China no tiene ningún problema en llevarse por delante todo lo que vaya contra sus intereses políticos y económicos. Si además afecta a la educación de los niños, todavía más. A principios de septiembre, el gigante asiático bloqueó la herramienta de programación Scratch en las escuelas, una de las más utilizadas alrededor del mundo para incluir en el sistema educativo el lenguaje de la programación. En China había más de 3 millones de usuarios registrados, pero para las autoridades tuvo más peso que la herramienta identificó en su página web a Hong Kong, Macao y Taiwán como entidades separadas del país.
La versión de escritorio sigue estando disponible pero el veto al sitio oficial de Scratch ha sido un capítulo más del boicot de China a las aplicaciones y herramientas tecnológicas que no cumplen con sus estrictos -y polémicos- parámetros. Por el contrario, en España, Scratch ha sido una de las grandes apuestas para aumentar la presencia tecnológica en el sistema educativo.
España apuesta por Scratch
La herramienta fue desarrollada en 2007 por Lifelong Kindergarten Group en el Instituto de Tecnología de Massachussets (MIT) y desde 2014 ha tenido un crecimiento exponencial. Actualmente, se utiliza a lo largo de casi toda Europa, América Latina, Asia y Estados Unidos. Sin embargo, España es uno de los países en los que esta herramienta ha cobrado más fuerza y es, a excepción de Estados Unidos, uno de los países con más usuarios.
Scratch se basa en un lenguaje visual con bloques que se unen a modo de puzzle y es un método fácil para aprender programación, aunque el verdadero objetivo es desarrollar el pensamiento computacional para que los niños aprendan a solucionar problemas de maneras diferentes. "El objetivo no es crear programadores, sino acercar la manera de enfrentar problemas desde la informática, acercarlo y diseccionarlo en pequeñas partes", explicó a Hipertextual Pau Córdoba, profesor y coordinador TIC en Granollers.
España tiene más de 1.582.000 usuarios, la mitad que los 3 millones de China. Pero teniendo en cuenta los 280 millones de alumnos del gigante asiático frente a los 8 millones de nuestro país, la cifra es significativa. Estados Unidos, donde nació Scratch, va a la cabeza del mundo con más de 22 millones de usuarios de la herramienta para las escuelas. En Europa, sin embargo, Reino Unido y Polonia son los únicos países que superan claramente a España -con más de 3 millones y casi 2 millones, respectivamente-, según los datos facilitados por Scratch.
Dificultades tecnológicas
Que otros países tengan un menor número de usuarios no significa que no cuenten con herramientas de programación para el alumnado, ya que existen otras opciones además de Scratch aunque esta sea la más conocida. En España se ha apostado claramente por el método desarrollado por el MIT y es una buena noticia en el entorno escolar. Sobre todo porque el país no está a la vanguardia de las nuevas tecnologías aplicables en entornos educativos.
Un informe de la Fundación Cotec arrojó que el 49% de los directores de escuelas públicas considera que su centro cuenta con una plataforma eficaz para la educación digital. El dato asciende al 71% en el caso de los directores de colegios privados.
Los planes para ayudar a que estas cifras aumenten todavía no han dado sus frutos. El Ministerio de Educación aprobó Escuelas Conectadas un programa para llevar la banda ancha ultrarrápida a los colegios. Además, después de la cuarentena, se anunció una iniciativa para aumentar el número de ordenadores y dispositivos en las aulas. Por el momento, los dos planes se han quedado, en su mayor parte, en agua de borrajas.
Ni siquiera un confinamiento de más de dos meses ha ayudado a cambiar la situación. La cuarentena por la crisis del coronavirus dejó a todos los alumnos españoles en sus casas y, mientras que en algunos casos se ha conseguido llegar a estrategias que no han paralizado la enseñanza, en algunos centros la tecnología se convirtió en una barrera educativa.
Scratch, la luz entre las sombras
En cambio, según los expertos consultados por Hipertextual, el uso de Scratch es prácticamente generalizado. "Tenemos experiencias variadas, como escuelas que tienen toda una planificación de 1 a 6 (de primaria). otras que utilizan Scratch en rincones autónomos o hasta institutos que utilizan Scratch y sus variantes en un nivel muy alto", indicó Carles Ceacero, profesor y técnico docente en los Servicios Educativos del Vallés Oriental, en Granollers.
