Mulán es una de las películas de la factoría Disney más queridas y también un personaje respetado en China. El mundo del arte, la cultura pop y el entretenimiento tienen mucho que decir sobre la ya clásica historia de la valiente hija que acude al campo de batalla para mantener intacto el honor de su padre y el de su familia. No obstante, el nuevo rostro que le brinda Niki Caro a la narración es solo uno entre un largo trayecto que llevó a Mulán a convertirse en una alegoría del poder femenino, la metáfora del espíritu del lucha y encarnar de una u otra manera, los ideales culturales y morales de su país.

No obstante, hay mucho qué decir en la forma en que se interpreta las aventuras de Mulán. ¿Es una mujer que apenas aprende las artes de la lucha o una consumada guerrera con una habilidad nata para la espada? ¿Acaba consolidando la fábula de amor que late debajo de las principales líneas del relato para convertirse en una novia ruborizada o, como insisten algunas versiones, se suicida? La leyenda de la mujer Guerrera, orgullo de su familia, pero también una inusual alegoría acerca de China como Imperio y sus valores se ha transformado de manera significativa a lo largo de 1.500 años.

Una mujer para todas las épocas

Mulán

Mulán, desde su origen, fue una heroína capaz de admitir todo tipo de transformaciones, cambios y adaptaciones, lo que la convierte en una figura ideal para docenas de obras — literarias, teatrales, cinematográficas — de todas las épocas y culturas.

Cuando en 1998, algunos fans expresaron su incomodidad por la nueva versión de la guerrera — a mitad de camino entre las virginales princesas Disney y algo más complejo — una buena cantidad de poetas, escritores, dramaturgos y cineastas debatieron en diversos medios la mutabilidad del legendario personaje. Que ha sido desde una general del ejército — abrumada por la culpa, el deber y el amor — y en otras, una arquera de casi sobrenatural talento que lleva el triunfo como un estandarte.

Por supuesto, se trata de algo inevitable. En Mulán convergen todo tipo de concepciones sobre la moral en tiempos de lucha, la defensa de lo sagrado y la importancia de la dignidad en una cultura que se sostiene en los pilares del honor. De hecho, la Balada de Mulán es un resumen de todas las percepciones sobre lo heroico, sostenido sobre un interesante lenguaje épico.

Con sus seis estrofas, la historia se desarrolla tal y como la conocemos: Mulán deja su pueblo para tomar el lugar de su querido padre en el ejército del Emperador. Durante una década, sirve de forma noble, disfrazada de un hombre joven. Al final y una vez logrado el triunfo de los enemigos y restituido el honor familiar, rechazada todas las recompensas y regresa a su pueblo, no sin antes descubrir su secreto a sus antiguos camaradas y en especial a todos quienes le han admirado y proclamado lealtad: se trata en realidad de una mujer.

Es una narración adelantada a su época, que culmina con una escena en que dos conejos corren por el campo. “¿Cómo puedes diferenciar a la hembra del macho?”, se lee en un tono extrañamente amable para la literatura china de la época conocida por su estricto manejo de símbolos de género. Por singular que parezca, esta pequeñísima secuencia sobre la igualdad y el espíritu combativo por encima las diferencias está incluida en varias de las versiones cinematográficas más importantes de la historia.

De esa narración proceden la mayoría de las producciones de la leyenda que conocemos en la actualidad. Una de las más antiguas que se conocen, es la película muda Hua Mulan se une al ejército, de 1927 dirigida por Bu Wancang y protagonizada por Chen Yunshang, bajo la producción de Film Company Huacheng. El film causó sensación por su ambientación y por el refinamiento en que el director plasmó la China Imperial en una serie de escenas cortas en la que podía admirarse la corte (reconstruida a escala en Shanghai) y una cuidadosa reproducción histórica de la época. Curiosamente, le siguió una producción del mismo nombre pero menos exitosa y producida por China Sun Motion Picture Company, que intentó también mostrar a la Guerrera pero sin todo el esplendor de su predecesora.

