Cuando hablamos de Apple y ordenadores portátiles en la actualidad, nos vienen a la mente las series MacBook, MacBook Air y MacBook Pro. Cada vez más ligeros y finos, han logrado un nivel de optimización de recursos impresionante, ya que en un espacio tan reducido es posible incluir toda la maquinaria que hace funcionar un Mac capaz de editar vídeo, retocar fotografías o jugar a videojuegos.

Y como todo en tecnología, los modelos de ordenadores portátiles más recientes de Apple tienen poco o nada que ver con sus antepasados, los PowerBook. Los años 80 y 90 del siglo XX fueron protagonistas del nacimiento de los ordenadores portátiles, tal y como los conocemos. Aquellos primeros modelos tenían una autonomía limitada, un precio desorbitado para la época y unas pantallas más pequeñas incluso que las de un iPhone SE. Pero eran toda una novedad para la época y permitían trabajar en cualquier parte sin depender de la corriente eléctrica.

Grandes de la época como Compaq, Epson, IBM o Toshiba fueron los pioneros, con ordenadores portátiles que más bien parecían un teclado con pantalla, al estilo de las máquinas de escribir electrónicas de Olivetti. Si bien, oficialmente se considera el Osborne 1, de Osborne Computer, como el primer ordenador portátil de la historia, lanzado al mercado en 1981 y que recuerda más bien un dispositivo de comunicaciones militar que un portátil. El caso es que en los 80 vimos los primeros ordenadores portátiles, todo un logro de ingeniería. Y Apple decidió dar el paso hacia la portabilidad de los Macintosh en los 90.

El Apple Macintosh Portable

No está de más recordar la historia de Apple hasta la llegada de sus ordenadores portátiles. Apple, entonces Apple Computer, presenta su primer producto un primero de julio de 1976, el Apple I. Un ordenador artesanal que cuenta con una carcasa de madera. Pero la clave estaba en su interior. Steve Wozniak había logrado diseñar un ordenador personal económico y que por primera vez conectaba un microprocesador con un teclado y un monitor.

Al año siguiente, 1977, llegaría el Apple II. Gracias al dinero obtenido con los más de 200 Apple I vendidos el año anterior, Apple Computer y, más concretamente, Steve Wozniak, construye un ordenador personal acorde a lo que hubiera gustado crear sin límite de presupuesto. Luego llegarían el Apple II+ (1979), el Apple III (1980), el no tan exitoso Apple Lisa (1983), el revolucionario Macintosh (1984) y un largo etcétera. Todos ordenadores de sobremesa, de un tamaño reducido para uso personal, pero al fin y al cabo, dependían de una fuente de alimentación.

PowerBook

Pero en septiembre de 1989, Apple empezará a comercializar su primer Macintosh portátil. Su diseño es similar al del IBM PC Convertible de 1986 y al de tantos otros ordenadores portátiles de primera hornada. Básicamente se divide en dos partes, unidas por el centro, que se pueden plegar una encima de la otra, como un libro. De ahí que en el futuro los Macintosh portátiles acaben llamándose Book, empezando por PowerBook y terminando por los MacBook actuales.

Este primer Apple Macintosh Portable tuvo una vida corta. Se lanzó en septiembre de 1989 y dejó de fabricarse en febrero de 1991. Pesaba unos 7 kilogramos, tenía una autonomía de entre 6 y 12 horas, una pantalla monocromática LCD de 9’8 pulgadas y 640x400 de resolución, una CPU 68HC000 de Motorola de 16 MHz, 1 MB de RAM, disquetera de 1’44 MB y disco duro externo opcional de 40 MB. Además, contó con una segunda versión con más RAM que se fabricó durante 1991.

Los primeros PowerBook

Tras la primera aproximación de Apple al mundo de los ordenadores portátiles, se deciden finalmente a lanzar toda una serie de computadoras para llevar a todas partes. Su nombre será PowerBook y contará con varios modelos iniciales. Los tres primeros de ellos serán el PowerBook 100, lanzado un 21 octubre de 1991, junto al PowerBook 140 y el PowerBook 170.

La diferencia entre los tres modelos era, por un lado, en que los modelos 140 y 170 tenían una carcasa distinta. En potencia, el PowerBook 100 tenía una CPU 68HC000 de 16 MHz. Por su parte los otros dos modelos tenían una CPU 68030 de 16 MHz y 25 MHz respectivamente. En cuanto a memoria RAM, los modelos 100 y 140 ofrecían entre 2 MB y 4 MB, mientras que el 170 tenía 4 MB de RAM por defecto. En cuanto a su autonomía, en los tres modelos ésta iba de las 2 horas a las 3 o 4 horas.

