No, no eres el único: una buena parte de los espectadores de la gala la 72ª edición de los Primetime Awards descubrieron, por primera vez, la existencia de la magnífica serie Schitt’s Creek, cuando arrasó con todas las categorías principales en el apartado de comedia.
Hubo galardón para todos los gustos: se premió las actuaciones de Eugene Levy, Daniel Levy, Catherine O’Hara y Annie Murphy; y hubo otro dos premios para Levy por su dirección y el brillante guión de una de las series más ingeniosas de la televisión actual. Schitt’s Creek es la primera serie en ganar todos los premios de la categoría, en lo que los medios estadounidenses han insistido en llamar “una barrida histórica”.
Existe un curioso dato de por qué Schitt’s Creek en la serie más exitosa del año, a pesar de sus relativamente moderados números de audiencia y su escasa difusión: la producción obtuvo 15 nominaciones totales, que incluyeron además de los ya mencionados, el de mejor casting para una serie de comedia, maquillaje contemporáneo sin prótesis (en el apartado de drama ha triunfado Euphoria de HBO en el mismo rubro), estilismo, vestuario, edición de imágenes de comedia con una sola cámara y mezcla de sonido de comedia/drama/animación de media hora.
A lo anterior se suma que Schitt’s Creek ganó el premio al casting de la serie de comedia durante la cuarta noche de las ceremonias de Creative Arts la semana pasada y el premio al vestuario contemporáneo durante la quinta y última noche de la entrega de la misma ceremonia.
Esta fue la primera vez que una comedia familiar gana la categoría de serie de comedia desde Modern Family en 2014. De hecho, para alcanzar el triunfo en rubro de comedia, Schitt’s Creek superó a The Good Place de NBC, The Marvelous Mrs. Maisel de Amazon Prime Video (una ganadora anterior), What We Do in the Shadows de FX, así como dos de HBO programas: Curb your Enthusiasm e Insecure, y dos programas de Netflix: Dead to me y The Kominsky Method.
Schitt’s Creek: una historia dentro de una historia
La producción de Schitt’s Creek tiene su propia historia que contar: Dan y Eugene Levy, padre e hijo en la vida real, decidieron crear un argumento basado en la vida de un padre y un hijo que, en la ficción, deben afrontar una debacle económica de las que difícilmente podrían recuperarse. En medio de una situación semejante, la familia entera termina en Schitt’s Creek, un diminuto pueblo que habían comprado en medio de una broma (de allí el levemente procaz juego de palabras del título) y en el que ahora, deberán enfrentar la pobreza y toda una serie de vicisitudes que la serie analiza desde una perspectiva amable y entrañable.
¿Cómo se ha convertido Schitt’s Creek en un fenómeno? Desde la noche de los Emmys, las opiniones se multiplican, pero la que parece más ajustada a la realidad es bastante simple: la serie comenzó su trayecto hacia el triunfo en un canal de cable norteamericano poco conocido: Pop TV. Es una pequeña colección de rarezas que, sin embargo, permite la creación de contenido fuera de la media de lo que suelen ser las grandes plataformas streaming y canales tradicionales de televisión.
Después de una primera temporada con números consistentes, la serie fue comprada por Netflix, que emitió en EE.UU. las temporadas, lo que catapultó a la serie a una audiencia masiva (en España puedes verla a través de Movistar Plus) y sin duda, a una atención mediática de medios especializados que terminó por convertirla en un fenómeno emergente.
Se trata de un fenómeno de interés progresivo: después de cuatro temporadas que fueron ignoradas por los grandes premios y la crítica, el año pasado la serie consiguió la nominación en cuatro categorías, que incluyeron mejor comedia y mejor actor y actriz principales. Este año y como si de una despedida se tratara, la producción logró lo que se considera el triunfo más contundente y, sin duda, inesperado, de la industria en un momento especialmente complicado para la televisión. Una demostración que todavía el medio puede dar algunas sorpresas.