Una Mulán también en el mundo de la ópera

Mulán,
Disney Enterprises, Inc.

La siguiente gran producción sobre el personaje fue The Gold Standard: Lady General Hua Mu-Lan de 1964, protagonizada por Ivy Ling Po. A esta aún se la considera la Hua Mulán por excelencia debido a su extraordinaria puesta en escena y el poder que imprimió al personaje.

La compañía de producción Shaw Brothers Studio creó una superproducción basada en la ópera de Huangmei, una canción folclórica rural tradicional del mandarín, que además filmó en vivo en CinemaScope. Lo que brindó una extraordinaria vista panorámica y un sonido estereofónico. ¿El resultado? Un film que asombra desde los primeros minutos de su casi dos horas de duración y que incluye, además de la conocida historia de la Balada de Mulán, una serie de añadidos de comedia e intrigas cortesanas que convirtieron a la sobria narración de origen en una espléndida versión mucho más completa y adecuada a los cambios del cine y la cultura.

De hecho, la obra de Shaw Brothers Studio es el referente más inmediato a la Mulán animada, dirigida por Tony Bancroft y Barry Cook, estrenada en el 1998 y que se convirtió de inmediato en una de las películas favoritas de los fans de todas las edades de Disney. La película fue una prodigiosa combinación de animación, un argumento sólido que enalteció la figura de Mulán y que tuvo un gran elenco vocal, encabezado por Ming-Na Wen como la Guerrera y Eddie Murphy como el dragón guardián de su familia, Mushu.

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Por supuesto, y como toda producción de Disney que se precie, la película incluyó un extraordinario soundtrack con el talento vocal de Lea Salonga, Christina Aguilera y Donny Osmond, que interpretaron las ya clásicas canciones Reflection, I’ll Make a Man Out of You y A Girl Worth Fighting For, quizás una de las tonadas más emblemáticas de la películas.

En los años siguientes, la animada Mulán regresó a la pantalla, aunque con mucho menos brillo y sin duda, potencia. La muy criticada secuela del 2005 Mulán II, de Lynne Southerland y Darrell Rooney, llegó directamente al formato de vídeo y fue criticada por distorsionar la esencia del personaje en busca de hacerle calzar en la forma en que Disney imaginaba a sus heroínas.

Mucho mejor suerte, tuvo Mulán: Rise Of A Warrior dirigida por Jingle Ma y protagonizada por la actriz Zhao Wei. La producción fue alabada por su enorme calidad artística y por la manera en que manejó los habituales estereotipos en torno al personaje hasta lograr una maravillosa historia atemporal que celebraba lo mejor de la Balada de Mulán.

La versión de Jingle Ma es quizás el referente directo a la forma en que Niki Caro mostró a la heroína en el remake live action que, de nuevo, relata la ya clásica historia. Sin canciones o el humor cándido de su versión animada, la película muestra a Mulán (Liu Yifei) como la encarnación de la dignidad y el honor chinos, además de hacer énfasis en las impresionantes escenas de batalla y en la capacidad de la guerrera para batallar no solo contra el ejercito de los Hunos, sino contra la escrutadora mirada de la cultura que le vio nacer.

Ambas películas comparten un aire de épica extraordinaria y son un formidable recorrido por el corazón de un relato tan antiguo como querido en la imaginaria universal.

Mulán en pequeñas dosis

Pero más allá de las grandes superproducciones, Mulán tuvo algunas encarnaciones en varias películas menos populares como la serie A Tough Side of a Lady (1998), una producción dramática con ciertos tintes humorísticos, protagonizada por Mariane Chan como Mulán.

En 1999, también hubo otra versión televisiva Hua Mulán, un drama taiwanese mucho más enfocado en los subtramas románticos de la historia que en la cualidad de la heroína como guerrera. La serie The Legend of Hua Mulan de 2013 tuvo más de treinta episodios, protagonizados por la debutante Hou Meng Yao y que causó furor por su aproximación juvenil al personaje. Finalmente, mención aparte merece la aparición de Mulán en la serie de ABC Once Upon a Time del año 2012, en la que fue interpretada por la actriz Jamie Chung.