Otra buena noticia es que las fuentes consultadas que son conocedoras del funcionamiento de la herramienta concuerdan en que la enseñanza con Scratch no depende, en la mayoría de los casos, de su titularidad. Programamos, una asociación sin ánimo de lucro que busca promover el desarrollo del pensamiento computacional desde edades tempranas, subrayó a Hipertextual que en el último Concurso nacional de programación "Dr. Scratch", organizado por la Universidad Rey Juan Carlos, "los centros públicos obtuvieron muchos más premios que los privados (o privados concertados)".
¿Una moda pasajera?
No todo pueden ser buenas noticias. A pesar de los avances en el desarrollo de Scratch en los colegios españoles, todavía hay escollos por superar. Programamos explicó que, en primer lugar, hay muchos centros escolares en los que la dotación tecnológica no es la adecuada, "con pocos ordenadores y muy viejos, además de una conexión a internet mejorable".
"Por otra parte, para que un docente se lance a un cambio metodológico como este es necesario que esté convencido, y para ello es importante contar con evidencia científica que muestre su impacto positivo en el aprendizaje del alumnado. Para poder contar con este tipo de conclusiones habría que fomentar aún más la colaboración entre administraciones educativas y universidades".
Sin embargo, la formación del profesorado parece estar cubierta en su mayor parte. El maestro Carles Ceacero destacó que el Departament d’Educació, en el caso específico de Cataluña, ha apostado mucho por la formación de Scratch. Además, actualmente hay formaciones específicas para esta herramienta, así como cápsulas informativas. "No hay excusas", señaló para Hipertextual. Por su parte, Programamos añadió que la asociación ha formado en los últimos años más de 20.000 docentes de todas las comunidades autónomas.
Pero el verdadero reto es conseguir que Scratch no se convierta en una moda pasajera. Pau Córdoba apuesta por globalizar Scratch para que "no se convierta ni en una cosa de 'frikis' de la informática" o personas con conocimientos avanzados. La estrategia, por lo tanto, se basa en incluir la herramienta en las clases "generalistas" para la realización de algunas tareas. En este sentido, también es importante animar a los alumnos a que la utilicen de manera generalizada. "De la misma forma que pueden hacer una presentación por un tema de historia, que utilicen Scratch para hacer un interactivo sobre la prehistoria".
China y Scratch: agua y aceite
Es posible que Scratch sea una moda pasajera pero parece poco probable si echamos un vistazo a nuestra vida diaria. Se podrá cambiar de programa o de marca, pero las herramientas de programación ocupan un lugar cada vez mayor en la enseñanza. Para los alumnos, además, el proceso es muy interesante. Córdoba destacó en entrevista con Hipertextual que ha sido testigo de cómo los niños encaran la tecnología de una manera muy creativa gracias a Scratch.
"El hecho de que ellos mismos puedan crear sus programas, este empoderamiento de ver que el ordenador hace lo que él quiere, es una manera muy coherente de afrontar la tecnología. Se dan cuenta de que pueden ser usuarios activos y no pasivos".
Programamos también ha estudiado el impacto de la programación en el alumnado y compartió con este medio que han conseguido comprobar, junto con el grupo de investigación KGBL3 de la Univerisdad Rey Juan Carlos, que se producen mejoras en los resultados académicos de asignaturas como las matemáticas o las ciencias sociales. También en desarrollar capacidades como la comunicación, la resolución de problemas o el trabajo en equipo.
Scratch tiene muchas cosas buenas, pero China no quiere ni oírlo nombrar. Meterse en la política china le ha costado caro a la herramienta pero, teniendo en cuenta los millones de usuarios en todo el mundo y el tamaño de la comunidad, la del gigante asiático no habría sido seguramente la primera controversia.
Sin embargo, Carles Ceacero explicó que nunca se ha encontrado con una situación tan polémica como la que ocurrió a principios de septiembre. De haber sucedido, es importante recordar que el Gobierno no hubiera bloqueado y vetado su uso. El profesor indicó que en la comunidad se mezclan muchos idiomas y que en ocasiones es difícil entender todos los comentarios, "pero no creo que sean ofensivos o polémicos". Ceacero concluyó:
"A pesar de ello, creo que siempre es mejor educar que prohibir. Las situaciones polémicas pueden dar pie a oportunidades de aprendizaje".