final que muestra a un Sam anciano. No solo la producción no pareció interesada en que fuera un efecto convincente o enternecedor, sino que además convirtió la imagen del personaje en un gran chiste burlón que sigue desconcertando en redes.

El personaje llevaba anteojos, una terrible peluca gris y el rostro lozano de un hombre más joven. El estrafalario atuendo se ha comparado con Doc Brown — oigan, solo aléjense de Doc, ¿está bien? — hasta el personaje de un conocido comercial de cereales de la televisión estadounidense.

Al final, la estampa de Sam anciano resume un capítulo vergonzoso que cerró de mala manera una de las series más queridas de los últimos años: algo un poco ridículo e involuntariamente gracioso.