A menos que hayas vivido bajo una piedra ya lo debes saber: Gambito de Dama se convirtió en la miniserie más vista de Netflix en toda su historia. Por supuesto, eso convierte a la enigmática Beth Harmon (Anya Taylor-Joy) en motivo de curiosidad. ¿Se trata de una historia real? ¿Cómo es el mundo de las verdadera ajedrecistas alrededor del mundo?
Como ya se ha mencionado varias veces, Beth Hamon no es real ni está basada en un personaje específico, pero sí en la vida de las jugadoras de ajedrez en varias épocas distintas, lo que resulta toda una curiosidad en la forma en cómo hasta ahora el cine y la televisión ha presentado al juego como parte de argumentos más intelectuales y complejos.
De hecho, aunque el ajedrez ha sido una actividad en esencia masculina la mayor parte de su historia fue el pasatiempo de mujeres de clase alta desde la Edad Media hasta el siglo XVIII, incluidas la reina Isabel I y María, Reina de Escocia. Sin embargo, solo una mujer recibiría el título de gran maestra por primera vez a fines de la década de 1970. De modo que la historia de Beth es ficticia, pero los años 70 y 80 fueron todavía tiempos revolucionarios para las mujeres en el ajedrez y es lo que la serie (basada en el libro del mismo nombre de Walter Tevis) quiere es mostrar.
Para hacer un poco de contexto: en Gambito de Dama, Beth Harmon es una niña prodigio que encuentra en el ajedrez un refugio a una vida institucionalizada, después de que la muerte de su madre le obligara a crecer en un orfanato.
Aunque pueda parecer una forma muy Dickensiana de analizar un tema como el talento natural y la habilidad precoz, la serie toma decisiones inteligentes al momento de mostrar como es la vida de una figura como Beth — o como podría ser Beth — durante los años 60 y 70.
Viajando con su madre adoptiva, Beth gana competencias internacionales y obtiene fama por su estilo de juego y su asombrosa habilidad para vencer a todo tipo de contrincantes. Si bien la trama de Gambito de Dama no está basada en una historia real, el jugador que inspiró a su personaje fue el prodigio masculino del ajedrez Bobby Fisher.
Al igual que Beth, Fisher ganó su primer título estadounidense a la edad de catorce años y ya para entonces era una celebridad local, que había asombrado a sus contrincantes por su casi milagrosa capacidad para analizar jugadas de considerable complejidad en cuestión de minutos. En 1958 y con apenas quince años se convirtió en gran maestro dominó la escena del ajedrez durante los años 60 y 70. Fisher incluso pudo vencer al ruso Boris Spassky durante el Campeonato Mundial de Ajedrez, lo cual fue considerado un logro monumental debido a la gran herencia — y legado — ruso sobre el juego más intelectual de todos.
Sin embargo, Beth podría tener más en común con las mujeres que se enumeran a continuación, antes que con el conocido ajedrecista en quien se basa de manera libre su historia.
Gambito de Dama y Nona Gaprindashvili
Nona Gaprindashvili fue la primera mujer en recibir el título de Gran Maestra en 1978. El reconocimiento es otorgado por la Federación Internacional de Ajedrez a jugadores que alcanzan determinado nivel de excelencia.
Después del Campeonato del mundo de ajedrez, es el título más significativo entre los jugadores, que compiten entre sí con la esperanza de lograrlo alguna vez.
Si bien Gaprindashvili había sido campeona varias veces, su gran logro consiste en conseguir el título de Gran Maestra Internacional en el apartado masculino, un logro que abrió las puertas a la competencia de mujeres en el mismo escenario de sus contrapartes masculinos. Con 79 años cumplidos, todavía es una jugadora activa y mantiene una calificación de 2270. En 2005, ganó el Torneo de Ajedrez BDO celebrado en Holanda a los 64 años.
