La PlayStation 5 finalmente aterrizó en Estados Unidos y México, entre otros territorios que formaron parte de la primera oleada. Ahora que las consolas están llegando a sus compradores, y a la espera del debut en Europa la próxima semana, Sony ha actualizado su web de soporte para aclarar algunos temas importantes de la PS5. La información ahora refleja el listado completo de tecnologías de audio compatibles con el sistema.
La mayor sorpresa de todas, aunque hasta cierto punto, es la aparición de Dolby Atmos. Sin embargo, es notable señalar que dicho estándar no funcionará en juegos de la PlayStation 5; solo en contenidos de vídeo (películas o series) a través del reproductor de discos Blu-ray y Ultra HD Blu-ray. Evidentemente, Sony especifica que esta propuesta solo se puede aprovechar en televisores, bocinas o auriculares compatibles con Dolby Atmos. Este es listado de compatibilidad completo:
- Dolby Digital (máximo 5.1)
- Dolby Digital Plus (máximo 7.1)
- Dolby TrueHD (máximo 7.1)
- DTS (máximo 5.1)
- DTS-HD High Resolution Audio (máximo 7.1)
- DTS-HD Master Audio (máximo 7.1)
- AAC (máximo 5.1)
- Linear PCM (máximo 7.1)
- Dolby ATMOS y DTS:X disponibles para discos de vídeo Blu-ray y Ultra HD Blu-ray (cuando la PS5 está conectada a un dispositivo compatible)
Los juegos se quedan con 3D Audio
¿Cuál es la razón por la que la PS5 no ofrece Dolby Atmos en los juegos? Muy sencillo: la consola integra su propia solución de audio, la cual ha sido promocionada por Sony desde que anunciaron la consola en 2019. El 3D Audio, impulsado por un motor propietario de Sony, el Tempest 3D AudioTech, permite a los jugadores escuchar con mayor claridad los efectos de sonido en función de su dirección de origen.
Actualmente, de hecho, ya está implementado en juegos como Spider-Man: Miles Morales y, sobre todo, con Demon's Souls, que ha demostrado ser el mejor ejemplo de las capacidades del 3D Audio. La situación con las Xbox Series X y Xbox Series S es muy diferente, ya que Microsoft prefirió apostar por Dolby Atmos en lugar de crear una propuesta propia. Al final, cada compañía aprovecha los recursos y tecnologías con las que cuentan para ofrecer un conjunto de experiencias next-gen.