Es un paisaje al que ya estamos acostumbrados. Una extensión de terreno de grandes dimensiones en la que giran sin cesar palas gigantescas cual molino de viento futurista. Los aerogeneradores forman parte de lo cotidiano en muchos lugares del mundo, una herramienta para generar energía eléctrica mediante la fuerza del viento.
En España, sin ir más lejos, la energía eólica fue la tercera más importante en generación de energía eléctrica según datos de Red Eléctrica Española de 2019. Hasta un 20’6% del total, sólo superada por la energía de ciclo combinado (21’9%) y la energía nuclear (21,2%). Así pues, la energía eólica supone la principal fuente de energía renovable.
Sin embargo, poco ha cambiado la tecnología que permite convertir el viento en electricidad. Al menos en lo que a sus pilares básicos se refiere. Y cada vez es más frecuente escuchar quejas por parte de conservacionistas y defensores del paisaje que consideran que los aerogeneradores suponen un problema para las aves y también para el ser humano, ya que impide que realice otras actividades económicas al monopolizar grandes parcelas con aerogeneradores.
Contentar a todas las partes implicadas no es fácil, pero la startup española Vortex Bladeless tiene una posible solución: aerogeneradores sin palas. Su idea era desarrollar un aerogenerador respetuoso con el medio ambiente y con la fauna que lo habite. Y el principal escollo en ese sentido de los aerogeneradores actuales son las gigantescas palas que dan vueltas.
Aerogeneradores que oscilan
El funcionamiento de los aerogeneradores sin palas de Vortex Bladeless puede resultar algo cómico, en especial para quienes recordamos los juguetes llamados tentetiesos o tentempiés. En vez de ver girar las palas clásicas, vemos moverse en varias direcciones un cilindro fijo al suelo por la parte inferior.
El sistema está inspirado en la resonancia aeroelástica. Esta nueva generación de aerogeneradores carece de palas o engranajes, lo que simplifica su mantenimiento. La parte visible del aerogenerador eólico, o mástil, es un cilindro rígido que oscila en todas direcciones por la fuerza del viento. La base está anclado en el suelo con una varilla o núcleo, esa oscilación es la encargada de generar la energía eléctrica.
Además del mantenimiento y de ser respetuosa con el medio ambiente al carecer de elementos móviles, el funcionamiento de estos aerogeneradores eólicos permite colocarlos a una menor distancia que los actuales, por lo que las instalaciones eólicas del futuro podrán ocupar menos espacio y, con todo, generar más electricidad.
A esto hay que añadir las ventajas de las instalaciones actuales, como que son escalables, es decir, se pueden ampliar posteriormente, y se pueden integrar con otras instalaciones sean o no eólicas. Es más, la idea es que cualquiera pueda tener su propio aerogenerador.
Democratizando la energía eólica
Hoy en día es frecuente ver instalaciones solares en terrazas y azoteas de edificios públicos o privados. Incluso los hay en hogares particulares. La evolución de las células fotovoltaicas y su abaratamiento ha hecho posible que prácticamente cualquiera se pueda permitir tener su pequeña instalación solar.
El proyecto de Vortex Bladeless haría lo propio con la energía eólica. En la actualidad, la obtención de electricidad mediante aerogeneradores es algo exclusivo en su práctica totalidad de compañías eléctricas. Pero con aerogeneradores de casi tres metros de altura la cosa podría cambiar.
Precisamente, el propósito de sus creadores a largo plazo es instalar aerogeneradores en zonas urbanas o rurales para uso personal, conectados a la red eléctrica o con independencia de ella. El motivo principal es su autonomía y un menor desgaste de la instalación. Para ello, estos aerogeneradores emplean materiales como fibra de carbono, plásticos, acero, neodimio y cobre.
Según sus responsables, la tecnología Vortex Bladeless genera un 30% de la energía generada por los aerogeneradores actuales. En concreto, su potencia nominal estimada es de 100 vatios en su modelo Vortex Tacoma. Con todo, hay que tener en cuenta que un aerogenerador actual tiene una altura de entre 25 y 100 metros de altura frente a los 3 metros de los aerogeneradores sin palas. Con todo, en sus propias palabras, “un área barrida más pequeña permite que puedan instalarse más turbinas sin palas en la misma superficie, lo que compensa en gran medida esta desventaja”.
Un futuro cada vez más cercano
Si estás interesado en ver un aerogenerador Vortex Bladeless puedes hacerlo a través de sus prototipos y modelos de prueba. Sin embargo, todavía no están presentes en el mercado. Tal y como indica su página oficial, “Necesitamos un poco más de tiempo para optimizar y certificar el aerogenerador antes de que pueda venderse en cada país”.
El proyecto empezó en 2010 y se esperan distribuir las primeras 100 unidades a principios de 2012, principalmente en Europa y especialmente en España, según indica su blog oficial a fecha de agosto de 2020. Entre los primeros clientes se encuentran organizaciones sin ánimo de lucro, universidades, parques naturales, laboratorios independientes y compañías asociadas.
En una segunda fase de prueba se esperan fabricar entre 1.000 y 10.000 unidades del modelo Vortex Nano para probarlo en distintas condiciones.
Si quieres conocer la historia de la startup Vortex Bladeless puedes leer su publicación más reciente. Y si te interesa contactar con ellos, su oficina se encuentra en Madrid y su laboratorio en Ávila. Además, puedes seguirles en redes sociales en sus cuentas oficiales.