Una hoja en el tiempo

El poema original no menciona ni tampoco aclara si Mulán es un personaje real, cosa que tampoco hace la recopilación posterior del siglo XI realizada por Guo Maoqian. Lo que dio forma definitiva a la figura de la mujer Guerrera en busca de restaurar el honor de su padre, un viejo guerrero que no puede responder al llamado del Imperio debido a las heridas de las cientos de pantallas en las que participó.

A finales de la dinastía Ming (1368–1644) el reconocido Xu Wei publicó una novela corta basada en la balada tradicional, a la que agregó diversos símbolos mitológicos y también una mirada más clara sobre las motivaciones de Mulán. De hija desobediente en medio de la desesperación, el personaje pasó a sostener un argumento poderoso en la que su habilidad como guerrera lo es todo.

En la obra de teatro del siglo XVI La heroína Mulán va a la guerra en lugar de su padre, Mulán es una mujer de una considerable clase social que como otras tantas tiene los pies atados, toda una alegoría sobre la forma en que la cultura intenta sujetar su espíritu audaz y su profunda voluntad para ser algo más que una mujer encerrada en las convenciones sociales de la época.

Por supuesto, se trata de un recorrido a través de la idea de lo femenino en China y una mirada específica sobre los importantes cánones estéticos y símbolos de estatus y poder de la época en la que supuestamente la heroína vivió y luchó. “En esa época, las mujeres de las clases altas se ataban los pies, y el dramaturgo quería asegurarse de que Mulán fuera vista como el icono ideal de la feminidad”, menciona Lan Dong, autora del libro recopilatorio La leyenda y el legado de Mulán en China y los Estados Unidos. Para la escritora, la simbología de Mulán una vez que atravesó la invisible línea entre oriente y occidente.

También de esta versión proviene la condición de virtuosa y doncella de Mulán, en la que incluso hay un considerable hincapié en el hecho de sostener su rectitud — ¿virginidad? — como parte de sus atributos, algo que hereda la novela de 1695 El romance de las dinastías Sui y Tang, de Qin Shubao. En la que Mulán atraviesa todo tipo de dolores y sufrimientos que incluyen regresar de la Guerra solo para encontrar a su padre muerto y ser llamada como una de las concubinas del Emperador, historia que termina con el trágico desenlace del suicidio de la heroína.

Y la inspiración

Cuando Disney decidió llevar la enésima versión de la historia de Mulán tomó algunas decisiones interesantes. Además de basarse en la balada original, varias versiones regionales que estudiaron junto a expertos chinos en el tema. “Excavamos bastante profundamente para mirar el arco de la historia”, dijo Jason Reed, uno de los productores, “para ver qué elementos habían permanecido consistentes a lo largo del tiempo, y qué elementos habían sido adaptados para encajar en el tiempo y el medio en que la historia estaba siendo contada”.

Uno de los elementos más intrigantes de la historia es la llamada piedad filial (el amor y el profundo respeto por los padres y antepasados), lo que permitió a Mulán ser perdonada y de hecho, considerada un ejemplo por encima de sus errores y supuesta desobediencia. Su transgresión es perdonada siempre y cuando vuelva a su lugar como hija y esposa, después de la guerra y acatando el mandato ancestral de formar parte de las líneas más importantes del comportamiento cultural chino. “Por eso, a pesar de su comportamiento, fue puesta en un pedestal incluso en la China premoderna”, menciona la escritora Lang Dong. “Ella está rompiendo las reglas sin amenazar el sistema”.

Qué pueden esperar los fans de la versión animada o bien, de la historia original. “Sé que no vamos a complacer a todo el mundo”, dijo Caro en una reciente entrevista. “Pero creo que hay una razón por la que la historia ha sido tan resonante y relevante por más de 1.300 años. Y contándola en live action mi esperanza era que hiciera posible que todos, incluso aquellos que fueron tan protectores con la animación, la disfrutaran de nuevo de una manera nueva”.

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