PowerBook

También ofrecían disco duro externo y sus pantallas eran monocromas y de 9’8 pulgadas, similares a las de los primeros Macintosh portátiles. La diferencia estaba en que en los modelos 100 y 140 la pantalla era de matriz pasiva y en el modelo 170 de matriz activa. En cuanto al software, contaron con el sistema operativo System 7 de la época y sucesivas actualizaciones hasta la versión 7.5.5.

El exterior destaca por su diseño compacto, ideal para llevar a todas partes sin miedo a golpes o a otras circunstancias inesperadas. Su peso era de entre 2’3 y 3 kilogramos. Además, junto a la integración de pantalla y teclado contaba con un trackball que sustituía al ratón. Otra curiosidad es que estos primeros ordenadores portátiles de Apple fueron diseñados por ellos mismos pero fabricados por Sony.

El PowerBook Duo

Resulta curioso, también, que tras el éxito de los primeros PowerBook, Apple decidiera hacer un híbrido entre portátil y sobremesa. Más bien hubiera tenido que ser al revés, primero el híbrido y luego el ordenador 100% portátil.

Así pues, en octubre de 1992, Apple lanza al mercado el PowerBook Duo 210, el primero de una gama de ordenadores portátiles de mayor tamaño que podían volverse de sobremesa con ayuda de un Dock opcional. El primer PowerBook Duo tenía también una CPU de Motorola 68030 de 25 MHz, 4 MB de RAM y 80 MB de disco duro externo opcional. La pantalla LCD era algo más pequeña, de 9’1 pulgadas, pero era en escala de grises. La resolución, idéntica a la de los modelos anteriores, 640x400.

PowerBook Duo
Fuente: sealinc (Applefritter)

Por lo demás, PowerBook Duo 210 pesaba 1’9 kilogramos, nada mal si lo comparamos con los 7 kilos del primer portátil de Apple de 1989.

En cuanto al Duo Dock, el dispositivo externo que hacía de este Macintosh portátil un sobremesa, constaba de lector de disquetes de 1’44 MB, puertos de escritorio y slots adicionales para añadir un segundo disco duro o un coprocesador FPU 68882 de Motorola.

La gama Duo de PowerBook tuvo varios modelos, cuatro en escala de grises y tres en color. Con todo, hay quien considera que no llegaron a despegar del todo frente al resto de portátiles PowerBook. Con todo, esta gama se fabricó entre 1992 y 1997.

Larga vida a los PowerBook

Los ordenadores PowerBook se fabricaron y vendieron entre 1991 y 2006. Entre sus distintas etapas, los sucesivos modelos fueron incorporando mejoras en todos los aspectos. Para empezar, las pantallas monocromáticas serían sustituidas por pantallas en escala de grises y, finalmente, a todo color.

En cuanto al procesador, tanto los Macintosh de sobremesa como los PowerBook cambiaron sus CPU de Motorola por las PowerPC de IBM, primero con los PowerPC G3 (1997-2000), que contó con hasta once modelos distintos de PowerBook G3 y luego con los PowerPC G4 (2001-2006) . Estos tuvieron hasta 24 modelos diferentes, el último con pantalla de 17 pulgadas y un procesador de hasta 1,67 GHz.

Tampoco hay que olvidar la línea paralela iBook, lanzada en 1999 para usuarios personales y para uso educativo aprovechando el éxito de los coloridos y compactos iMac. Se fabricaron y vendieron multitud de modelos entre 1999 y 2006, evolucionando desde los primeros diseños coloridos con carcasa en forma de concha hasta los más sobrios iBook de plástico blanco que luego pasarían a llamarse MacBook. Pero la historia de los iBook bien merece otro artículo.

El no final de los PowerBook

Podríamos decir que los PowerBook murieron por culpa del marketing, aunque más bien no murieron, simplemente dejaron de llamarse así. Y es que igual que la gama de ordenadores de sobremesa de Apple ha cambiado de nombres en incontables ocasiones, lo mismo ha ocurrido con los ordenadores portátiles.

PowerBook iBook MacBook
Fuente: raneko (Flickr)

No es que dejasen de fabricar los PowerBook, simplemente empezaron a llamarse MacBook. O mejor dicho, los iBook empezaron a llamarse MacBook y los PowerBook, simplemente MacBook Pro. No por nada, los últimos modelos de la esa etapa y los primeros de la etapa actual, comparten diseño y características técnicas.

Con todo, siempre quedarán en el recuerdo como los primeros modelos portátiles de Apple y los que dieron los primeros pasos hacia un futuro en el que hoy en día disfrutamos de dispositivos miniaturizados y que llevamos en la mano o en el bolsillo con toda normalidad.

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