Los fabricantes de juguetes también pueden ser grandes inversores. Eso lo sabe muy bien la startup española Lingokids, al app de idiomas para niños, que acaba de cerrar la ya es su ronda más grande. 10 millones de dólares en una Serie B liderados por la alemana Ravensburger.

Con más de 100 años de vida, Ravensburger tiene una larga tradición en el sector de los juegos educativos tradicionales. La casa insignia de los Puzzles, pero también de libros, juegos de mesa o material educativo, ha entrado de lleno en el canal de la educación online con su participación en la ampliación de capital. Para la alemana, además, supone una entrada por todo lo alto en el sector de educación digital que supone la creación de una alternativa de mercado en si histórico tradicional.

“Hemos visto en Lingokids la posibilidad de acceder a un nicho de mercado que nuestra compañía no había cubierto, que nos permitirá ofrecer a nuestros clientes nuevas alternativas innovadoras de ocio educativo para niños de todo el mundo", explica Thomas Bleyer, director de Desarrollo Corporativo de Ravensburger en un comunicado.

De hecho, la entrada de capital a Lingokids estará enfocada en la creación de contenido en inglés para la mejora de las capacidades en las áreas STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) de los niños.

Junto al gigante de los puzzles, también han participado HV Holtzbrinck Ventures, JME Ventures, All Iron Ventures, 500 Startups, Athos Capital y Sharpetown en 7 operaciones de 12,5 millones de dólares. El caso de Holtzbrinck Ventures, JME y Bessemer (en una operación de 4 millones en 2017), fue uno de los más sonados del momento; era la primera vez que los inversores de LinkedIn y Skype entraban en el capital de una compañía española.

De hecho, 500 Startups revalida su participación en Lingokids desde los inicios de la compañía en 2014. Momento en el que Cristóbal Viedma constituyó la empresa en San Francisco. Con un modelo de negocio basado en las múltiples aplicaciones, Lingokids pronto se dio cuenta de que era un sistema con poco recorrido.

Enfocado a niños de entre 2 y 8 años, el sistema de varias aplicaciones obligaba a descargar una nueva con cada novedad. Esto, para niños tan pequeños no tenía ningún sentido. Fue entonces cuando Lingokids cambió de rumbo a lo que, por entonces, comenzaba a despuntar: las plataformas. O lo que en el sector se conoce como el modelo de Netlfix. A través de una suscripción mensual de contenidos, los niños pueden acceder a todo el catálogo disponible entre el que se incluyen todos los contenidos de la Universidad de Oxford. Con sistemas de recomendaciones, los niños tenían la posibilidad de elegir su camino sin que este estuviese pautado por la propia aplicación; este concepto es el que la tecnológica española aún mantiene revalidando su éxito.

Después de todo, la compañía está pensada por y para los niños. Fue la sobrina de Viedma, de dos años en 2013, la que "trabajó" como jefa de producto validando los primeros pasos de la idea. El fundador de la compañía, intentando enseñar inglés a la niña, pronto se dio cuenta del nicho de mercado que tenía delante: no había buen contenido online para enseñar idiomas en esas edades tan tempranas. Ese fue el inicio de la plataforma que tras su corta vida en San Francisco, mudó su sede a Madrid –justo cuando cambiaron al modelo Netflix–.

Lingokids no publica resultados, pero hasta la fecha la plataforma asegura que cuenta con más de 20 millones de familias suscritas en todo 190 países del mundo –siendo China uno de sus países más destacados y con más usuarios de pago–. Su objetivo está en 30 millones de usuarios con 300.000 de pago. Asímismo, la pandemia por coronavirus –y el cierre de los colegios– ha supuesto un empujón al crecimiento de la compañía tras la aceleración del aprendizaje digital.