En ocasiones convertimos lo sencillo en complicado. Algo tan simple como enviar un archivo de un punto A a un punto B puede convertirse en toda una odisea. Puede que tengas decenas de aplicaciones instaladas en tu teléfono u ordenador, pero en un momento determinado no encuentras la manera de hacer algo tan básico como enviar archivos grandes de tu dispositivo a otro.

En la actualidad, la solución más rápida es internet. Aunque se siguen usando, pocos acuden a un disco óptico, un pendrive o una tarjeta SD para mandar un archivo de 1 GB o más a otro ordenador o dispositivo conectado a kilómetros de distancia. Y en internet encontramos decenas de opciones para hacer esto.

Una posibilidad es aprovechar tecnologías como BitTorrent para optimizar el envío de un archivo o más a través de internet. Simple y rápido. Todo gracias a Webtorrent, un software basado en BitTorrent y que, a través de Squidlink, facilita el envío de archivos entre dos particulares.

Es decir, aunque asociamos BitTorrent y P2P al intercambio público de archivos, también puede usarse para conectar dos computadoras, tablets, smartphones o cualquier dispositivo conectado. Así, aprovechando las ventajas de BitTorrent, podemos mandar un archivo de gran tamaño en cuestión de segundos.

Arrastrar, soltar y compartir

Al estar basado en Webtorrent, Squidlink funciona desde el navegador. No necesitas instalar nada ni darte de alta como usuario. Tampoco requiere registro. Tan sólo tienes que arrastrar y soltar uno o más archivos y se generará un enlace.

Ese enlace deberás abrirlo en otro dispositivo para que se inicie la descarga. Puedes compartirlo con una persona o con varias, de manera que un único archivo llegue a varios lugares a la vez. Desde la esquina superior derecha de la ventana de Squidlink verás cuántas personas están recibiendo el archivo y a qué velocidades de subida y bajada.

Enviar archivos grandes

Y aunque la página no emplea cifrado HTTPS, los archivos compartidos dejan de compartirse en cuanto cierras la pestaña o ventana del navegador. En palabras de sus creadores, “el archivo nunca vive en internet y muere cuando se cierran todos los enlaces”.

Para saber más sobre Squidlink puedes consultar la página del proyecto en el repositorio de GitHub. Ahí encontrarás el código fuente de la herramienta y podrás instalarla en tu propio ordenador en caso que quieras crear tu propio servidor para enviar archivos.

En principio, no hay límites en la cantidad o tamaño de los archivos a enviar. Eso sí, según indica en su repositorio de GitHub, el navegador Google Chrome no permite descargar archivos de más de 1 GB. Esto se resuelve usando otro navegador.

Si buscas un método anónimo, rápido y gratuito para compartir archivos de gran tamaño sin almacenarlos en servidores de extraños, Squidlink es una de las maneras más sencillas que encontrarás.

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