Maia Chiburdanidze
Hasta el año 2010, Chiburdanidze fue la campeona mundial de ajedrez femenina más joven y durante años resultó imbatible. Como la Beth ficticia, aprendió las reglas del ajedrez con tan solo 8 años y ganó su primer torneo internacional femenino en 1974, apenas a los 13 y siendo todavía, una adolescente desconocida.
Recibió el título de mujer gran maestra tres años después, pero solo se le otorgaría el título de gran maestra internacional (en su categoría masculina) en 1984. Fue la segunda mujer en recibir ese título, después de Gaprindashvili. Otra similitud que Chiburdanidze comparte con Beth es que ha jugado mucho en torneos masculinos en todo el mundo, ganando algunos en los años 80 y 90.
Susan Polgar
Susan y sus dos hermanas, Judit y Sofia, fueron parte de un experimento educativo que su padre llevó a cabo, con la intención de probar que los genios no nacen, sino que son parte de una serie de estímulos educativos que podría permitirles — en teoría — destacar en todo tipo de disciplinas gracias al esfuerzo y a la voluntad.
La hipótesis pareció dar buenos resultados con Susan, que ganó su primer torneo de ajedrez a los 4 años jugando contra chicas que le doblaban la edad. Ya para entonces podía leer, escribir y recitar de memoria pasajes enteros de libros de ajedrez. A los 12 años ganó el Campeonato Mundial Femenino Sub 16. Con un estilo fiero y directo, Polgar jugó principalmente en torneos masculinos y a los 17 años fue la primera mujer en clasificarse para el Campeonato Mundial Masculino.
No obstante, no llegó a competir porque, según la propia Susan, la FIDE (Federación Internacional de Ajedrez) y la federación húngara cambiaron las reglas para evitar que pudiera hacerlo. A pesar de eso, recibió el título de gran maestra en 1991, siendo la tercera mujer en lograrlo.
Judit Polgar
Como Susan, Judit Polgar, ya sabía que sería un prodigio de ajedrez antes de los diez años gracias a los esfuerzos de su padre y la dedicación de su familia en lograr que alcanzara la excelencia.
En general, se la considera la jugadora más hábil de la historia y ha ganado un juego contra un jugador masculino número uno reinante, además de vencer a varios jugadores a la vez en competencias de alto nivel. Su hermana, Susan, la entrenó desde una edad temprana, pero finalmente Judit la supero hasta convertirse en una celebridad que asombró por su capacidad para resolver en minutos estrategias de considerable complejidad.
Al igual que Beth Harmon, Judit derrotó a la gente sin necesidad de mirar el tablero de ajedrez y se la describe con un estilo de juego muy intenso. Ella también tiene el pelo rojo y los oponentes adultos masculinos la describieron como con ojos asesinos y como una niña linda capaz de aplastarlos al menor descuido. Incluso se dijo que su desempeño era superior al de Fisher cuando él tenía la misma edad.
Otro dato interesante es que Judit también tuvo una rivalidad con un gran maestro ruso, Garry Kasparov. Al igual que Beth, perdió la primera vez que se enfrentó a él, pero finalmente hizo historia al derrotarlo en 2002 durante el partido Rusia contra el resto del mundo.
Hou Yifan
Yifan también comenzó a jugar siendo muy niña: a los 3 años derrotó a su padre y a su abuela. Dos años después, pasó a ser el miembro más joven del equipo de ajedrez de su natal Xinghua y ganó su primer campeonato. No obstante, Yifan decidió no dedicar su vida por completo al ajedrez como carrera, prefiriendo llevar una vida más equilibrada.
Vera Menchik, otra Gambito de Dama
Vera Menchik nunca recibió el título de gran maestra, pero si mantuvo su título de campeona mundial femenina durante más de 17 años, dominando a sus otras oponentes femeninas. Murió durante la Segunda Guerra Mundial, mucho antes de que se creara el título de gran maestro. Sin embargo, su legado sigue vivo: el trofeo de la Olimpiada de Ajedrez Femenino se llama Copa Vera Menchik.